Guillermo Pacheco Pulido…el camaleón

Roberto Desachy Severino

Fue melquiadista, marinista y hasta pachequista, formó parte de los llamados “3 Grandes de Puebla”, junto con Melquiades Morales Flores y Marco Antonio Rojas Flores, quienes permanecieron varias décadas en el poder político local, hasta que fueron desplazados por cuadros como los ex gobernadores Mario Marín Torres, Rafael Moreno Valle y Tony Gali Fayad.

Es que el ya gobernador interino, Guillermo Pacheco Pulido, es – antes que priísta- un verdadero camaleón político, que la última vez que peleó para ser candidato del PRI a Casa Puebla fue hace 15 años, en el 2004, pero fue ampliamente superado tanto por Mario Marín Torres como por Rafael Moreno Valle Rosas.

 

Miembro y representante del viejo PRI, con todo lo que ello conlleva; es decir, impunidad, corrupción, simulación y, al mismo tiempo, un oficio político a toda prueba, Pacheco Pulido cumplió el pasado lunes 21 de enero su viejo sueño de ser gobernador de Puebla, aunque –ironías de la vida- tuvo que hacerlo a expensas de Morena, AMLO y su “4ta Transformación”: ¡Al fin, con Pacheco Pulido como alfil Mario Marín Torres finalmente pudo ganarle una batalla política a Rafael Moreno Valle!

 

 

Resulta más que contradictorio el hecho de que mientras en Los Pinos el presidente Andrés Manuel López Obrador reitera un día sí y otro también su presunto compromiso de “combatir la corrupción”, la mayoría de su partido en el Congreso de Puebla haya designado como gobernador interino a un representante de la más vieja clase política priísta, la misma que hizo de las corruptelas un medio de vida: Ofrezco disculpas si combate a corrupción causa sacrificios: AMLO

PIÑAOLAYISTA, MELQUIADISTA, MARINISTA, ¿MORENISTA Y AMLISTA?

Pacheco Pulido fue piñaolayista, le tocó ser presidente municipal de Puebla capital en el trienio 1987-1990, cuando el estado fue gobernado por uno de los personajes más corruptos y que mayor rechazo ha generado en la historia reciente de Puebla: Mariano Piña Olaya, que lo congeló el resto de su sexenio.

También permaneció en la banca durante la gestión de su hoy compañero en Morena, Manuel Bartlett Díaz, que –con las siglas del PRI- gobernó Puebla entre 1993 y 1999 y mostró un profundo desdén hacia Pacheco Pulido, Mariano Piña Olaya y Marco Antonio Rojas Flores. La suerte política le cambió al actual gobernador interino hasta 1999, cuando su amigo Melquiades Morales Flores lo revivió.

Como gobernador de Puebla, Melquiades Morales impuso a Pacheco Pulido como presidente del Tribunal Superior de Justicia y hasta lo hizo precandidato a Casa Puebla, pero claramente sus mejores tiempos ya habían pasado y tuvo que “conformarse” con permanecer al frente del Poder Judicial estatal, lo que logró al volverse “marinista”.

Guillermo Pacheco Pulido duró 9 años al frente del Tribunal Superior de Justicia y, en uno de ellos, en el 2005, estuvo a punto de provocar la desaparición de poderes en Puebla, cuando él y Mario Marín se confabularon para torturar a la activista social y escritora Lydia Cacho. Así es el perfil del gobernador interino votado este lunes, principalmente, por la mayoría de AMLO y Morena en el Congreso local: Rinde protesta Pacheco Pulido como gobernador del Estado de Puebla

OPACIDAD, SOBRECOSTO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDAD JUDICIAL Y NEPOTISMO, CARACTERÍSTICAS DE SU PASO POR EL TSJ

Fiel producto y defensor del sistema político priísta, el hoy encargado de “conducir” la 4ta Transformación amlista en Puebla hasta que el próximo gobernador tome posesión se comportó al frente del TSJ como era previsible que lo hiciera cualquier político, en especial del PRI; es decir, con una visión patrimonialista y de usufructo del poder.

La gestión de 9 años de Pacheco Pulido en el poder judicial de Puebla se caracterizó por la opacidad, ya que nunca quedó claro a dónde fueron a parar los intereses del dinero que miles de padres y/o madres divorciadas o separadas depositaron en los juzgados lo familiar por concepto de manutención y que, aunque el capital se entregará a las encargadas de la custodia de los niños, la ganancia generada por los intereses se quedó en el limbo.

Durante su paso por el TSJ se construyó la “magna obra” melquiadista; es decir, Ciudad Judicial, que estuvo rodeada de cuestionamientos y polémica por su supuesto sobrecosto tanto en su edificación como en el equipamiento y en la administración del inmueble, aunque la mayoría priísta en los Congresos locales de Melquiades Morales y Mario Marín nunca investigó nada: Guillermo Pacheco mete mano en Ciudad Judicial

El nepotismo exacerbado en el poder judicial poblano se convirtió en otra acusación permanente durante los 9 años que hoy el gobernador interino estuvo al frente del mismo, porque jueces y magistrados se dieron vuelo colocando hijos, sobrinos, amigos y hasta segundos frentes en la dependencia…siempre con la complacencia de Pacheco Pulido y, sobre todo, del sistema político priísta, aunque –a decir verdad- esta degradación de un poder público se mantuvo también cuando el panismo habitó Casa Puebla.

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