La Franja: 25 años de directivas limitadas, refuerzos “justitos”, malos resultados y rumores de venta

El Sol de Puebla

Refuerzos “justitos”, malos resultados y rumores sobre la posible venta del club no deberían de ser nuevos en el Puebla de La Franja.

Al menos en los últimos 25 años, y con cuatro directivas distintas, las limitaciones en el equipo han sido el pan de todos los días. Todo esto sin mencionar el conflicto de intereses por hacerse del control del club.

Desde la llegada de los hermanos Abed al Puebla en el curso 1995-1996, el negocio se antepuso al futbol en el conjunto blanquiazul.

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Inclusive, a los Abed poco o nada les importó en su momento ir en contra de la historia y tradición del equipo, cuando cambió los colores y el mote del mismo. ¿Se acuerda usted de Los Ejecutivos…?

Después de tres años al mando del Puebla, los Abed se hicieron a un lado y dejaron el destino de La Franja en manos de Francisco Bernat.

Lo anterior, no sin antes desmantelar a la escuadra, vendiendo a los pocos o muchos jugadores de su propiedad para acabar de recuperar la inversión hecha en 1995.

Con Francisco Bernat, la situación tampoco cambió. Bernat heredó a un Puebla menguado y un año más tarde de haberlo adquirido, en 1999, le decía adiós a la Primera División.

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A pesar de despedirse del mejor fútbol de México, Bernat hizo el esfuerzo y compró otra franquicia para convertirla en Puebla y así mantener el fútbol de la máxima categoría en la ciudad.

El esfuerzo resultó insuficiente y La Franja tras el verano 2005 descendía por segunda vez en menos de una década.

Bernat esta vez no hizo el gasto e inclusive amenazaba con competir con la versión más austera del Puebla en la entonces Primera A, hoy Liga de Ascenso.

Pero ante tal situación se conformó una sociedad, como en los tiempos primigenios del club, con el objetivo de devolver al Puebla cuanto antes al máximo circuito.

En la palestra aparecieron los nombres de viejos conocidos de la afición como Emilio Maurer; además, se sumaron otros como Eduardo Abraham, Justo Olvera y Antonio Fernández. La Franja, dos años después de caer a la división de plata, volvía a Primera.

ESTALLAN LOS CONFLICTOS

Si la fórmula de la sociedad funcionó en el fútbol de Ascenso, en la Primera División debía de mantenerse a pesar de la salida de Maurer.

Así, en el máximo circuito se sumaban como socios Jesús López Chargoy y Ricardo Henaine, con el objetivo de inyectar capital para competir de forma digna. Aunque los conflictos por hacerse del control de Puebla, también estallaron.

Pero antes de demandarse mutuamente, revelarse el tema de los dobles contratos en el equipo o bajar a patear la puerta a los árbitros por sentirse “acuchillados” tras un Puebla-Chivas, Francisco Bernat Cid seguía como el accionista mayoritario del club, con el 51 por ciento de las acciones. Aunque dejaba la administración del equipo.

Ricardo Henaine Mezher quedaba como presidente ejecutivo, Justo Olvera tomaba la comisión deportiva y Antonio Fernández la parte ejecutiva.

Pero los distintos intereses, en su mayoría económicos, acabaron por sentenciar las buenas intenciones y desencadenando una ola de litigios entre los otrora socios, mientras el Puebla peleaba por mantenerse en Primera.

La ambición por hacerse del control total del club terminó en 2010 cuando Henaine acusó ante los tribunales a Bernat por fraude, calculado en 30 millones de pesos. Paco, jerarca del equipo desde 1998, cedía el 51 por ciento de las acciones a Henaine a cambio de su libertad, pues por entonces se trataba de la única vía para evitar la cárcel, ya que no alcanzaba licencia bajo caución.

A Henaine le duró poco el gusto como dueño y traspasó al Puebla a los López Chargoy, éstos a su vez lo hicieron a Televisión Azteca, empresa presuntamente interesada en desprenderse del equipo, rumor corriendo durante los últimos días, a pesar de los desmentidos de la dirigencia.

í, los últimos cambios de manos en la directriz del Puebla presumen la constante de abandonar o ceder el control del barco por la falta de capital para hacer frente a los gastos propios de la Primera División, donde se presume a las dos nóminas más caras del continente (Rayados y Tigres) y éstas se dan el lujo de perder en un fin de semana contra un equipo con 60 millones menos de presupuesto como el Puebla, pero no de cederle a éste o a cualquier otro de los “pobres” de la división, los campeonatos.

A CONSIDERAR…

LOS PROBLEMAS financieros del Puebla, o de sus directivas, tampoco son nuevos. En 1982, el entonces gobernador Guillermo Jiménez Morales creó un fideicomiso para evitar la mudanza del equipo

63 AÑOS atrás, en 1956, el equipo desapareció brevemente del panorama por problemas económicos, en su mayoría derivados por la pérdida de 300 mil pesos tras la quema del Parque Mirador.

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