Staff / IMR
- Estas biomoléculas también están asociadas con la respuesta de neuroinflamación
El cerebro demanda una gran cantidad de energía metabólica para desarrollar diversas funciones, como el aprendizaje asociativo y de habilidades motoras, por lo que este órgano requiere el 25 por ciento de los carbohidratos consumidos en la dieta diaria, informó Eleazar Ramírez Hernández, colaborador del Laboratorio de Neurofarmacología, de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la BUAP.
Esta cantidad de energía metabólica, obtenida a partir de los alimentos, favorece la plasticidad sináptica que se refiere a la propiedad de las neuronas cerebrales para cambiar su estructura y función en respuesta a la experiencia. Por lo tanto, esta energía es utilizada para el desarrollo cerebral, aprender nuevas habilidades, establecer memorias y responder a las adversidades del entorno.
En su charla como parte de las actividades de la Semana Internacional del Cerebro de la FCQ, Ramírez Hernández indicó que muchas de las patologías se han asociado a los cambios en las estructuras n-glucosídicas y o-glucosídicas. “Los altos contenidos calóricos conllevan a una alteración en el metabolismo del hígado y a la resistencia a la insulina. Además, estos carbohidratos están asociados con la respuesta de neuroinflamación”.
Las regiones con mayor actividad metabólica -dijo- son las estructuras corticales, las cuales tienen una acción del tipo glutamatético y están asociadas con la participación de otras células que forman parte del sistema nervioso central, como los astrocitos (las más numerosas en el cerebro) que proveen la mayor cantidad de energía metabólica a las neuronas y son los principales reservorios de glucógeno.
Ramírez Hernández comentó que esta energía demandada por el cerebro se utiliza en una primera etapa para el desarrollo posnatal, por lo que tiene una función para el crecimiento y creación de nuevas conexiones y circuitos neuronales. Posteriormente, en niños de 2 a 10 años, esta energía metabólica favorece la formación y proliferación de nuevas sinapsis; en esta etapa se incrementa la actividad metabólica.
De los 10 a los 24 años todavía se puede establecer una plasticidad asociada a las actividades diarias, por ejemplo aprender a tocar algún instrumento y realizar ejercicio. En la edad adulta esta demanda energética disminuye y solamente se mantiene el proceso metabólico para la producción y eliminación de algunas sinapsis.
Ante estudiantes de preparatoria y licenciatura, Eleazar Ramírez expuso que además la glucosa sirve como precursor para la síntesis de otras estructuras o aminoácidos, como el glutamato y glutamina.
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