Osiris Valdés
Desde Chicago, Estados Unidos
¡Feliz Navidad, Feliz Navidad! Que etapa que me hace niña otra vez, en el ansiado reencuentro, el destello de todas las luces navideñas en nuestros ojos; la sonrisa más querida, la de mi hijo Sammy! La melodía del alma que nos convierte en esperanza, bondad y amor; el azul del océano en los ojos del corazón…
Osiris Valdés López.
Sería extraño hablar de Navidad y no mencionar el reencuentro con la familia, la hora del árbol y los hermosos adornos navideños. Toda esa magia que convierte nuestras casas en un mundo de fantasía, regalos y color para nuestros hijos. Con la llegada de la Navidad, los sentimientos florecen en las personas, el entusiasmo y la solidaridad se hacen visibles a nuestro alrededor. Porque la llegada de la Navidad trae consigo bellos momentos y valores; el amor y la esperanza renacen de manera maravillosa entre los seres humanos. Sentimientos y sensaciones increíbles acarician nuestras almas. Y precisamente a esto es a lo que llamamos espíritu navideño, ese tiempo de estar en armonía y unión con la familia, los amigos, nuestros hijos que regresan a casa. ¡Qué hermoso sería, queridos lectores, que el espíritu de la Navidad continuara durante el resto del año!
Que hermosas y genuinas sensaciones que nos transportan a nuestra etapa más infantil, donde todo parecía un sueño. Ya que el espíritu navideño nos acerca a los demás. Reuniones familiares como las de Acción de Gracias, la llegada de los Reyes Magos, el nacimiento de Jesús o la llegada de Papá Noel. Porque la Navidad no es solo luces y regalos. Es por tradición una de las costumbres más antiguas en diferentes culturas surgiendo en el ámbito familiar y entre nuestros parientes la belleza de la unión. Casi siempre en nuestras casas es papi quien se encarga de la adorable tarea de decorar las luces del exterior de nuestras casas. Y es esa persona, la que pone todo su esfuerzo y amor en llevar a cabo tan encomiable tarea, y se despierta antes que los demás y se duerme después de los demás para hacer perdurar el espíritu navideño. Es quien merece todas nuestras expresiones de amor y gratitud. Esta etapa del año también nos hace reflexionar, renovarnos y fluir en cuanto a los cambios que anhelamos hacer para el nuevo año.
Para este fin de año. Les deseo a todos las bendiciones más hermosas y genuinas. Que todos los sueños y proyectos se hagan realidad. Y sobre todo que seamos felices; Creo que el mundo necesita un sentimiento de verdadera felicidad, como cuando éramos niños y estábamos emocionados por algo. Y para mi lista de deseos a las puertas de este nuevo año del que ya estamos en vísperas: Que la paz, la unión y el amor abunden en el mundo. Y ojalá algún día llegue un cambio real que detenga las guerras, el hambre y todo lo que no debería pasarle a nuestra humanidad… ¡Levanto mi copa y brindo por ello! Queridos lectores…
Feliz fin de año, prosperidad y muchos cambios.
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