Mediotiempo
Esa fue la pregunta número 270 del magistrado Brian Cogan a Tirso Martínez Sánchez, a quien la Federación Mexicana de Futbol le compró el Querétaro e Irapuato en 2006 al percatarse que el dueño de los equipos era un narcotraficante.
Cogan fue el fiscal principal en el llamado “Juicio del siglo” contra el Chapo Guzmán en diciembre del 2018, cuando Martínez Sánchez era testigo y reveló detalles sobre la venta de sus clubes, de acuerdo a las transcripciones del interrogatorio obtenidas por Mediotiempo mediante el sistema de Acceso Público a los Registros Electrónicos de la Corte estadounidense, PACER (por sus siglas en inglés).
A ello se añaden los testimonios que catorce años después de aquellas transacciones –y por primera vez– ofrece el entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Alberto de la Torre, quien contó a Mediotiempo cómo se percataron que el propietario de los Gallos, Irapuato, La Piedad y Venados dirigía una red de trenes para ingresar al menos 50 toneladas de cocaína a Estados Unidos entre 2000 y 2003.
“Sí hubo resistencia fuerte, pero no quedaba de otra, ya fue labor de nosotros convencer a los dueños de esos equipos para que nos vendieran”, platicó De la Torre vía telefónica.
En pagos, la FMF tuvo que desembolsar 14 millones de dólares para recuperar al Irapuato y los Gallos Blancos, entonces de Primera División y administradas junto a La Piedad y Venados por el capo oriundo de Guadalajara, que pasó de lustrar zapatos y pedir limosna a ser uno de los más buscados por el gobierno estadounidense, que lo etiquetó con el nivel 43, el más alto para un traficante de drogas.
“Tuvimos que comprarlas a plazos, tuvimos que moverle. Las dos costaron alrededor de 14 millones de dólares y fue barato a comparación de lo que valen ahora los equipos”, agregó De la Torre.
El 11 de diciembre del 2018, ya encarcelado y sentenciado en Estados Unidos, Martínez Sánchez fue citado para atestiguar en el caso 09-CR-00466 en contra de Joaquín Guzmán Loera. Sus declaraciones fueron asentadas en el documento número 595, donde Martínez Sánchez detalla cuánto le habían costado los otros dos equipos que adquirió: Venados de Yucatán, entre 600 y 700 mil dólares, y La Piedad, 2.2 millones de dólares.
“La Federación Mexicana de Futbol, aparentemente descubrió quién era usted, y se ofreció a comprarle los equipos. En 10 millones de dólares ¿Es correcto?”, fue otra de las preguntas de Cogan a Tirso Martínez, quien reconoció que generó alrededor de 70 millones de dólares por el ingreso y distribución de cocaína principalmente a Chicago, Los Ángeles y Nueva York.
“Aproximadamente”, respondió el narcotraficante, arrestado en León, Guanajuato, el 2 de diciembre del 2014, mientras se encontraba en un tratamiento para superar un problema de hipertensión y poder realizarse una cirugía estética para cambiar su rostro. Hasta ese momento ya se había operado la nariz y los ojos.
De la Torre platicó que fue mediante una auditoría cuando se percataron que algo no estaba bien con estos clubes. Fue entonces que decidieron desafiliarlos, entonces con el pretexto de reducir la Primera División de 20 a 18 equipos.
Luego los compraron mediante las personas que fungían como directivos del capo, sin tratar directamente con Martínez Sánchez, que no solo trabajó para el Chapo, pues desde finales de los 80 y principios de los 90 estuvo a la orden de otros traficantes como Amado y Vicente Carrillo, Nacho Coronel, los hermanos Beltrán Leyva y el Mayo Zambada.
“Se formó el Consejo de Dueños y se pidió hacer una especie de auditoría a todos los equipos para ver la solvencia económica y para saber si podían tener equipos en Primera División. Esos dos en especial se vio que no tenían la solvencia o no presentaron los papeles suficientes a la empresa que nosotros le encomendamos el trabajo”, comentó el expresidente de la FMF.
“Con el que aparecía como Presidente (de Irapuato y Querétaro) sí estuvimos en contacto y ellos nos pasaban las decisiones. Se hizo todo lo posible para comprarlos y ahí en ese momento sí se pudo comprar y se pudieron tener esas dos franquicias en reserva para que se pudieran vender”.
Tras la compra por parte de la FMF y la desaparición por un año, los Gallos Blancos pasaron por las manos de empresarios como Juan Antonio Hernández, Axel Bulle, Amado Yáñez –quien perdió al equipo en 2014 por una acusación de fraude bancario– y Olegario Vázquez Raña, hasta que actualmente fueron adquiridos por la familia Hank, propietaria también de Xolos de Tijuana y Dorados de Sinaloa.
En Irapuato fue la familia Millet Reyes la encargada de continuar con el fútbol, como dueños del equipo de 2005 a 2008, cuando Ramón Morató adquirió la franquicia del Pachuca Juniors para convertirla en la Trinca Fresera. Luego fueron Concepción Enríquez y Jorge Rocha los encargados de guiar al club, actualmente lejos de Primera División porque milita en Segunda, el tercer circuito en el escalafón del fútbol mexicano.
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