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La gran mayoría de los niños con cáncer vive en países de ingresos bajos y medianos, donde encaran una desigualdad aguda en la detección temprana, el diagnóstico y el acceso a tratamientos de calidad y cuidados paliativos de la enfermedad, reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Día Internacional contra el Cáncer Infantil, celebrado este martes.
Esa desigualdad hace variar la tasa de supervivencia entre un 80% y un 20% según el país.
En América Latina y el Caribe, el cáncer es la segunda causa de muerte en las personas de hasta 19 años. Unos 29.000 niños son diagnosticados cada año y los tipos más comunes son la leucemia, el linfoma, tumores de sistema nervioso central, el tumor de Wilms y el retinoblastoma.
La tasa de supervivencia al padecimiento en la región es de 55%, por lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja en la región con el propósito de lograr para el 2030 una tasa de curación del 60%. La cifra es el objetivo global de la iniciativa CureAll.
Hasta ahora, trece países latinoamericanos participan en la iniciativa desarrollando o fortaleciendo planes nacionales de cáncer infantil y ampliando el acceso al diagnóstico y al tratamiento.
El asesor regional de la OPS en prevención y control del cáncer, Maurizio Maza, afirma que aunque América Latina y el Caribe no está lejos de la meta del 60%, se deben hacer “todos los esfuerzos posibles para cerrar las brechas de atención, llegar a todos los niños y adolescentes que lo necesitan y no tener que lamentar muertes evitables”.
No se puede prevenir
Si bien el cáncer infantil no se puede prevenir, la mayor parte de los casos se puede curar con quimioterapia, cirugía y radioterapia. Por ello, es necesario realizar un diagnóstico precoz y preciso seguido de un tratamiento eficaz.
Entre los esfuerzos de combate a la enfermedad en los niños, la Organización Mundial de la Salud y el Hospital St Jude Children´s Research de Estados Unidos presentaron recientemente un proyecto mundial para ayudar a los países de renta media y baja a ampliar su acceso y disponibilidad a medicamentos esenciales para tratar el cáncer infantil.
Una de las causas de la baja supervivencia al cáncer infantil es el alto nivel de abandono del tratamiento, que en los países de América Latina alcanza el 30% en los países de ingresos bajos y medios.
Para contrarrestar esta deserción, la agencia regional lanzará la campaña #DecideATiempo, que compartirá historias de niños, adolescentes y familias que tomaron la decisión oportuna de completar su tratamiento y lograron salvar su vida.
Aún se desconocen las causas
A diferencia de lo que ocurre con el cáncer en los adultos, las causas de la inmensa mayoría de los casos de cáncer infantil se desconocen.
El cáncer afecta a personas de todas las edades y puede surgir en cualquier parte del cuerpo. Empieza con un cambio genético en una sola célula, que luego prolifera hasta dar lugar a una masa o tumor que invade otras partes del organismo y, en ausencia de tratamiento, va causando cada vez más daños, hasta provocar la muerte.
Muchos estudios han tratado de determinar por qué surge el cáncer infantil, pero a edades tan cortas hay muy pocos cánceres que resulten de factores ambientales o del modo de vida.
No obstante la persistente interrogante sobre su origen, se ha encontrado que algunas infecciones crónicas, como las que se deben al VIH, el virus de Epstein-Barr o al parásito del paludismo, constituyen factores de riesgo de cáncer infantil, lo que se observa especialmente en los países de ingresos bajos o medios.
Hay otras infecciones que pueden elevar la probabilidad de que los niños padezcan cáncer en la edad adulta, por lo que es importante vacunarlos. Por ejemplo, la vacuna contra la hepatitis B previene el cáncer hepático y la inmunización contra el virus del papiloma humano previene el cáncer cervicouterino.
Según se desprende de los datos actuales, alrededor de un 10% de los niños que padecen cáncer tienen una predisposición de carácter genético. Es necesario investigar más a fondo para conocer los factores que influyen en la aparición de cáncer en los niños.
Diagnóstico oportuno
Cuando el cáncer infantil se detecta en una fase temprana es más probable que responda a un tratamiento adecuado, elevando así las probabilidades de sobrevivencia, reduciendo el sufrimiento y reduciendo los costos y la intensidad de la terapia.
Un diagnóstico temprano depende del conocimiento de los síntomas por parte de las familias y los profesionales de la atención primaria de salud; la precisión y puntualidad en la evaluación clínica, el diagnóstico y la determinación del estadio de la enfermedad; y el inicio rápido del tratamiento.
Generalmente, los síntomas detectables de alerta incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso y persistente, dolores óseos o pérdida de peso. Las familias y profesionales de la atención primaria de salud debidamente formados pueden detectar estos síntomas.
La OMS destacó que, a la fecha, países de todos los niveles económicos han implantado con éxito programas para promover un diagnóstico precoz y correcto, a menudo mediante iniciativas de colaboración del gobierno con la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y asociaciones de padres.
Tratamiento
Los tratamientos habituales son la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia. Además, se debe dar mucha atención al desarrollo físico y cognitivo del niño y a su estado nutricional.
La OMS lamentó el acceso desigual y poco equitativo a diagnósticos eficaces, medicamentos esenciales, pruebas de anatomía patológica, hemoderivados, radioterapia, tecnología y atención psicosocial y asistencia paliativa.
Asimismo, subrayó que el cáncer infantil se puede curar en más del 80% de los casos, cuando el niño puede recibir atención oncológica adecuada y oportuna.