Trials of Gabriel Fernández: el documental de Netflix de abuso infantil que todos deben ver

GQ

Esta escalofriante historia real crea conciencia sobre el abuso que los niños llegan a sufrir dentro de sus familias.
En mayo de 2013, un niño de 8 años llamado Gabriel Fernández fue asesinado brutalmente después de soportar meses de abuso y tortura, lo peor del caso es que fue su propia madre, y su novio, quien lo sometió a todo ese sufrimiento.

¿Nadie lo sabía? ¿nadie notó las señales? ¿no vieron los moretones o lo delgado que estaba? The Trials of Gabriel Fernández, la nueva serie documental de crímenes reales de Netflix, cuenta la perturbadora historia del niño, y muestra cómo el sistema le falló constantemente cuando más lo necesitaba.

Basada en el reportaje del periodista del LA Times, Garrett Therolf y dirigida por Brian Knappenberger, la serie es una crónica que reconstruye los más de 8 meses en los que Gabriel Fernández soportó golpes, disparos en la cara con una pistola de balines, encierros en un clóset durante horas, ser forzado a comer arena para gatos y ser rociado con pepper spray en la cara. Tristemente, la tortura del niño de 8 años solo terminó cuando el novio de su mamá lo golpeó hasta la muerte.

Este documental es difícil de ver y de digerir, cada capítulo pierdes un poco más de la poca fe que tenías en la humanidad, sientes furia, indignación y terror cuando comienzas a descubrir todo lo que este niño estuvo viviendo mientras el resto del mundo, incluso sus maestros y compañeros de escuela, lo ignoraban.

Lo más alarmante del caso de Gabriel es que su muerte se pudo prevenir, el Department of Child and Family Services y la policía fueron llamados en varias ocasiones a su casa, pero nadie hizo nada, incluso le dijeron al niño que dejara de contar mentiras, que fue lo que permitió que siguieran abusando de él.

“Nadie escuchó a Gabriel cuando estaba vivo”, Knappenberger le dice a TIME. “Mucha gente le falló, y hay muchas razones por las que esto sucedió. Pero cuando llegas al final, se trata de: ¿cómo quieres tratar a los niños? ”

Esto es lo que debes saber de la historia:

De acuerdo con los testimonios, Gabriel Fernández era un niño normal, agradable y que siempre estaba ayudando a los demás. Antes de mudarse con su mamá y su novio, él y sus hermanos pasaron algún tiempo viviendo en las casas de distintos familiares, donde llevaba una vida feliz y saludable, pero todo cambió en 2012 cuando su mamá consiguió la custodia y lo llevó a vivir con ella, a pesar de que su familia no estaba de acuerdo porque supuestamente descuidaba a sus otros hijos.

Gabriel comenzó a ir a una nueva escuela y, ahí, una maestra llamada Jennifer García comenzó a notar que las cosas no estaban bien y dijo que el niño incluso le preguntó si era normal que las mamás golpearan a sus hijos, si era normal que usaran un cinturón como castigo y que los hicieran sangrar.

García reportó el caso a la policía y una trabajadora social fue llamada a la escena para atender el caso, pero, de acuerdo con el documental, ella nunca realizó la investigación correcta y tampoco mencionó que la madre de Gabriel ya tenía un historial de descuidar y abusar de sus otros hijos. Los trabajadores sociales visitaron la casa en varias ocasiones, pero dijeron que nunca encontraron señales de abuso lo suficientemente alarmantes como para retirar al niño. Después de la muerte del niño, esos trabajadores sociales fueron acusados también de abuso infantil y de falsificar información en el caso de Gabriel. Stefanie Rodríguez, la principal trabajadora social del caso, dijo que durante su investigación estaba viendo a otros niños que sufrían de abuso en igual o mayor grado que Gabriel (como si eso fuera una excusa).

La situación de Gabriel fue empeorando conforme el tiempo pasaba, los reportes dicen que comenzó a ir a la escuela con moretones, cortadas y hasta secciones de pelo que claramente habían sido arrancadas. Fueron los hermanos de Gabriel quienes revelaron durante el juicio que el niño era obligado a comer arena para gatos, que lo encerraban y que su mamá y su novio lo llamaban “gay” todo el tiempo y lo castigaban por jugar con muñecas.

Fue Pearl, la mamá de Gabriel, quien llamó a los servicios médicos en mayo de 2013 para reportar que su hijo no estaba respirando, y los paramédicos que llegaron a la escena descubrieron un terrible escenario, el niño de solo 8 años tenía las costillas rotas, el cráneo fracturado y tenía balines enterrados por todo el cuerpo, la escena era tan terrible que los paramédicos insisten que es el peor caso de abuso que habían visto.

Gabriel Fernández fue declarado muerto en el hospital dos días después de ser rescatado por los paramédicos.

Pero el documental no se trata solo de mostrar un caso terrible, Knappenberger dice que quería mostrar todos los factores que permitieron que esto le sucediera a un niño, resaltando que, a pesar de que existen autoridades encargadas de evitar que esto suceda, casos como los de Gabriel se esconden justo frente a nuestros ojos todo el tiempo.

No se trata de explotar la tragedia o de sensacionalismo de la violencia, sino de mostrar todo el dolor que se encuentra en el mundo y obligarnos a ver todos los problemas del sistema que permite que esto suceda todos los días, y no solo por negligencia, sino también porque los trabajadores sociales son pocos, trabajan demasiado y realmente no tienen el tiempo y los recursos para atender cada caso como deberían.

La mamá de Gabriel está en la cárcel, y aunque eso no cambia el resultado del caso, tal vez esta historia nos haga abrir los ojos de una vez por todas.

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