La educación sexual en las aulas, libre de ideologías

Universitat Oberta de Catalunya

¿Cómo debe ser la educación sexual de los adolescentes? Vanessa Rodríguez Pousada, educadora sexual y profesora colaboradora de la asignatura Nuevas Miradas de la Psicopedagogía, del máster universitario en Psicopedagogía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), nos habla sobre la importancia de la educación sexual, la influencia de internet y las cosas que nos faltan por aprender.

1- ¿Qué saben los adolescentes de hoy que no sabían los adolescentes hace treinta o cuarenta años, en materia de educación sexual?

En la actualidad, nos encontramos con una discordancia que aparece entre el saber que los adolescentes consideran que poseen con relación a los contenidos de educación sexual y lo que saben realmente. Venimos de una historia reciente donde la sexualidad estaba reprimida, pero, al mismo tiempo, existía una conciencia de esta represión. Esto permitía que el adolescente hiciera una búsqueda consciente de aquellos elementos que sabía que no sabía y, además, sabía que para acceder a una sexualidad sana y libre debía luchar.

Actualmente, el adolescente está persuadido de que “ya sabe” sobre sexualidad, sobre la de todos y sobre la suya en particular, y que lo que no sabe lo puede conocer fácilmente, en cualquier momento, con un “clic”. Sin embargo, tanto en la clínica como en los talleres en los que trabajamos con adolescentes en esta materia, sorprende el gran número de jóvenes que dice no masturbarse porque le da asco tocarse, el desconocimiento que tienen del propio cuerpo o el tipo de relaciones de sumisión-control que establecen con sus parejas. Por otro lado, sí que observamos un mayor conocimiento y apertura ante la diversidad sexual.

2- En los últimos años ha disminuido mucho la edad en la que los jóvenes tienen la primera relación sexual con penetración…

A veces, esta primera relación con penetración no aparece bajo los parámetros deseados, es decir, bajo el deseo del encuentro íntimo con otro con el que se desee compartir una vivencia amatoria en la búsqueda de un goce compartido. En este sentido, la solución pasa por la educación sexual, tanto en la escuela como en las familias. Necesitamos que esta permita un mayor conocimiento de los deseos y de las necesidades de uno mismo y del otro, así como una mayor aceptación. La educación debe también ofrecer las herramientas necesarias para que los más jóvenes aprendan a expresar su erótica del modo que les resulte más satisfactorio, y no desde lo que consideran que deben hacer debido a presiones externas e impuestas desde lo social.

3- En algunas ocasiones, los primeros encuentros sexuales se dan cuando el cuerpo aún está muy lejos de haber acabado los cambios de la pubertad. ¿Cómo crees que interfiere esto con la obsesión por la imagen del cuerpo durante el sexo que tenemos ahora?

La imagen corporal es un valor en alza en nuestro contexto social, así que el deseo de un cuerpo que se enmarque dentro de los cánones establecidos afecta a la experiencia relacional. Debemos tener en cuenta que el cuerpo virtual, atravesado por filtros y modificaciones, está muy presente en los adolescentes. La exposición virtual de un supuesto cuerpo puede generar inseguridades a la hora de establecer relaciones desde lo real, debido a la diferencia que existe entre lo que se ha creado (el ideal) y lo que se es (lo real). Esas mismas inseguridades pueden provenir del cuerpo en transformación propio del período adolescente, ya que en esta transformación la imperfección es una constante, una constante que no responde a los cánones deseados y que no se vive con la naturalidad propia del proceso propio del cambio.

4- La red puede ser un entorno inigualable para intercambiar información. ¿Crees que las aulas son el mejor lugar para educar a los jóvenes sobre educación sexual? ¿Debería la educación sexual afrontarse desde lenguajes más cercanos a los jóvenes cómo las redes sociales, Youtube o Netflix (Sex Education)?

Las aulas son un lugar donde la educación sexual debe estar presente, ya que son las que pueden presentar una educación sexual fuera de ideologías y morales. Evidentemente, se debe hacer una educación sexual en la que los adultos nos acerquemos a los más jóvenes y no a la inversa. Sin el conocimiento de su realidad, sus modos de relación, su lenguaje y la escucha respetuosa de sus opiniones, la educación sexual no es posible.

5- A veces parece que la educación sexual se reduce a educar sobre embarazos, anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué falta en las clases de educación sexual?

Hablar solo de esto que comentas es reducir al máximo todo lo que implica la sexualidad. Para hacernos una idea de lo que supone esta reducción me gusta citar a Manuel Lucas, que dice que asistir a una clase de educación sexual en la que solo se presenten estos contenidos sería lo mismo que asistir a una clase sobre vino en la que solo se te hable de enfermedades del hígado. Como he comentado anteriormente, los objetivos de la educación sexual son el autoconocimiento, la aceptación y la expresión de una erótica satisfactoria.

6- ¿Qué pasa con las relaciones románticas? ¿Entran dentro del contenido de una buena clase de educación sexual?

Todo lo relacional entra dentro del ámbito de la educación sexual, y evidentemente las relaciones románticas forman parte de este mundo relacional. Trabajando desde la aceptación de uno mismo y del otro y desde el descubrimiento de nuestros deseos, abrimos la puerta a relaciones románticas que tienen que ver con el deseo de compartir, construir y gozar en común.

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