Pide solidaridad para apoyar a quienes no pueden quedarse en casa

Staff/Rossi

Ignacio Román, economista y profesor del ITESO, explica que es conveniente crear redes de solidaridad y volver a lo que llama “la lógica de la tienda de barrio”. En cuanto a los apoyos públicos señala que es importante distinguir bien a los beneficiarios para apoyar a quienes de verdad lo necesitan.

La instrucción de las autoridades es clara: ante el aumento de casos positivos por Covid-19 lo mejor para detener que la pandemia siga creciendo es quedarse en casa. Pero ¿qué pasa con todas aquellas personas que no pueden permanecer recluidas en sus casas porque de su salida depende que tengan los recursos para sobrevivir? De acuerdo con Ignacio Román, académico de la Escuela de Negocios ITESO, la clave en esta situación es la solidaridad.

Para el profesor el primer paso que se tiene que dar está relacionado con distinguir tres grandes grupos. El primero, explica tomando como referencia la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), es el que considera a los trabajadores por cuenta propia, que es una subcategoría del rubro de trabajadores independientes.

“Esta población, al vivir de su trabajo individual, vive al día en la mayoría de los casos y, me parece, es el grupo más grave”, señala.

El segundo grupo, continúa Román, es el de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) y agrega que es un error común meter en el mismo cajón a las micro empresas —“una familia que vende artesanías para sobrevivir”— con las medianas empresas —“una empresa de electrónicos que incluso puede ser proveedora de una gran compañía”.

En ese sentido, añade, es prioritario apoyar a las microempresas, luego a las pequeñas y por último a las medianas. “Hay que establecer un mapa menos dicotómico de las empresas y ver toda la gama de colores que hay”, señala Román.

El tercer grupo es el de las grandes empresas, entendidas como aquellas que cuentan con patrimonio y alto nivel de capitalización y que, no obstante que cuentan con estos recursos, son las que a veces ejercen más medidas contra sus trabajadores.

Hacer esta diferenciación, puntualiza Román, “ayuda a no meter a todos en el mismo saco. Los dos primeros grupos deben recibir apoyos institucionales, mientras que debe haber una política estricta para vigilar el comportamiento de las empresas grandes y gigantes”.

Siguiendo con esta lógica, dice el profesor del ITESO, lo primero es salvar a las familias del primer grupo por medio de una política de transferencia de recursos, como pueden ser las becas para adultos mayores, los apoyos para las madres solteras y para los estudiantes, por ejemplo.

“En este grupo no se trata de salvar a la empresa, no se trata de salvar el carrito de hot dogs, sino de salvar a la persona que los vende”, añade.

En cuanto al segundo grupo lo ideal sería instaurar una política de créditos blandos que permitan salvar a las micro, pequeñas y medianas empresas, y a sus trabajadores.

Sin embargo, más allá de las medidas que puedan tomar las instituciones, Ignacio Román subraya que “la solidaridad es clave” para apoyar a las personas cuya supervivencia depende de su trabajo diario.

“Por salubridad es mejor ir a un lugar en donde habrá tres o cinco personas que a uno donde hay más de cien. Es necesario volver a la lógica de la tiendita de barrio para apoyar a esos pequeños comercios y cuidarnos”.

Otra sugerencia del economista tiene que ver con la generación de espacios cooperativos y organizativos, por ejemplo entre los vecinos que puedan hacer turnos para salir a hacer las compras de todos.

Una recomendación más, relacionada con los gobiernos municipales y sus bases de datos, es la identificación por colonia de personas en vulnerabilidad económica que puedan prestar un servicio a la comunidad, por ejemplo, haciendo las compras de los adultos mayores, previamente equipados por el ayuntamiento con los insumos necesarios para salvaguardar su salud. “De este modo se apoya a personas que requieren empleo para que apoyen a otras personas”.

En cualquier caso, concluye Ignacio Román, lo más importante es que los distintos órdenes de gobierno actúen en los ámbitos de injerencia de cada uno para no estar duplicando funciones.

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