National Geographic
Hasta el 11% de los nuevos casos de asma infantil podrían prevenirse cada año si los países europeos cumplieran con las pautas de calidad del aire PM 2.5 -es decir, para partículas en suspensión de menos de 2,5 micras- de la Organización Mundial para la Salud (OMS). Además, el 33% de los nuevos casos anuales podrían prevenirse en los países europeos si pudieran reducir los niveles de contaminación del aire a los niveles más bajos registrados en la literatura. Estas son las conclusiones de un estudio titulado Outdoor Air Pollution and the Burden of Childhood Asthma across Europe dirigido por el Instituto para la Salud Global de Barcelona -ISGlobal-, y publicado recientemente en el European Respiratory Journal.
El 33% de los casos anuales podrían prevenirse si redujeran los niveles de contaminación del aire
El asma es la enfermedad crónica más común en niños. La evidencia sugiere que la exposición a la contaminación del aire puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad respiratoria durante la infancia. Así, este nuevo estudio ha estimado la carga del asma infantil en más de 63,4 millones de niños de 18 países europeos concluyendo que, una gran cantidad de casos pueden atribuirse a la exposición a la contaminación del aire.
El porcentaje atribuible de nuevos casos anuales varía de acuerdo con cada uno de los tres contaminantes estudiados: 33% para PM 2.5, 23% para el NO2 -dióxido de nitrógeno- y 15% para el carbono negro -BC-.
Para estimar la carga del asma infantil, los investigadores plantearon dos escenarios diferentes: el primero se basó en los niveles máximos de contaminación del aire recomendados por las pautas de calidad del aire de la OMS. El segundo escenario tomó como referencia los niveles más bajos de contaminación del aire registrados entre 41 estudios anteriores.
Leyes más estrictas contra la contaminación
El análisis para el primer escenario reveló que 66.600 casos de asma infantil -11% del total- podrían prevenirse anualmente si los 18 países en estudio cumplieran con la guía de calidad del aire de la OMS para PM 2.5. También se estimó que el cumplimiento de la directrices sobre las concentraciones de NO2 podría prevenir hasta 2.400 casos de asma infantil al año (el 0,4% de los casos totales).
“El análisis mostró que, si bien cumplía con las recomendaciones de la OMS para PM 2.5 implicaría una reducción significativa en el porcentaje de casos anuales de asma infantil; no es el caso con el NO2, donde se evitaría el 0.4% de los casos. Por lo tanto, nuestras estimaciones muestran que el valor actual de la directriz de calidad del aire para NO2 de la OMS parece proporcionar mucha menos protección que la directriz PM 2.5. Sugerimos que estos valores requieren una actualización y reducción para para proteger adecuadamente la salud de los niños “, firma David Rojas-Rueda, uno de los científicos que lideraron este estudio.
Sugerimos que estos valores requieren una actualización y reducción para para proteger adecuadamente la salud de los niños
Según los resultados del segundo escenario, si los 18 países pudieran alcanzar los niveles más bajos de PM 2.5 registrados por estudios previos, se podrían prevenir más de 190.000 casos anuales (o el 33% de los casos). El número de casos nuevos que podrían evitarse por año si se alcanzaran los niveles más bajos de NO2 y carbono negro sería 135.000 (23%) y 89.000 (15%), respectivamente.
Haneen Khreis, autora principal del estudio e investigadora asociada en el Centro para el Avance de la Investigación en Emisiones de Transporte, Energía y Salud en el Instituto de Transporte de Texas A&M, cree que este nuevo análisis es “una llamada a la acción urgente”. “Solo en los últimos dos años, han surgido varios análisis sobre la contaminación del aire y la aparición del asma infantil. En gran medida, estos impactos son previsibles y existen numerosas medidas políticas que pueden reducir los niveles ambientales y la exposición de los niños a la contaminación del aire exterior. Podemos y debemos hacer algo al respecto”, sentencia.