‘Palabra de expertos’, insuficiente para explicar riesgos del cambio climático

Rossi A. G. 

· Expertos tienen nuevos retos en la comunicación de la ciencia sobre este fenómeno

Por: Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, e Investigador Nacional Nivel II (SNI).

La divulgación de la ciencia presenta ciertas similitudes con el relato clásico Ricitos de Oro y los tres osos. Si un tema de interés general contiene lenguaje muy técnico es deseable la intervención de expertos para intentar llevar a un público amplio las ideas fundamentales del tema en cuestión; esto es el equivalente al plato hirviente de sopa de ‘papá oso’.

En el extremo opuesto, de forma análoga a la sopa fría de ‘mamá osa’, se encuentran situaciones cuyo dominio deriva de la trinchera cotidiana. Casos como la administración del dinero hogareño durante los fines de quincena no requieren la intervención de analistas financieros expertos, y de hecho ello resultaría poco práctico.

La comunicación de la ciencia referente al calentamiento global se cuece aparte, pues es el equivalente a la sopa templada del ‘oso pequeño’. A pesar de que los fundamentos del fenómeno son accesibles, éstos abarcan aspectos técnicos que no son evidentes.

Aunque diariamente se observa el efecto invernadero como producto de la retención de radiación solar, debida al dióxido de carbono atmosférico, es natural que existan cuestionamientos por parte de la población referentes a qué tan intenso y/o relevante es realmente el fenómeno.

La ‘palabra de los expertos’ no ha sido suficiente para generar un conocimiento efectivo sobre las consecuencias del calentamiento global; aunque existe un consenso científico abrumador sobre la gravedad del problema, también existe un preocupante retraso a nivel internacional en la implementación de las acciones necesarias para enfrentar la situación.

En las academias pertenecientes a instituciones de educación superior (IES) diariamente se realizan labores de investigación, docencia y difusión. En esta última área existen inercias que necesariamente deben cuestionarse.

En la práctica se ha considerado que difundir la ciencia a públicos lejanos a la especialización implica inversiones de tiempo prohibitivas, cuya relación costo-beneficio no justifica el esfuerzo, y en cambio implica riesgos de entrar en controversias desgastantes con amateurs. Sólo en el caso de iniciativas puntuales encabezadas por personal muy motivado se han generado experiencias exitosas para acercar la ciencia a la sociedad, pero por su misma naturaleza éstas han tenido un alcance limitado.

Es indispensable que las academias de las IES cuenten con nuevas planeaciones de difusión sobre las implicaciones climáticas y ecológicas del problema del calentamiento global. Estas acciones no pueden limitarse al desarrollo de conferencias y/o talleres impartidos con base en los formatos tradicionales.

Los tiempos actuales requieren que las academias salgan de sus torres de marfil e inciden decisivamente, por medio de la ciencia experimental, en planes de estudio a todos los niveles, en las actividades escolares cotidianas y en las políticas públicas para superar el grave escenario de inacción que ya ha sido advertido claramente por la Organización de las Naciones Unidas.

Regresando al relato al relato infantil, Ricitos de oro logra obtener conclusiones con base en su experiencia directa con los tazones de sopa y no por dichos o contradichos de especialistas. Movimientos de docentes en demanda de mayores espacios prácticos para acción climática ya se están haciendo presentes en países desarrollados y deberán reproducirse en todas las latitudes en los años venideros

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