Staff/RG
Estamos a punto de despedir el año, momento de dar la bienvenida al invierno, ¿cuándo y a qué hora?, aquí les decimos. Creerán qué, a pesar de conocer a Betelgeuse desde siempre, ¿sólo desde hace un centenar de años conocemos su tamaño? Entérese de los detalles.
Con las buenas condiciones meteorológicas que se esperan a mediados de diciembre, gozaremos de la lluvia de meteoros las Gemínidas. Aunque menos atractivas, con las Úrsidas cerramos temporada de “lluvias” del año. Como reto del mes, les invitamos a conocer más sobre la región de la nebulosa de la Roseta. Finalmente, cerramos este año, que nos trajo inolvidables eventos celestes, con las efemérides de la Luna.
Cerrando las estaciones del año
Solsticio proviene del latín solstitium, Sol sistere, que significa “el Sol se queda quieto”. Los solsticios, y equinoccios, ocurren debido a que el eje de rotación de la Tierra no es perpendicular al plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, la eclíptica, sino que hace un ángulo de 23.5 grados con respecto a la dirección perpendicular a este plano. Debido a esta inclinación, algunas veces el polo norte de la Tierra está inclinado hacia el Sol, y algunas veces en dirección contraria. El solsticio de verano se refiere al instante en que el polo norte terrestre apunta de manera más directa al Sol, y en el de invierno es lo contrario.
Este año, para el hemisferio norte, el solsticio de invierno inicia el 21 de diciembre a las 09:20 horas de Tiempo Universal (21 de diciembre a las 03:20 horas del centro de México).
¿Qué tan grande es Betelgeuse?
Betelgeuse es la segunda estrella más brillante de la constelación de Orión y la novena estrella más brillante del firmamento, también es llamada α Orionis. Tiene una temperatura superficial de unos 3,000 K, una masa de 20 masas solares, está clasificada como una estrella supergigante roja y es una de las más cercanas, está a unos 400 años luz de la Tierra.
Como muchos otros aspectos del universo, hasta la segunda década del siglo pasado, se desconocía el tamaño de Betelgeuse. El 13 de diciembre de 1920, Albert A. Michelson y Francis Gladheim Pease utilizaron el interferómetro estelar de Michelson, acoplado al telescopio de Monte Wilson, para medir el diámetro angular aparente de dicha estrella, que resultó ser de 0.047”, valor que lleva a estimar el diámetro de Betelgeuse entre 419 y 580 millones de kilómetros.
Localizar a simple vista a Betelgeuse es muy sencillo, primero hay que ubicar la constelación de Orión, en seguida localice el cinturón de Orión (mejor conocido como los tres Reyes Magos) y al norte podrá hallar a esta supergigante roja.
Una de las más abundantes lluvias del año
Las Gemínidas tienen actividad entre el 4 y el 17 de diciembre, con el máximo el 14 de diciembre. La tasa máxima observable será de 120 meteoros por hora. El origen de la lluvia es el asteroide (3200) Phaethon, que mide 5.8 kilómetros de ancho y se ilumina a medida que se acerca al Sol, generando la sublimación de sodio. Cabe hacer notar que en este caso es un asteroide y no un cometa quién provoca esta lluvia. El mejor momento para apreciar esta lluvia será durante la madrugada y anochecer del 14 de diciembre. A pesar del brillo de la Luna llena en Tauro, quizá pueda verse algunos eventos por la cantidad de ellos, en dirección de la constelación de Géminis. Buen provecho con este banquete de fugaces.
Cerramos el año con una lluvia moderada
La lluvia de meteoros Úrsidas no es de las más nutridas, pero tiene a su favor una buena temporada que permite la observación de eventos astronómicos; quizá la Luna menguante inhiba un poco el número de fugaces visibles. Las Úrsidas estarán activas entre el 17 y el 26 de diciembre, con un máximo el 22 de diciembre. La tasa máxima observable será de 10 meteoros por hora, en dirección de la constelación de la Osa Menor. El cometa 8P / Tuttle es el responsable de esta lluvia. Es recomendable observarlas en la madrugada del 22 de diciembre, hacia la parte norte de la esfera celeste. Como siempre, recomendamos tener un espacio adecuado para recostarse boca arriba, cielos despejados, horizontes libres de obstáculos y mucha, mucha paciencia. Si a esto le sumamos ropa caliente y cómoda, un tapete, café y buena música, seguramente tendrá una velada inolvidable. Por último, recuerda que no se requiere de ningún instrumento óptico auxiliar.
Una pareja como pocas
En dirección de la constelación del Unicornio (Monoceros) encontramos una gran nebulosa en emisión conocida como la nebulosa de la Roseta, en su centro se observa un gran vacío de materia y en éste se localiza el cúmulo abierto NGC 2264, lo que le da una apariencia de una flor. En realidad, la región de la Roseta es mucho más complicada, consta de cuatro objetos NGC 2237 (Nebulosa de la Roseta, Caldwell 49 o LBN 948), NGC 238, NGC 2239 y NGC 2246, además del propio cúmulo NGC 2264, que se cree que ioniza y barre la nebulosa dándole su singular apariencia.
La nebulosa de la Roseta no puede ser vista a simple vista ya que es poco brillante, sin embargo, es muy atractiva para la astrofotografía por lo vistoso de su forma, que recuerda una rosa. Se localiza en el brazo de Perseo y a pesar de lo complicado para medir su distancia, se estima que está a 5,000 años luz, se extiende unos 100 años luz y contiene alrededor de 10,000 veces la masa del Sol.
Seguramente con la ayuda de unos binoculares, un telescopio pequeño, cielos oscuros y algo de suerte, podrá localizarla como una pequeña mancha borrosa, pero con instrumentos más poderoso, logrará una gran imagen.
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