India se prepara para evitar otra crisis de oxígeno

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En mayo de 2021, los hospitales de la India estaban al límite de su capacidad. El país se encontraba en el epicentro de la pandemia de COVID-19, y con la necesidad acuciante de proporcionar suficiente oxígeno médico a los pacientes más graves, incapaces de respirar sin ventiladores, y la demanda se multiplicaba por diez.

A finales de abril, India sumaba casi 18 millones de casos confirmados y más de 200.000 muertes.

Sin existencias

Algunos hospitales se vieron obligados a colgar carteles de “oxígeno agotado”, mientras que otros pidieron a los pacientes que buscaran tratamiento en otro centro.

Tras las diversas historias publicadas en los medios de comunicación sobre pacientes que murieron por falta de este gas, los familiares decidieron tomar cartas en el asunto para tratar de salvar la vida de sus seres queridos.

Para muchos observadores, la crisis parecía indicar una falta de planificación por parte de las autoridades, sobre todo porque no era la primera vez que el oxígeno médico escaseaba durante una crisis sanitaria.

Solo unos meses antes, en septiembre de 2020, el país ya se había encontrado en una situación similar: mientras el número de casos se disparaba, la producción de oxígeno médico no daba abasto, en medio de un incremento vertiginoso de la demanda.

Muchos aún no habían podido olvidar los 70 niños que murieron en un hospital público de Uttar Pradesh por falta de ese producto en 2017, cuando un proveedor se negó a hacer entregas por impago.

Las dimensiones enormes y el sistema de suministro de oxígeno en India fueron otros de los factores como clave. Solo un pequeño número de hospitales del país cuenta con las instalaciones necesarias para producir el gas de manera interna, y el resto depende de las empresas privadas.

Las plantas de producción de oxígeno se concentran en el cinturón industrial del este del territorio, lo que significa que los camiones criogénicos —especialmente diseñados para transportar oxígeno líquido— tienen que recorrer largas distancias para llegar a los proveedores regionales, que transfieren el gas a contenedores más pequeños para su entrega a los hospitales.

Respuesta a la emergencia

El gobierno indio, la ONU y otras organizaciones humanitarias respondieron a la situación de crisis de diversas maneras.

Se enviaron por aire camiones cisterna adicionales desde el extranjero, los vehículos utilizados para el argón y el nitrógeno líquidos se usaron para transportar oxígeno, y el sistema de ferrocarril introdujo los trenes especiales Oxygen Express.

El oxígeno industrial se desvió de las plantas siderúrgicas a los hospitales y se intensificó la adquisición y distribución de concentradores del gas.

La ONU se centró en conseguir equipos médicos esenciales como concentradores, ventiladores y plantas generadoras de oxígeno, además de implementar otras medidas para reducir la tasa de casos graves, como acelerar la puesta en marcha de programas de vacunación y mejorar las instalaciones de detección del virus.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desplegó más de 2600 especialistas en salud pública en otras enfermedades para hacer frente a la epidemia en la India; a los que se unieron más de 820 miembros del personal del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por su parte, ayudó a las autoridades a supervisar más de 175.000 centros COVID-19 en todo el país.

Soluciones

La siguiente cuestión es ¿cómo debe prepararse la India ante una nueva posible emergencia de oxígeno? ¿Cómo se puede garantizar una mejor distribución, para que el gas esté disponible donde se necesite, en todo momento, y nadie se vea privado de este producto que salva vidas?

Estas preguntas fueron abordadas en enero por Ramana Gandham, Rajaji Meshram y Andrew Sunil Rajkumar, tres especialistas en salud, en un blog publicado por el Banco Mundial (EN).

Tras la asistencia técnica de la institución financiera internacional en cuatro estados indios —Andhra Pradesh, Meghalaya, Uttarakhand y Bengala Occidental—, junto con las autoridades del gobierno central, los expertos propusieron una serie de soluciones para reforzar la política de oxígeno médico del país.

Incremento de la producción

Los especialistas recomiendan un aumento significativo de la producción de este tipo oxígeno, que ya está en proceso. El gobierno está financiando más de mil nuevas plantas que producen 1750 toneladas de oxígeno al día, y se han creado más instalaciones con apoyo regional y del sector privado.

Sugieren, además, ofrecer respaldo a los hospitales que quieran construir las plantas en su propio centro, lo que simplificaría el problema de distribución. En algunas zonas, como el estado de Bihar, se dan incentivos a las empresas, como terrenos o servicios públicos subvencionados y financiación a bajo interés.

Una vez puestos en marcha los emplazamientos, su mantenimiento es clave; algo que falló en el pasado debido a la falta de recursos.
Lo mismo ocurre con los tanques de almacenamiento y los sistemas de entrega, como los camiones especializados. Se requiere gente formada para gestionar las plantas, y la India ha puesto en marcha una iniciativa para capacitar a 8000 técnicos.

Los expertos constataron que, durante la crisis de mayo de 2021, el problema no era tanto la escasez de oxígeno médico como la concentración del producto en el este de la India y la incapacidad de la red de distribución para responder a la alta demanda, que se multiplicó por diez.

Almacenamiento intermedio

Otra de las propuestas de los expertos es la creación de instalaciones de “almacenamiento intermedio”, en lugares estratégicos, para poder suministrar oxígeno con mayor diligencia durante las crisis.

Desde la última oleada, el gobierno indio, los socios técnicos y las agencias privadas han trabajado estrechamente para estimar la futura demanda de oxígeno en el país.

Con este propósito se utilizaron numerosas técnicas de previsión y modelización para tratar las necesidades de producción, demanda y almacenamiento.

Se crearon sistemas de seguimiento digital que permiten a los estados de la India garantizar la entrega de oxígeno en diferentes puntos de la cadena de suministro, controlar el consumo y prever la demanda.

En Uttarakhand se han distribuido 30.000 etiquetas de identificación por radiofrecuencia a los proveedores de oxígeno médico y a los hospitales, para que las coloquen en las botellas de oxígeno.

Delhi, cuyos hospitales se vieron desbordados durante la ola de COVID-19 de mayo de 2021, también lleva a cabo la tecnología de seguimiento.

Se espera que, al poner en marcha estas medidas, el país pueda responder con premura y eficacia a la próxima emergencia sanitaria, minimizar el número muertes y evitar que se repitan las angustiosas y caóticas escenas presenciadas hace menos de un año.

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