Es necesario cambiar el paradigma del turismo

Staff/Rossi

  • Natalia Cuéllar, profesora del ITESO, ve en el ecoturismo una herramienta para reactivar la actividad económica en el escenario postpandemia. Afirma que es necesario buscar alternativas creativas para fomentar un turismo más consciente.

En los años ochenta surgió en Europa un tipo de turismo alejado de las grandes concentraciones de personas y que quitó la mirada de las playas para voltear a ver otros espacios y comunidades. Este turismo de pequeña escala se distinguía porque daba pie al contacto con la naturaleza y a la convivencia más cercana entre los viajeros y los habitantes de las comunidades. Lo que hoy llamamos ecoturismo es una idea que tiene varios años y que en el escenario postpandemia puede convertirse en una pieza clave para la reactivación económica después de un largo confinamiento.

Natalia Cuéllar de Santiago, profesora del ITESO que imparte las materias “Patrimonio turístico nacional” y “Turismo alternativo y sustentable”, señala que el turismo es uno de los sectores económicos más golpeados por las medidas tomadas a partir de la contingencia sanitaria por la pandemia del Covid-19. También afirma que “el ecoturismo es una gran oportunidad para subsanar las afectaciones en el tema turístico. El modelo se presta para aliviar las secuelas económicas y, aunque todavía es muy pronto, representa una gran opción para viajar seguro y de manera sana”.

El ecoturismo se distingue porque involucra a pequeños grupos de personas que acuden a espacios, no necesariamente masivos, y por su bajo impacto ambiental. Dada su naturaleza, es ideal para propiciar el turismo interno, es decir, el que involucra a los habitantes de un estado o país. Cuéllar explica que, de acuerdo con estudios realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Secretaría de Turismo, ochenta de cada 100 pesos de la derrama económica que deja el turismo en el país corre por cuenta de los turistas nacionales, por lo que, dice, es importante alentar estas prácticas.

“Es una buena opción que puede ayudar a ir resolviendo poco a poco esta crisis. Jalisco, México y América Latina en general tienen mucho para promover este modelo de turismo. En Jalisco tenemos lugares como Tapalpa, Mazamitla, San Sebastián del Oeste y Atemajac de Brizuela. Me parece que sería muy interesante retomar el turismo interno”.

La profesora de la Licenciatura en Hospitalidad y Turismo del ITESO explica que el ecoturismo es una buena manera de apreciar la naturaleza y de fomentar la educación ambiental, así como para generar recursos que beneficien a la población y contribuir a la conservación del entorno. Permite, añade, revalorizar la cultura y las tradiciones de los lugares, lo que da pie a otro tipo de reflexiones.

“Quienes estudiamos y trabajamos el tema del turismo, o que simplemente nos gusta viajar, debemos ser conscientes de que es necesario cambiar de paradigma. Debemos repensar el turismo y visualizarlo como un fenómeno complejo, que tiene implicaciones económicas, sí, pero también sociales y culturales. Necesitamos un cambio de enfoque, apostar por la sustentabilidad y la responsabilidad social”, señala Cuéllar.

Con respecto a cómo puede impulsarse el ecoturismo, en la llamada nueva normalidad, la profesora del ITESO afirma que lo primero es que los anfitriones se adapten a las nuevas medidas sanitarias, adecuen sus espacios, incorporen todos los protocolos de higiene para generar confianza en los viajeros y que sean creativos.

“Esto nos va a dejar una enseñanza enorme porque tiene implicaciones para el hospedaje y para el transporte. Desde el lado del turista hay una desconfianza lógica, tenemos miedo de entrar en contacto con el coronavirus. Esta desconfianza va a durar, por lo que los sitios deberán generar estrategias para que las personas recuperen la confianza”.

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