¿Qué tan sencillo es constituir una empresa en México?

Staff/Rossi

De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el promedio de esperanza de vida de un negocio recién formado en México no pasa de los 15 años. Parte de las complicaciones de constituir una empresa en este país recae en la pantanosa y extendida burocracia necesaria para arrancar un proyecto de manera legal.

Estos problemas se antojan todavía peores para las startups, por un lado porque están peleando contra reloj—en la medida que el ecosistema de sus industrias es de alta competencia y una innovación debe posicionarse rápidamente—, y por el otro, porque al ser proyectos de nueva creación generalmente se encuentran sin la capacidad operativa necesaria para realizar todos los trámites que solicita la autoridad.

De acuerdo con Ignacio Bermúdez Casco, Head of Product y Co-founder en Tally, una plataforma de Legaltech que ayuda a las empresas a realizar de forma rápida y sencilla todos los trámites para su constitución, “los emprendedores, en particular los más nuevos, frecuentemente se ven afectados por la cantidad de burocracia que deben sortear. La gran mayoría desconoce los aspectos legales que implica la constitución de una empresa, a pesar de lo importante que son estos requisitos. Se enfocan en desarrollar, perfeccionar y vender su productos, tiene sentido que no cuenten con el tiempo o conocimiento necesarios para aspectos más específicos”.

El especialista en derecho agrega que en México, la falta de implementación de tecnología para hacer más eficientes los trámites ha generado que históricamente estos procesos sean lentos y engorrosos. “El resultado es que muchas veces las empresas pierden capital de riesgo u oportunidades de coyuntura para lanzar sus productos y servicios, mientras esperan la conclusión de un trámite”.

¿Qué trámites se necesitan para constituir una empresa y ponerla a operar en México?

En papel y en teoría, no es tan difícil crear un negocio en México, pues el proceso consiste en seis pasos:

Solicitar la autorización de denominación o nombre legal de la empresa ante la Secretaría de Economía (tiempo de respuesta de 3 a 4 días).

La redacción de los estatutos sociales o las reglas del juego entre los socios

La protocolización notarial y su inscripción en el Registro Público y de Comercio (RPC).

Inscribir la empresa en el Servicio de Administración Tributaria (SAT)

Tramitar la FIEL, para lo cual se necesita un comprobante de domicilio a nombre de la nueva empresa (esto dificulta la obtención de la FIEL, puesto que se trata de una empresa nueva)

La apertura de la cuenta bancaria para lo cual se necesita la FIEL de la empresa.

Sin embargo, el exceso de burocracia y de documentación a presentar hace que cada paso del proceso sea todo un reto. La mayoría de las veces se requiere de idas y venidas, tiempos de espera que pueden alcanzar los tres meses para cada parte del proceso, así como riesgos de enfrentar corrupción de parte de servidores públicos.

Soluciones Legaltech al rescate

En este contexto, el uso de software y tecnología para el robustecimiento de servicios jurídicos se hace cada vez más popular. A esto se le conoce como Legaltech y ofrece soluciones que impulsan el desarrollo de empresas de reciente creación.

“La idea de este emparejamiento de lo legal y la tecnología es tender puentes para que los emprendedores puedan explotar sus ideas y sus talentos sin tener que aprender primero a sortear obstáculos que rara vez tienen algo que ver con sus industrias. Los beneficios de las soluciones Legaltech van más allá del interés privado, puesto que al promover el crecimiento de las startups se beneficia a las más inmediatas con nuevos productos y servicios que impacten en su calidad de vida, además se generan empleos; mientras que el ecosistema se fortalece al incentivar la competencia y la innovación”, considera el Co-founder de Tally.

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