Arlette Hernández

El frío, la noche y la lluvia dieron la bienvenida al sueño americano de los cerca de 400 migrantes centroamericanos en Puebla, de acuerdo con cifras del gobierno municipal.

A cuentagotas arribaron a los albergues dispuestos con mochilas y esperanzas a cuestas. A diferencia de las redes sociales que pronto pronto posicionaron la etiqueta #CaravanaMigranteEnPuebla como tendencia nacional.

El cansancio es por demás evidente. Sus motivos también. Nadia, que viene de Honduras, jala con una maleta atiborrada de ropa y con un hijo de 12 años cargado de ilusiones por una mejor vida que la que tenía en su país. No piensan quedarse en México.

Su objetivo, como el del grueso de la caravana, es Estados Unidos, pese a las advertencias de Donald Trump. Coinciden que sí hay temor, pero la necesidad lo es más.

Evaristo con apenas 23 años, cuenta que tomó la decisión de un momento a otro. El principal impulso fue que un hermano lo espera en el país del norte. A quien no ha visto desde hace más de 5 años. No sabe de la política estadounidense, poco le importa si Trump usa este movimiento para sus fines. Lo único que quiere es tener un  trabajo que y le paguen en dólares para ayudar a su familia que deja atrás.

En Puebla se encuentran habilitados tres albergues: Parroquia San Juan de los Lagos, Nuestra Señora de la Asunción y el Polideportivo Xonaca.

El gobierno del estado instaló el gabinete especial para atención a la Caravana Migrante y activado los protocolos de ayuda humanitaria y seguridad para brindar la asistencia necesaria.