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El cambio climático ya está ocurriendo: el mundo ya es 1.1 °C más cálido que al inicio de la revolución industrial, y ya se siente un impacto significativo en la Tierra y en la vida de las personas.
Si las tendencias actuales persisten, se espera que las temperaturas globales aumenten entre 3.4 y 3.9°C este siglo, lo que traería impactos climáticos destructivos y de gran alcance.
Esa es la grave advertencia a la comunidad internacional antes de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2019, conocida como COP25, que inicia en la capital española, Madrid, el 2 de diciembre.
A solo dos meses de que el Secretario General convocara la importante Cumbre de Acción Climática en la sede de la ONU en Nueva York, ¿qué se puede esperar de la COP25?
1. ¿En qué se diferencia la COP25 de la Cumbre del Secretario General?
La Cumbre de Acción Climática en septiembre fue una iniciativa del Secretario General de la ONU para centrar la atención de la comunidad internacional en la emergencia climática y acelerar las acciones para revertir el cambio climático.
La COP25 (que originalmente iba a ser celebrada en Santiago, Chile, pero se trasladó a Madrid por la situación en ese país) es la Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CMNUCC, que tiene la tarea de asegurarse de que la Convención y el Acuerdo de París de 2015 se estén implementando, en línea con los compromisos asumidos por los países.
2. ¿Por qué toda esta atención de la ONU al clima?
Cada vez hay más evidencia de los impactos del cambio climático, especialmente en eventos meteorológicos extremos. Además, la ciencia ha demostrado que las emisiones de gases causantes del efecto invernadero siguen aumentando, no disminuyendo.
Según el Boletín de gases de efecto invernadero de la Organización Meteorológica Mundial de 2019, los niveles de estos gases que atrapan el calor en la atmósfera han alcanzado de nuevo un nivel récord. La continuación a largo plazo de esta tendencia significaría que las generaciones futuras se enfrentarían a impactos cada vez más severos del cambio climático, como la elevación de las temperaturas, más olas de calor, el estrés hídrico, el aumento del nivel del mar y la destrucción de ecosistemas marinos y terrestres.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió en su Informe de Brecha de Emisiones de 2019 que se necesitan reducciones de las emisiones del 7,6% anual desde 2020 hasta 2030 para cumplir el objetivo acordado internacionalmente de limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 ° C en comparación con niveles preindustriales. Los científicos coinciden en que es una tarea difícil y que la ventana de oportunidad se está cerrando.
3. Y entonces, ¿qué logró la Cumbre de Acción Climática de septiembre?
La Cumbre sirvió como trampolín antes de los plazos cruciales de 2020 establecidos por el Acuerdo de París, centrando la atención mundial en la emergencia climática y la urgente necesidad de ampliar significativamente la acción. Y los líderes, de muchos países y sectores, dieron un paso al frente.
Más de setenta países se comprometieron a emisiones netas de carbono cero para 2050, incluso si los principales emisores como Estados Unidos, China e India aún no lo hubieran hecho. Más de cien ciudades también se unieron a la iniciativa, incluidas varias de las más grandes del mundo.
Por su parte los Pequeños Estados Insulares prometieron lograr la neutralidad de carbono y pasar al 100% de energía renovable para 2030. Y países como Pakistán, Guatemala, Colombia, Nigeria, Nueva Zelanda y Barbados se comprometieron a plantar en conjunto más de 11.000 millones de árboles.
Asimismo, más de cien líderes del sector privado se comprometieron a acelerar la economía verde. Un grupo de los propietarios de activos más grandes del mundo, que controla 2 billones de dólares, se comprometió a pasar a carteras de inversión neutras en carbono para 2050.
Esto se suma a una reciente llamada de los administradores de activos que representan casi la mitad del capital invertido del mundo, unos 34 billones de dólares, para que los líderes mundiales pongan un impuesto al carbono y se eliminen gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles y la energía térmica del carbón en todo el mundo.
4. PNUMA, OMM, IPCC, CMNUCC, COP … ¿por qué todos los acrónimos?
Estos representan herramientas y agencias internacionales que, bajo el liderazgo de la ONU, fueron creadas para ayudar a avanzar en la acción climática global. Así es como encajan.
El PNUMA es el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la principal autoridad ambiental internacional y establece la agenda ambiental global además de ser un defensor autorizado del medio ambiente .
La OMM significa Organización Meteorológica Mundial, la agencia de las Naciones Unidas para la cooperación internacional en áreas como el pronóstico del tiempo, la observación de cambios en el clima y el estudio de los recursos hídricos.
En 1988, la Asamblea General de la ONU solicitó al PNUMA y a la OMM que establecieran el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que está compuesto por cientos de expertos, para evaluar los datos y proporcionar evidencia científica confiable que sirva de base en las negociaciones de acción climática.
Los tres organismos de la ONU publican informes que, en los últimos años, han aparecido con frecuencia en los titulares internacionales, revelando el aumento de la preocupación por la crisis climática.
En cuanto a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), este documento fue adoptado en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro, Brasil. En ese tratado, las naciones acordaron “estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera” para evitar la interferencia peligrosa de la actividad humana en el sistema climático.
Hoy, 197 Estados son partes del tratado. Todos los años desde que este entró en vigor en 1994, se ha celebrado una “conferencia de las partes”, o COP, para discutir cómo avanzar. Madrid será el anfitrión de la vigesimoquinta, por lo tanto, la COP25.
5. ¿Qué importancia tiene esta COP?
Debido a que la Convención tenía límites no vinculantes sobre las emisiones de gases de efecto invernadero para países individuales y no tenía un mecanismo de cumplimiento, se negociaron varias extensiones de este tratado durante las COP recientes, incluido el Acuerdo de París, adoptadoen 2015, en el que todos los países se comprometieron a intensificar los esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1.5 ° C por encima de las temperaturas preindustriales y a impulsar el financiamiento de la acción climática.
La COP25 es la COP final antes de entrar al año definitorio de 2020, cuando muchas naciones deben presentar nuevos planes de acción climática. Entre los muchos elementos que deben ser resueltos está el financiamiento de la acción climática en todo el mundo.
Actualmente no se está haciendo lo suficiente para cumplir los tres objetivos climáticos: reducir las emisiones en un 45% para 2030; lograr la neutralidad climática para 2050 (lo que significa una huella de carbono neta cero) y estabilizar el aumento de la temperatura global a 1.5 ° C para fines de siglo.
Debido a que el tiempo corre y el cambio climático avanza, el mundo no puede permitirse más retrasos y debe acordar un camino audaz, decisivo y ambicioso.