Golpean policías de Zacatelco Tlaxcala a artesano hasta dejarlo paralítico

Ricardo, de 28 años y oficio herrero

Arturo Tecuatl

Un gravísimo caso de brutalidad policíaca se registró anteayer viernes en Zacatelco. Ricardo, de 28 años y oficio herrero podría quedar paralítico a causa de los golpes propinados durante dos horas por uniformados que decidieron detenerlo y llevarlo a la comandancia porque les pareció “sospechoso”.

¿Sospechoso de qué? Simplemente sospechoso. Con ese argumento la nueva policía municipal que según el alcalde Hidelberto Pérez, cambiaría el concepto de la Seguridad Ciudadana, tomó la decisión de levantar a Ricardo cuando caminaba por la zona conocida como Barranca Sánchez, a punto de llegar a su casa. Ni ebrio iba como para acusarlo de algo. Eso sí, lo dejaron limpio de su quincena, celular y otros objetos de valor.

Y como no confirmaran “sus sospechas” recurrieron a golpearlo hasta fracturar su coxis, una de sus piernas y varias costillas.

El ortopedista que lo atendió en el Hospital General de Tlaxcala (HGT) explicó a sus familiares que le injertarían en una cirugía mayor una placa de titanio para reparar su coxis: la más delicada de sus lesiones, acaso producida por salvajes puntapies con bota de casquillo, o culatazos con armas largas, con una saña espantosa y acaso bajo los influjos de alguna droga que los llevó a suponer que no ocasionarían daños permanentes a su víctima, incluso la muerte.

El especialista afirmó que hay el riesgo de que Ricardo no recupere el movimiento en una o en ambas piernas. Dadas las delicadas condiciones de la víctima pidió la presencia del Ministerio Público (MP) para dar fé de la impresionante cantidad de golpes en todo el cuerpo, rotura de huesos, todo ello considerado como lesiones que ponen en peligro la vida del paciente.

Amenazaron a familiares

Dos horas sin parar duró la golpiza a Ricardo. Su estancia en los separos más de doce horas. Y cuando los uniformados comprendieron la gravedad de su agresión, pidieron a sí víctima números telefónicos de familiares para ir por él. Entendieron que si permanecía más tiempo podría perder la vida y optaron por el “ustedes disculpen”.

Pero no lo dejarían ir tan fácil. El juez calificador en turno condicionó la liberación del mal herido al pago de una multa de 5 mil pesos.

En la maniobra para liberarlo, los policías exigieron identificaciones oficiales a los familiares y les advirtieron que si presentaban una denuncia o lo informaban a los medios de comunicación, “personalmente irían a sus casas pues ya contaban con sus direcciones y otros datos personales”. ¿A que irían, a hacer más grande la tortura, a levantar a otros sospechosos, a hacerse con otros cuerpos para practicar su salvajismo de fracturar huesos e intimidar gente?

Así se estrenan las nuevas patrullas

Apenas hace unos días el alcalde Hildeberto Pérez “el cachorro”, sudando dentro de un traje corriente bajo un sol abrumador prometía frente a una multitud, y a sus policías dándole la espalda acabar con la angustia de las familias porque criminales amenazaban el buen desempeño de Zacatelco.

Ahora ese alcalde, con un parecido sobresaliente al “Varguitas de La Ley de Herodes”, tendrá que comparecer ante el mismo Pueblo reunido en el Parque de Zacatelco para explicar:

¿Por qué sus muchachos medio mataron a un herrero de 28 años por considerarlo sospechoso?

¿Por qué lo mantuvieron 12 horas privado de su libertad bajo el cargo de sospechoso?

¿Por qué las cinco patrullas nuevas que recién adquirió circulan sin placas, no se da cuenta que en esa condición se trata de vehículos apócrifos sin el reconocimiento oficial y legalmente impedidas para realizar rondines que deben obedecer a un riguroso protocolo?

¿Cómo adquirió esas patrullas, pidió un crédito, quién se lo otorgó, lo informó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana?

¿Y el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, está enterado de ese acto de brutalidad policíaca o se encuentra en alguna de las rutas donde suele ir a correr, muy de tenis blancos, pantalón corto y calcetines negros abajo de la rodilla?

¿Será cierto que el coordinador de asesores del gobierno del cambio, Víctor Cánovas, hace semanas recomendó a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, prescindir del agotado ingeniero Sergio González, cuyas fuerzas ya flaquean a estas alturas, y será el primero que no supere la prueba de los cuatro meses?

Tiene que involucrarse el Gobierno Federal

Los hechos suscitados en Zacatelco, Tlaxcala, son tan graves que deben formar parte de los expedientes a cargo del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas Rodríguez, pues los agentes responsables, su jefe inmediato el comandante de la Policía Municipal de Zacatelco, el juez calificador , el alcalde Hildeberto Pérez, tofos tienen que comparecer ante la Fiscalía General de la República (FGR) antes que este municipio tlaxcalteca se convierta en el nuevo Ayotzinapa.

Nadie puede ocultar la relación del presidente municipal con un grupo del crimen organizado, y que este evento que se salió de control sea en realidad un mensaje que busquaba infundir terror a una población, del sobresalto a la indignación.

Un mensaje de poder para que nadie dude en pagar sin chistar, las nuevas licencias, elevadas cuatro veces, para someterse a una policía intolerante, de mala entraña, actuando bajo el sicarismo como doctrina y la búsqueda de dinero a como dé lugar, así sea succionado los cuerpos resecos de las familias pobres, tal como comenzaron a hacer con los vendedores de tamales, a quienes cobran una cuota diaria de 150 pesos o su equivalente en tamales con o sin torta, y sus correspondientes vasos de arroz o champurrado.

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