MEDIOTIEMPO

Dos hombres pero una sola mirada. Rafael Jaime y Omar Álvarez son dos alpinistas que conforman un proyecto de alpinismo denominado ‘Cordada a obscuras’, porque el primero de estos es ciego y el segundo funge como su guía para subir las cumbres más altas del planeta.

Apenas el pasado verano los dos amigos alcanzaron la cima del Denali o monte McKinley, la más alta de América del Norte y situada en la cordillera de Alaska, Estados Unidos. Así hicieron historia para convertirse en la primera dupla de mexicanos (uno como invidente y el otro como su guía) en conseguir esa cumbre.

Aunque Jaime es invidente, Álvarez cuenta que en muchas ocasiones el primero también se convierte en guía gracias a su oído desarrollado.

“Rafa escucha todo, incluso hasta anticipa algunas situaciones. Si bien yo veo cada paso que damos, él al final está muy atento al peligro. Nada lo limita”, dijo Álvarez en entrevista con Mediotiempo.

Ambos escalan las montañas sujetados por una misma cuerda (por ello el nombre de cordada). Desde hace dos años han puesto el nombre de México en alto alrededor del mundo y hoy en día están considerados como grandes promesas del alpinismo a oscuras a nivel global.

La ceguera de Rafa llegó a su vida a los 18 años de edad como consecuencia de una retinoblastoma bilateral. Para el 2019, conoció a Omar y ahí entablaron una amistad que se fortalece cada vez que planean escalar una montaña, pues mientras están en México, los dos entrenan por separado.

CORDADA A OSCURAS
El objetivo de este proyecto es convertirse en la primera cordada iberoamericana con un integrante ciego en alcanzar el Grand Slam Seven Summits, las cumbres más altas de cada continente.

La expedición comenzó el 5 de septiembre, cuando Rafa y Omar partieron para llegar a la cumbre de la montaña más alta de Europa, el monte Elbrus. Luego, el pasado 24 de septiembre emprendieron el nuevo viaje al continente africano, donde iniciaron la subida del Kilimanjaro. En 3 días lograron conquistar la cumbre más alta de África.

Los dos amigos tienen ahora un objetivo muy claro para hacer crecer su historia y demostrar que la ceguera no es ningún impedimento para subir y bajar montañas ante los climas más hostiles, situaciones de peligro y la exigencia física y mental al cuerpo.