Nombran Investigador Emérito del SNI al Dr. Jorge Ibáñez, académico IBERO

Staff/Rossi

  • Es el primer docente de esta Universidad que alcanza la más alta categoría del Sistema Nacional de Investigadores, a la que pertenece sólo el 1% de investigadores de México
  • El Dr. Jorge Ibáñez Cornejo dice que su designación es un logro de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

El Dr. Jorge Ibáñez Cornejo, académico del Departamento de Ingeniería Química, Industrial y de Alimentos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, fue designado Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la más alta categoría del SNI que puede alcanzar un investigador/a de México, y de la que forma parte por primera vez un docente de la IBERO.

De esta manera, Ibáñez entró a formar parte del selecto grupo de alrededor de 350 investigadores/as que en el país ostentan el título de Investigador Nacional Emérito, que juntos representan un poco más del 1% de los más de 30 mil investigadores que integran el SNI.

Para lograr ser designado a la máxima categoría del SNI (las otras son: Candidato, Investigador Nacional Nivel 1, Investigador Nacional Nivel 2 e Investigador Nacional Nivel 3), el Doctor debió demostrar el impacto nacional e internacional que han tenido sus investigaciones; lo que evalúo satisfactoriamente el grupo de investigadores nacionales eméritos que se integró para dictaminar su ingreso a esta categoría.

Aunado a esto, a lo largo de su trayectoria académica el Dr. Ibáñez renovó tres veces su nombramiento como Investigador Nacional Nivel 3, que hasta antes de los más recientes cambios al reglamento del SNI -hace algunas semanas-, era una cláusula de condición para poder ser designado Investigador Nacional Emérito.

Este nombramiento produjo en Ibáñez “una satisfacción enorme, porque demuestra que no sólo desde las instituciones públicas se puede acceder a estos niveles en la investigación en México”. Además, a su parecer, resulta más meritorio que alcancen esos niveles en el SNI las y los investigadores de instituciones de educación superior privadas, donde el presupuesto destinado a la investigación suele ser mucho menor que en las universidades públicas.

Asimismo, consideró que su nombramiento como Investigador Nacional Emérito es una designación que no es sólo para él, sino para toda la Iberoamericana Ciudad de México, “porque todo lo que he podido hacer en la IBERO ha sido gracias a esta Universidad, que ha puesto a mi disposición la gran infraestructura de sus laboratorios, me ha dado libertad de cátedra y para investigar, y donde he encontrado en mis colegas a grandes colaboradores y amigos”.

“Por eso me siento muy orgulloso de que sea un logro de la Universidad Iberoamericana, en cuyo proyecto educativo creo profundamente y del cual estoy convencido de lo valioso que es para la sociedad”, dijo.

La química de Jorge Ibáñez

Jorge Ibáñez Cornejo es egresado de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Doctor en Fisicoquímica por la Universidad de Houston y tiene dos Posdoctorados en Electroquímica, en la Universidad de Houston y en la Universidad de Texas en Austin.

Es parte de la primera generación de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores, al que ingresó en 1985 cuando laboraba en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Al cambiarse a la IBERO, se convirtió en el primer investigador del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) en ser evaluado positivamente por el SNI, junto con el Dr. Guillermo Zermeño, académico del Departamento de Historia, en 1987.

En su carrera como docente e investigador, el Dr. Ibáñez se ha enfocado, principalmente, en dos áreas: electroquímica ambiental y química en microescala. En la primera, uno de sus mayores logros ha sido publicar el libro Environmental Electrochemistry: Fundamentals and Applications in Pollution Abatement, que coescribió con el Dr. Krishnan Rajeshwar, de la Universidad de Texas en Arlington, que publicó Academic Press, y que fue utilizado como libro de texto en universidades de Estados Unidos.

Respecto a sus investigaciones, destacó que ha desarrollado, con el Dr. Rubén Vásquez Medrano, del Departamento de Ingeniería Química, Industrial y de Alimentos, distintos métodos para destruir contaminantes, sobre todo en el agua, como parte varios proyectos del Conacyt y de la División de Investigación y Posgrado de la IBERO.

Junto al Mtro. Arturo Fregoso Infante, colega de ese mismo Departamento, Ibáñez obtuvo una patente para un proceso de destrucción de cromatos tóxicos. Con ese mismo investigador y el Dr. Vásquez, el Emérito está en vísperas de obtener otra patente sobre mejoras a un proceso de reciclado del PET anteriormente patentado por Fregoso, pero que ahora no generará subproductos.

También, Ibáñez Cornejo ha generado una serie de experimentos educativos en los que demuestra cómo es posible utilizar la electroquímica para destruir contaminantes o recuperarlos del agua, el aire y los suelos.

Como miembro fundador del Centro Mexicano de Química Verde en Microescala (CMQVM) de la IBERO, a lo largo de 30 años de trabajo ha llevado junto con un equipo de profesores/as los beneficios ambientales, económicos, de seguridad, de ahorro de espacio, ahorro de desechos y ahorro de reactivos de la química en microescala, a personas de más de 50 países de los cinco continentes, y a casi todos los estados de la República Mexicana. Asimismo, sobre esta temática han publicado nueve libros, dos de los cuales se han utilizado como libros de texto en los Estados Unidos y en otros varios países.

Fiel al compromiso social y a la pedagogía ignaciana de la IBERO, universidad confiada a la Compañía de Jesús, ha trabajado con grupos vulnerables, por ejemplo, habitantes de comunidades rurales de escasos recursos de Puebla, Querétaro, Jalisco y Guanajuato; y de países como El Salvador, Tailandia, Vietnam, Myanmar, Laos, Camboya, Etiopía, Sudáfrica, Bolivia, entre otros. Además, ha diseñado e impartido, junto con otras/os colegas, talleres de ciencias para personas con discapacidad visual.

En el ámbito humanista, Ibáñez ha promovido el diálogo ciencia-fe en seminarios, congresos, clases; y ha colaborado en la traducción de dos libros sobre la dimensión espiritual de grandes científicos, filósofos y ganadores del Premio Nobel.

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