Los damnificados por el tifón Rai en Filipinas precisan asistencia alimentaria urgente: PMA

PRNewswire

El súper tifón Rai, también llamado Odette, dejó a su paso por Filipinas al menos 500 muertos, gran destrucción y afectó a millones de personas. Los habitantes de las zonas más afectadas corren un alto riesgo de desnutrición e inseguridad alimentaria si no se atienden de inmediato y durante las próximos seis meses sus necesidades vitales, alertó este viernes el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Hace tres semanas, Rai, el tifón más fuerte que pasó por el archipiélago filipino en 2021, tocó tierra nueve veces en un área del tamaño de Austria durante dos días. Más de siete millones de personas sufrieron el embate y requerirían algún tipo de ayuda.

Los datos oficiales más recientes indican que el meteoro arrasó casas, trastornó vidas y devastó comunidades agrícolas y pesqueras, con las consecuencias que esto tiene en los ingresos y medios de vida de miles de familias. Rai también causó cortes masivos de electricidad y telecomunicaciones, todavía sin reparar en muchas áreas.

Además, muchas comunidades continúan sin agua corriente y han empezado a enfermarse por beber agua contaminada.

La directora y representante del PMA en ese país se refirió al rastro de ruinas que dejó a su paso el súper tifón y explicó que once de las 17 regiones filipinas fueron afectadas.

Desnutrición prevenible

“A menos que actuemos ahora y proporcionemos la asistencia alimentaria que tanto necesitan las familias siniestradas, corremos el riesgo de ver un rápido aumento de la desnutrición prevenible”, dijo Brenda Barton.

La funcionaria afirmó que los preparativos y la pronta respuesta del gobierno fueron encomiables, con tasas de mortalidad relativamente bajas y apoyo de emergencia a las comunidades.

“Pero el camino hacia la recuperación es largo y se necesitará más apoyo”, subrayó Barton.

El PMA apuntó que la seguridad alimentaria y las tasas de desnutrición ya eran muy preocupantes antes del tifón y citó que en algunas áreas impactadas, como la región de Caraga, el 53% de las familias no podían permitirse una dieta nutritiva y el retraso del crecimiento infantil era del 36%, una cifra que la clasificación de la Organización Mundial de la Salud considera como “muy alta alerta de salud pública”.

El retraso del crecimiento indica que los niños han padecido falta de alimentos suficientes durante mucho tiempo y son más vulnerables a las enfermedades e, incluso, corren peligro de muerte.

Recursos insuficientes hasta el momento

Para asistir con comida a 250.000 supervivientes del desastre durante el próximo semestre, el PMA solicitó a los donantes internacionales 25,8 millones de dólares, además de apoyo de telecomunicaciones y logística. El plan es asignar 20,8 millones de esos fondos a la compra de alimentos y transferencias de efectivo.

Hasta el momento, el Programa Mundial de Alimentos ha recibido 4,7 millones de dólares de los gobiernos de Australia, Brasil, Irlanda y Estados Unidos, el Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) de las Naciones Unidas, el sector privado y donaciones individuales.

Sin embargo, esos recursos no son suficientes. “El financiamiento inmediato es esencial si queremos prevenir una emergencia nutricional; ya estábamos viendo una desnutrición preocupante en las áreas afectadas”, recalcó Barton.

Comida y efectivo

El propósito del PMA es proporcionar víveres para aumentar los paquetes de alimentos familiares que distribuye el Departamento de Bienestar Social del país, asegurando que las comunidades puedan satisfacer sus necesidades alimentarias esenciales mientras los precios de los alimentos permanezcan inestables.

Más adelante, buscará dar asistencia en efectivo a las familias para ayudarlas a recuperarse y, al mismo tiempo, estimular la economía de los lugares donde los mercados están funcionando.

Desde el paso del Rai, el PMA trabaja con el gobierno filipino en la entrega de paquetes de alimentos, kits de higiene y otros artículos de socorro no alimentarios.

También instaló equipos de telecomunicaciones móviles de emergencia que han hecho posible que los servicios de urgencias se comuniquen y coordinen sus tareas.

Violencia y explotación sexual

Por otra parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) recordó que las mujeres y las niñas son aún más vulnerables a la explotación sexual, la trata de personas y la violencia de género después de calamidades como el tifón Rai.

El organismo informó que su personal en el terreno ha reportado incidentes no confirmados de violación, violencia doméstica y sexo a cambio de alimentos como resultado de la desesperada situación provocada por la escasez de comida y agua potable, y la interrupción de los sistemas de apoyo comunitario y los mecanismos de protección provocados por el meteoro.

La representante en Filipinas del UNFPA señaló que las mujeres damnificadas en ese país afrontan esos flagelos actualmente.

“Por esa razón colocamos la salud, los derechos y las opciones de las mujeres en el centro de nuestra respuesta humanitaria a la devastación provocada por el súper tifón Odette”, declaró Leila Joudane.

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