Staff/RG
- Las protestas de las famosas pueden ser empoderadoras para las mujeres iraníes
Cuando hace más de dos meses del asesinato de la joven Mahsa Amini a manos de la policía de la moral de Irán, las protestas no cesan en el país. Un mínimo de 150 personas han muerto durante las manifestaciones antigubernamentales y más de 14.000 han sido detenidas, según el enviado especial de la ONU para la situación de los derechos humanos en Irán, Javaid Rehman. El hecho de que Amini fuera detenida —y posteriormente asesinada— por el hecho de llevar el velo “mal puesto” causó todavía más indignación en la población iraní, especialmente entre las mujeres, y también desató una oleada de solidaridad en las redes sociales por parte de mujeres occidentales, muchas de ellas famosas, que se grabaron cortándose el pelo para mostrar su apoyo a las iraníes.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25-N) podemos preguntarnos qué utilidad tienen las muestras de solidaridad en las redes en la lucha de las iraníes contra la represión y, en general, si son una herramienta útil para el movimiento feminista y de liberación de la mujer. La profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC Begonya Enguix, especialista en género, cuerpo y redes, afirma que “a pesar de que las mujeres que ponen el cuerpo y que sufren la represión y la muerte no son las mujeres occidentales que se cortan el pelo en internet, sino las que están en Irán luchando, los actos simbólicos de solidaridad son muy importantes porque visibilizan y ayudan a difundir los hechos. Las protestas de las famosas también pueden ser empoderadoras para las mujeres iraníes y hacerlas sentir acompañadas”.
Una herramienta a favor de la “tolerancia cero”
Uno de los movimientos en internet que más influencia ha tenido en la lucha feminista y de liberación de las mujeres ha sido el #MeToo, que empezó en 2017 después de que se hicieran públicos los abusos cometidos por el productor de Hollywood Harvey Weinstein contra docenas de actrices y trabajadoras de la industria audiovisual. Lo que se inició como algunas contribuciones en Twitter por parte de actrices famosas se extendió como la pólvora en todas las redes sociales: millones de mujeres de todos los ámbitos tomaban el relevo a las actrices y publicaban que ellas también habían sido víctimas de algún tipo de abuso sexual, incluyendo la etiqueta #MeToo.
Para Begonya Enguix, que también es directora del grado de Antropología y Evolución Humana (URV-UOC), este ha sido un movimiento con “una influencia enorme. El #MeToo, #NiUnaMenos, #YoSíTeCreo y otras campañas digitales (como la campaña #BringOurGirlsBack, para liberar a las niñas nigerianas que Boko Haram secuestró) han ayudado a crear un ecosistema de ‘basta ya’ o ‘tolerancia cero’. La rápida difusión de las noticias también ayuda a tomar conciencia, a que las mujeres denuncien y a que las que denuncian se sientan acompañadas”.
A pesar de que tienen lugar en el ámbito digital, estas campañas ayudan a concienciar a la población sobre el hecho de que ciertas conductas, aunque sean habituales, no deben normalizarse ni tolerarse. “Esta sensibilización es fundamental para la toma de conciencia sobre la existencia del acoso y la violencia machista, que sistemáticamente se ha aprovechado del desconocimiento, el miedo (a perder el trabajo, la pareja, las hijas, etc.) y la subordinación de las mujeres”, explica Enguix.
“En el caso del #MeToo, esta diferencia entre posiciones de poder y posiciones subordinadas era muy clara. El hecho de que muchas de las personas implicadas en el #MeToo fueran públicas y famosas le ha dado una visibilidad y una resonancia enorme e importantísima para el movimiento feminista o de liberación, mediante la toma de conciencia: la idea de que se puede y se debe denunciar, y el hecho de dar a conocer que hay redes de apoyo que te acompañarán”.
La otra cara de la moneda: acoso y odio
La otra cara de la moneda de las redes son los mensajes de acoso y odio que proliferan sin ningún control, especialmente en Twitter. Las mujeres, particularmente dentro del ámbito feminista, son objeto de numerosos ataques por parte de extremistas de movimientos como la ultraderecha o de hombres supremacistas.
“Las redes están hoy muy lejos de aquellos lugares utópicos, igualitarios y llenos de posibilidades para la expresión libre de las usuarias que pensábamos que serían hace veinte años. Pero las redes las hacemos las personas que participamos en ellas; la tecnología por sí sola no incita al odio ni al amor (aunque, al facilitar la circulación, se intensifican los contenidos). El acoso en redes es un problema serio que es constitutivo de delito, igual que el discurso de odio. Hay que abordarlo seriamente porque la sensación de impunidad que tienen algunos usuarios está favoreciendo la circulación de mensajes violentos, el ataque personal y demasiadas dinámicas antidemocráticas. En el campo del género, la diversidad y los derechos, los ataques son especialmente virulentos; esto es indicativo de cómo de importantes son la justicia de género y los derechos LGTBIQ+ para la calidad democrática de nuestras sociedades”, asegura Enguix.
Para Anna Clua, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC e investigadora principal del grupo de investigación Transformación Social y Comunicación (Sotrac), “es necesario que los derechos reviertan en un mayor empoderamiento, más que no en una mayor victimización”. Clua dirige el proyecto de investigación We2.0 sobre el ejercicio del derecho a queja, denuncia y reparación frente a los discursos de odio racistas y LGTBIfóbicos reproducidos en los medios de comunicación catalanes.
“Es peligroso reproducir la idea de que los discursos de odio son una lacra reciente atribuible a las redes sociales. La violencia hacia ciertos colectivos forma parte de un problema estructural en el que hay que emplear todos los esfuerzos de investigación. La violencia también está presente en los discursos de los medios de comunicación que no aplican códigos éticos y en los patrones culturales interiorizados”. Para la investigadora, “hay que utilizar las herramientas existentes para hacer denuncias ante discursos de odio. El hecho de que no las utilicemos sigue alentando la impunidad ante la injusticia”.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, sigue siendo importante recordar que “Mahsa Amini fue asesinada por el hecho de ser mujer y salirse del guión limitado de actuaciones permitidas a las mujeres”, explica Enguix. “Se refiere a las (desiguales) relaciones de género y al control social sobre las mujeres y el cuerpo. Y también al poder, al mostrar que, como mujer, ante las fuerzas policiales Mahsa no era nadie.”
Estas notas te pueden interesar
-
Farmacias Fleming, 38 años de servicios de calidad y excelentes precios
-
Instituto de Ciencias, cuna de la investigación en la BUAP
-
Conciliar CFDIS para lograr un cierre fiscal 2024 sin problemas, recomienda el CCPEP a contribuyentes
-
Facultad de Artes de la BUAP, un referente de la vida cultural de Puebla
-
Muere ex rector de la Ibero Puebla, Fernando Fernández