Las empresas familiares, básicas para la economía global

Rossi A. G. 

Son fundamentales en el desarrollo económico en diferentes regiones del mundo y responsables de la mayoría de empleos que se generan en México.

Puebla, Puebla, 30 de septiembre de 2019. De acuerdo con Business Families Foundation, portal especializado en “empresas familiares”, el 90% de las empresas en nuestro país son familiares o alguna vez lo fueron.

A pesar de esa relevancia, uno de los retos que estas empresas enfrentan es aprender a coexistir en un gran sistema que interrelaciona a la familia, la empresa y la propiedad.

Por lo anterior y una vez logrado ese objetivo, el siguiente paso para dichas empresas es generar valor, como comenta Luis Miguel Beristain Hernández, director del Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera (IEEGL), de la Región Sur del Tec de Monterrey.

“Lo llamamos empresarialidad consciente, donde ellos estén creando valor a todos aquellos que se ven afectados por el negocio; inversionistas, proveedores, clientes, colaboradores, incluso con vecinos o el medio ambiente”.

La toma de decisiones en su desarrollo y el camino que las empresas familiares recorren entre las distintas generaciones, son otros de los desafíos para estas sociedades.

El riesgo para las empresas familiares radica en quedarse como pequeñas o medianas, ya que una de gran tamaño podría dejarlas fuera del mercado sin mayores problemas.

“Creemos que, si tenemos más empresas que tienen presencia global y que son ejemplo de profesionalismo, se puede modificar favorablemente las condiciones económicas, de empleo y de una cultura de trabajo que mucho necesita el país” afirma Beristain.

Para apoyar al dinamismo de estas empresas, el Tec de Monterrey inicia por quinta ocasión el programa “Creación estratégica de valor en la empresa familiar”.

De esa manera y a través del Instituto de Emprendimiento, el Tec ofrece a la familia empresaria un camino efectivo para potenciar la creación de valor, a través de movimientos estratégicos correctos y precisos.

El taller es para empresas familiares establecidas; algunas han llegado a él con cierto estancamiento. A partir del conocimiento adquirido y de una sana ambición por crecer, es como los líderes de estas empresas han redefinido objetivos y lograr el repunte.

Gracias al IEEGL, la economía del centro y sur del país ha tenido un nuevo impulso a través de más de 107 empresas participantes en el taller a lo largo de 4 generaciones, la mayoría de ellas con presencia nacional e internacional.

A nivel nacional las empresas familiares han mostrado un rendimiento superior palpable en varios indicadores económicos y productivos, en comparación con las compañías comunes o los grandes corporativos, lo que se debe a 2 factores:

La inversión realizada es a través del patrimonio familiar, por ello existe un mayor cuidado del mismo. Eso implica paciencia al largo plazo.
El compromiso a lo construido a través de dos o más generaciones.
Para el éxito de la empresa familiar lograr una visión compartida por todos los integrantes de una familia es fundamental, para generar sinergias que involucren tomar decisiones.

Otro aspecto fundamental es el de la producción, donde más que observar la operación, las empresas cuidan la calidad de sus productos o servicios.

El doctor Beristain también menciona que el punto más álgido de las empresas familiares se encuentra en la transición generacional y de ocupación de espacios en la organización.

“Hay familias donde el proceso de sucesión puede tomar hasta 10 años, para irlos preparando a las funciones que corresponde a la siguiente generación”.

A lo largo de cinco generaciones de talleres, tan sólo en el campus Puebla del Tec de Monterrey se han graduado 84 familias. Con la graduación de la nueva generación la cifra ascendería a 110 familias que deberán cumplir con 2 objetivos:

Duplicar el valor de sus empresas, y Facilitar los procesos de integración intergeneracional.

Cabe mencionar que uno de los principales obstáculos encontrados para el desarrollo de las empresas familiares es la falta de entendimiento entre padres e hijos.

“Al término de los 10 meses de duración del taller llegan a comprenderlo a la perfección; los jóvenes reconocen el esfuerzo que sus padres han realizado (…) a veces los papás no confían en los jóvenes; aunque no está seguros de que las ideas de sus hijos sean buenas, al final se sorprenden con los resultados” finalizó el doctor Beristain.

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