Muro migratorio ya existe en México y está en su frontera sur: experto

Rossi A. G. 

· México confirma política de contención y criminalización hacia los migrantes, señala el Dr. Yerko Castro Neira, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO

· Para el experto, México debería reconocer que se está frente a una crisis de refugio

· Es probable que las caravanas disminuyan, pero no la cantidad de personas que busquen llegar a Estados Unidos

México está pagando por el muro que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió en campaña. Así lo demostró el gobierno luego de que la Guardia Nacional (GN) detuviera el paso de personas migrantes que intentaron cruzar a Chiapas a través del río Suchiate, señaló el Dr. Yerko Castro Neira, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO.

El especialista en migración señaló que cientos de efectivos de la GN se concentraron en la frontera sur, con armas, drones, helicópteros, vigilancia aérea, centros de detención y una enorme cantidad de recursos puestos al servicio de la seguridad, entendida como criminalización y no con un enfoque de derechos humanos.

Sin embargo, añadió, existe poca ayuda humanitaria y recursos para atenderlos, poco personal de la Cruz Roja y de organizaciones de derechos humanos.

“De alguna forma, casi premonitoria, ese muro sí existe, está en la frontera sur y México lo está pagando con nuestros impuestos, por lo cual nos deberían consultar si estamos o no de acuerdo con la forma en la que se están destinando estos recursos”, explicó.

Política de contención y criminalización

Para Castro, lo que pasó con esta nueva caravana de personas migrantes centroamericanas, principalmente de Honduras, confirma una política hacia la criminalización y securitización por parte de México, diseñada más por Estados Unidos que por el propio gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esto se observa, explicó el experto, con una mayor presencia de la GN. Compartió que existen denuncias concretas en la frontera sur sobre una gran presencia de personal de la Guardia, que porta armas largas, toletes y todo tipo de objetos para amedrentar, disuadir y contener el avance migrante.

Se trata de una política de contención, de criminalización y de cierre de las fronteras, mezclada con discursos ambiguos, como el ofrecimiento de trabajo o acuerdos con los gobiernos de centroamérica para generar procesos de desarrollo.

“Esta situación es muy triste, muy penosa. Nos gustaría imaginar un gobierno menos dependiente de lo que pasa con Estados Unidos, pero sabemos que detrás de todo esto hay temas de aranceles, de política económica; estamos entre la espada y la pared”, añadió el doctor en ciencias antropológicas.

Explicó que AMLO y su gobierno están atrapados en una red de fuerzas mayores. Desde el año pasado, se sabía de un acuerdo entre ambos países en el que México hace lo que el gobierno de Trump quiere. En específico, frenar la llegada de personas migrantes a la frontera para pedir asilo.

Pero advirtió que los efectos que no se están viendo son los psicopatológicos, pues organizaciones no gubernamentales denunciaron nerviosismo y temor de niños y de sus madres. “No estamos observando el nivel de desesperación; este factor tendrá graves consecuencias para las personas migrantes”.

México debe reconocer que se está frente a una crisis de refugio

Organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la frontera sur de México han documentado violaciones a los derechos humanos de las personas migrantes. Sin embargo, el Dr. Castro señaló que aún no se puede hablar de una crisis sistemática, pero está ad portas de llegar a eso.

“Es una luz amarilla que hay que atender y el gobierno tiene que reconocer que estamos frente a una crisis de refugio porque cómo se diferencia entre un migrante y una persona que llega a pedir asilo o protección internacional, si lo primero que hace el gobierno es que quienes logran llegar a México los atrapan y los mandan de regreso. No están pasando por el mínimo proceso de recibir su documentación, no los están oyendo. Tienen el derecho de ser escuchados por las autoridades”.

En ese sentido, añadió que expertos a nivel internacional advierten que México comete una flagrante violación a los derechos humanos, de asilo y de refugio.

Personas migrantes cambiarán la forma de desplazarse

El Dr. Castro habló de la probabilidad de que las políticas de contención de México hayan sido exitosas para los fines de Estados Unidos porque están llegando menos personas a la frontera norte. Sin embargo, es probable que las personas que intentan llegar a EU vuelvan a la forma tradicional de migrar: el viaje individual, familiar o en pequeños grupos, lo cual incrementará el ‘coyotaje’ para poder cruzar, el costo económico que les representará, así como la violencia que se ejercerá contra ellos.

“Es posible que las caravanas disminuyan, producto de las reacciones y de la contención en las fronteras, pero la cantidad de gente que intente llegar seguirá, la ola migratoria continuará. La forma que tome: individual o en grupos tal vez se modifique estos años, pero la tendencia va a continuar”, advirtió.

Política social de AMLO se definirá en 2020

Para el profesor de Antropología en la IBERO, este 2020 será un año en el que se definirá la política social del gobierno y si es que habrá alianzas con organizaciones de la sociedad civil, mismas que respaldaron a AMLO durante las elecciones presidenciales, y quienes esperaban apoyo para abordar temas de violencia de género, medioambientales, extracción, migratorios, entre muchos otros.

“Académicos sensibles con estos temas, ONG y activistas estamos viendo que al menos en el tema de migración existe un desencanto por ahora. Si esto sigue así, se transformará en una franca oposición a la política del gobierno”, alertó el experto.

Señaló que los mexicanos estamos acostumbrados a dobles discursos, por un lado, la defensa de los derechos humanos y el estado de Derecho; y por otra parte, la violación sistemática de los mismos en contubernio con actores estatales.

“Si bien, no podemos decir que este gobierno es igual que los anteriores, da señales dudosas respecto a cuál será su política en estos temas. Este año hará que activistas tomen una posición y ojalá que el gobierno los escuche y entienda que las organizaciones no son sus enemigos”.

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