René R. Coca
Pese a problemas de desnutrición, obesidad y sobrepeso, directivos permiten la venta de chatarra.
Padres de familia contribuyen al descuido alimenticio de sus hijos.
Salvo casos excepcionales, la mayoría de las escuelas del nivel básico y medio del Soconusco mantienen la venta de productos denominados como “chatarra”, lo que ocasiona problemas de desnutrición, obesidad y sobrepeso en los estudiantes, además de desacatar las normas pactadas entre el sector educativo con las instancias de salud en la entidad.
Autoridades del sector salud indicaron que ante los altos índices de desnutrición, obesidad y sobrepeso de la población menor que hay en nuestro país, pero más en entidades como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, se acordó trabajar con el sector educativo en varios sentidos, algunos tienen que ver con normas oficiales pero más con la participación de maestros y padres de familia.
Sin embargo, en las visitas que se tienen a gran parte de los planteles educativos se puede observar que los directivos en contubernio con los padres de familia, permiten la entrada de productos que cuenta con altas cantidades de sal o azúcar, carbohidratos y grasas, así como embotellados que ingieren los menores a la hora del recreo en las cooperativas o cafeterías, y que desplazan a los alimentos con nutrientes para el sano crecimiento y desarrollo de los alumnos.
Por su parte, los padres de familia tanto de escuelas públicas como privadas argumentaron que en muchas ocasiones los directivos imponen a quienes venden al interior de los planteles, ya sea porque las empresas de marcas de refrescos o frituras les ofrezcan a cambio la pinta de las instalaciones o alguna mejora en las bancas o para las áreas de cómputo; sin embargo, también admitieron que como responsables de la alimentación de sus hijos, casi siempre prefieren darles algún dinero que llevar algún producto nutritivo para la hora del descanso.
Luego de que las autoridades educativas pactaron que en las escuelas entrarían programas de apoyo alimenticio para la comunidad estudiantil, como preparar desayunos escolares con insumos con nutrientes balanceados; o bien, se prohibiría la venta de productos chatarra, lo cierto es que la mayor parte de las escuelas siguen con problemas de desnutrición, obesidad y sobrepeso entre sus alumnos.
Cabe destacar que si al interior de las escuelas se tienen malos hábitos alimenticios, los alumnos están expuestos al consumo de otro tipo de productos, también dañinos, a la salida de su horario de clases, ya que existe una serie de vendedores informales que ofrecen mercancía insalubre, expuesta al polvo y de dudosa procedencia que repercute en enfermedades gastrointestinales, que se incrementan en la temporada de calor.
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