PRNewswire
Mañana se cumplen seis meses desde que China reportó a la Organización Mundial de la Salud el primer caso de coronavirus. El saldo de la pandemia desde entonces es más de diez millones de infecciones y medio millón de muertos.
“Este es un momento para que todos nosotros reflexionemos sobre el progreso que hemos logrado y las lecciones que hemos aprendido, y para comprometernos de nuevo a hacer todo lo posible para salvar vidas”.
Por favor, pongan en cuarentena la politización del COVID-19.
Tedros Adhanom Gebreyesus aseguró que, más allá de las investigaciones para encontrar un tratamiento o una vacuna hay esperanza de detener el contagio y puso como ejemplo a Corea del Sur, país que en febrero era el segundo en número de casos después de China, pero que ha conseguido suprimir la transmisión de la infección.
El virus explota las divisiones
Sin embargo, Tedros advirtió que la realidad es que la pandemia está muy lejos de terminar, y aún más en un ambiente de división política.
“Todos (los expertos) están de acuerdo en que este virus tiene dos características: es rápido en su contagio y es letal. Y, además, puede explotar las divisiones entre nosotros. Y esa es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud ha dicho: ‘por favor eviten las divisiones’. Cualquier diferencia puede ser explotada por el virus (…) Con diez millones de casos y medio millón de muertos, a menos que abordemos los problemas, la falta de unidad nacional y la falta de solidaridad internacionales, lo peor está todavía por llegar”, afirmó.
El virus no tiene nada que ver con la política, tiene que ver con la ciencia y me gustaría que todos estuviéramos de parte de la ciencia.
Por su parte, el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, respaldó las palabras de Tedros al señalar que se tiene que ver la forma en que cada gobierno sirve a su pueblo y la forma en que los ciudadanos tienen que apoyar, incluso cuando no es el gobierno de su elección.
“Ese es el gran reto de la unidad nacional contra un enemigo común. Cuando hablamos de unidad nacional contra un adversario común, no significa que tengamos que escoger quien nos dirige en esa lucha, por lo que hay que ser capaces de superarlo. No podemos continuar permitiendo que la lucha contra este virus se convierta y se mantenga como una lucha ideológica. No podemos vencer al virus con ideologías. Y creo que este es momento para que todo individuo y todo político se mire en el espejo y se pregunte: ¿estoy haciendo lo suficiente? Necesitamos tener esta conversación entre nosotros y este es el momento, porque no hay tiempo que perder”, aseguró.
Del lado de la ciencia
Por su parte, la doctora María Van Kerkhove, epidemióloga jefe de la Organización, secundó a sus colegas al afirmar: “Esto no tiene nada que ver con la política, tiene que ver con la ciencia y me gustaría que todos estuviéramos de parte de la ciencia, y estuviéramos de parte de la sanidad pública y de la experiencia (de los conocimientos?)”.
Por ese motivo, el doctor Tedros hizo un llamado: “Por favor, pongan en cuarentena la politización del COVID-19. Por favor, necesitamos unidad política. Necesitamos unidad política a nivel nacional, unidad entre los partidos políticos, unidad más allá de las ideologías, unidad más allá de las creencias, unidad más allá de las razas, unidad más allá de cualquier diferencia que uno pueda mencionar”.
También instó a llevar a cabo una estrategia coherente de sanidad pública, que incluye desde las decisiones de las autoridades sanitarias hasta las decisiones personales de observar las reglas de higiene pública fundamentales.
El doctor Tedros resumió esa estrategia en cinco prioridades:
– Primero, empoderar a la sociedad. Cada individuo debe comprender que no está indefenso: hay cosas que todos deberían hacer para protegerse a sí mismos y a los demás. La salud de los otros está en nuestras manos. Eso incluye mantener el distanciamiento físico, el lavado de las manos, los protocolos a seguir con la tos, quedarse en casa si uno se siente enfermo, usar mascarillas cuando sea apropiado y solo compartir información de fuentes confiables. Aunque uno pueda estar en una categoría de bajo riesgo, las elecciones que tome podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte para otra persona.
– Segundo, suprimir la transmisión. Hay medidas que todos los países pueden tomar para eliminar la propagación del virus como asegurarse de que los trabajadores de la salud tengan acceso a capacitación y equipo de protección personal, mejorar la vigilancia para encontrar los casos, localizarlos y poner en cuarentena los contactos que hayan podido tener.
– Tercero, salvar vidas. La identificación temprana y la atención clínica salvan vidas. Proporcionar oxígeno y dexametasona a personas con enfermedades graves y críticas salva vidas. Prestar especial atención a los grupos de alto riesgo, incluidas las personas mayores en centros de atención a largo plazo, salva vidas. Japón lo ha conseguido: tiene una de las mayores poblaciones de personas mayores, pero su tasa de mortalidad es baja, y la razón es lo que acabamos de decir: muchos países pueden aplicarlo y salvar vidas.
– Cuarto, acelerar la investigación. Ya hemos aprendido mucho sobre este virus, pero todavía hay mucho que desconocemos, y todavía hay herramientas que necesitamos.
– Y quinto, tener un liderazgo político.
Dentro de sus esfuerzos por acelerar la investigación, el director de la Organización Mundial de la Salud anunció que, , esta semana convocará una segunda reunión para evaluar los avances en investigación y desarrollo que se han conseguido hasta el momento y reevaluar las prioridades de investigación para la próxima etapa de la pandemia.
Después recordó que, aunque muchos países han hecho algunos progresos, a nivel mundial la pandemia en realidad se está acelerando: “Todos estamos juntos en esto, y todos estamos en esto a largo plazo. Necesitaremos mayores reservas de resiliencia, paciencia, humildad y generosidad en los próximos meses. Ya hemos perdido mucho, pero no podemos perder la esperanza”.
Finalmente, aseguró que el momento de reflexión que brindan estos seis meses de pandemia son un momento ideal para que todos los países renueven su compromiso con la cobertura sanitaria universal como piedra angular del desarrollo social y económico, y para construir un mundo más seguro, más justo, más verde e inclusivo.