Comité de Género IBERO llama a formar frente común contra violencia

· La Dra. Michelle Gama Leyva

Titular del Comité de Género de la IBERO, participó en una plática virtual con integrantes del colectivo Unión de Mujeres Activistas (UMA) de la IBERO acerca de la reconfiguración del área, sobre cómo es el proceso de queja

La Dra. Michelle Gama Leyva, titular del Comité de Género de la IBERO pidió a la comunidad universitaria hacer un frente común contra la violencia, así como a observar a esta instancia como un espacio aliado y cercano ante cualquier tipo de agresión.

Durante su participación en una plática virtual con integrantes del colectivo Unión de Mujeres Activistas (UMA) de la IBERO, la académica pidió a la comunidad que se dio cita en el live que se realizó a través de Instagram, tener confianza en las investigaciones que lleva a cabo el Comité de Género.

Ante decenas de personas conectadas, la especialista explicó que este órgano autónomo tiene dos brazos de expertas y expertos en género: por un lado, está la parte operativa que integran las asesoras internas Carolina Armenta Hurtarte y Helena Varela Guinot, además del asesor interno Manuel López Pereyra y las asesoras externas Nayeli García Sánchez y Ana Paulina Gutiérrez Martínez.

Por otro lado, está el brazo legal o jurídico -integrado por Laura Erika González Pizaña, secretaria técnica y por Bertha González Zárate, vocal- que garantiza que el proceso esté apegado al debido proceso y que jurídicamente se sostenga en todo momento. Asimismo, se encuentran en el proceso de contratación de una psicóloga experta en violencia de género para el acompañamiento de personas agraviadas.

“Se trata de casos tan delicados que tiene que ser un comité de expertos, de personas que sepan manejar estas situaciones. Por eso, cuando se recaban los testimonios se pone a la víctima en el centro, esto es muy importante para nosotras y para el Comité”, señaló Gama Leyva, Doctora en Teoría de la Literatura.

La académica recordó que desde 2017, tras la publicación del Protocolo para la Prevención y Atención a la Violencia de Género, se instauró el Comité de Atención de la Violencia de Género, órgano autónomo y especializado de la IBERO, particularmente sensible a las dinámicas de violencia de género al interior del espacio universitario.

En ese sentido, expuso que la apuesta de ampliar y reconfigurar el equipo ha sido para que los casos se resuelvan de tres en tres, para hacerle frente al rezago y seguir trabajando según las necesidades de la comunidad.

“Cuando existe un acto de violencia de género, el comité es el organismo competente al que le toca atenderlo no tiene que pasar por una coordinación ni departamento. No tienes que avisarle a nadie”, expuso la académica a quienes siguieron la transmisión en vivo.

Por esta razón, llamó a hacer un frente común e insistió en que el equipo de trabajo del Comité está a su disposición. “Es importante fortalecer la cultura de las quejas, en el Comité contamos con margen de maniobra que tenemos que aprovechar”.

Procesos de queja

La atención de los actos de violencia de género iniciará con la presentación de la queja, la cual se analiza y si se identifican conductas que evidencian violencia de género se acepta y se asigna el caso a una unidad de trabajo que se compone de un académico o académica y de uno de los abogados que trabajan en el Comité.

En este proceso, el académico que está a cargo tiene la misión de hacer las gestiones correspondientes como citar a entrevistas y recabar la mayor información posible. Por su parte, los abogados ven toda la parte jurídica y que todo se haga al pie de la letra. Asimismo, las entrevistas recabadas se transcriben y se empieza a armar el expediente. Después, el académico y abogado dicen qué elementos tienen para acreditar violencia de género y concluir la investigación.

“Las personas implicadas, pueden contar su historia. Es un proceso en donde se escucha a todas las partes. Al final de la investigación se presenta el caso ante el Comité que sesiona ante todas y todos. Se discute, se dictamina y se hace una recomendación a la instancia pertinente”, compartió con quienes siguieron la transmisión en vivo.

Incluso, señaló, que alguien que fue testigo de algún tipo de violencia de género también puede interponer una queja. De tal manera que puede ingresar al micrositio y llenar el cuestionario para empezar el proceso institucional y de esta manera asignar el equipo de trabajo.

Micrositio

Este verano vio la luz el micrositio de género. Para la titular de género se trata de una gran herramienta para la presentación de una queja, sobre todo en estos momentos de confinamiento, pues el Comité recibe directamente la denuncia.

Gama Leyva sostiene que en este espacio se encuentra el Protocolo de Género, el cual es muy importante que la comunidad universitaria conozca porque es la norma que rige a la IBERO en materia de género. Este documento, incluso, ha servido de modelo para muchas universidades.

El micrositio cuenta con infografías que presentan definiciones importantes sobre el acoso, hostigamiento y los procesos para presentar una queja.

“Buscamos un espacio en el cual se pudiera presentar una queja de manera rápida y directa, sobre todo por la incomodidad que suele ser presentarte a exponer un caso”, explicó Gama.

El tendedero de la IBERO

La Dra. Michelle Gamma Leyva reflexionó sobre los tendederos y los definió como fenómenos internacionales que van más allá de la IBERO, como un ejercicio importante de sororidad que sale de lo ordinario.

“Son el síntoma de que algo no está bien. De tal manera que sabemos lo importante que fue este ejercicio (el realizado en la IBERO en mayo reciente) y que fue muy feo que se ‘cortara’ con la pandemia y que no pudiera tener un cierre. Se abrieron muchas heridas, fue muy impactante para la comunidad ver las historias que estaban ahí”, profundizó.

Acerca de cuáles serán las acciones que se emprenderán a nivel institucional tras el tendedero, fue una de las preguntas más recurrentes durante la sesión virtual. Antes esto, la experta explicó que como Comité no se pueden investigar casos sin que haya una queja formal, pero como el ejercicio fue comunitario, sí se pueden hacer recomendaciones para la comunidad.

“En el Comité nos dimos a la tarea de hacer una serie de recomendaciones que tienen que ver con que ciertas áreas de la universidad tengan más competencia en materia de género que otras. Así, en conjunto y en equipo, se les puede pedir a estas personas que adquieran estas competencias”, añadió.

Las consecuencias que tendrá el tendedero son:

1. La formación obligatoria que tendrán áreas de la universidad. Sobre todo en donde se observa que se repiten conductas de violencia de género.

2. Fortalecer la cultura de la presentación de quejas.

En este sentido, añadió que se pueden realizar las recomendaciones a partir de lo que se observa comunitariamente, el llamado y el grito que significó el tendedero. Pero enfatizó que, si se quiere una consecuencia específica contra la violencia de género, es necesario el caso específico a través de interponer una queja.

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