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La Organización Mundial de la Salud considera “totalmente inaceptable” la incursión militar israelí en el hospital de Al Shifa, en Gaza. Su director general de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que incluso han “perdido el contacto con los trabajadores” de ese centro médico.
Sus comentarios se produjeron en medio de las noticias sobre la incursión de las Fuerzas de Defensa Israelíes en el hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza, tras varios días de combates en los alrededores y donde han muerto pacientes, incluidos bebés prematuros, después de que las incubadoras y otros equipos vitales se quedaran sin electricidad por falta de combustible.
Tedros explicó en rueda de prensa que, bajo el derecho internacional humanitario, las instalaciones sanitarias, los trabajadores de salud, las ambulancias y los pacientes deben ser defendidos y protegidos de todos los actos de guerra.
“Los hospitales no son campos de batalla. Estamos extremadamente preocupados por la seguridad de los trabajadores y de los pacientes. Protegerles es primordial”, dijo.
“No solo eso”, recalcó. “Deben ser activamente protegidos durante la planificación militar. Incluso si las instalaciones sanitarias se utilizan con fines militares, los principios de distinción, precaución y proporcionalidad siempre se aplican”.
Por su parte, el responsable de la agencia de la ONU en los territorios palestinos ocupados dijo que según las informaciones 34 de los 39 bebés prematuros que había en Al Shifa siguen vivos. Hoy se habían enterrado 82 cuerpos en una fosa común y quedan otros 80 por enterrar.
El doctor Richard Peeperkon dijo que están “explorando la posibilidad de evacuación de pacientes”, pero para ellos sería necesario “por supuesto pasaje seguro y combustible para las ambulancias”.
Violaciones graves
La directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se unió a las voces que denunciaron la grave situación que se vive en la Franja de Gaza.
En Gaza se ha matado, mutilado, secuestrado y denegado asistencia a niños. Las partes en conflicto deben “poner fin a este horror”, declaró Catherine Russell, durante una visita al enclave, mientras las operaciones humanitarias se paralizaban el miércoles por falta de combustible.
Russell condenó estas “graves violaciones” contra los niños cometidas por las partes en conflicto y afirmó que se encontraba en Gaza “para hacer todo lo posible por defender la protección de los niños”.
“Dentro de la Franja, no hay ningún lugar seguro al que pueda acudir el millón de niños de Gaza”, afirmó, destacando que, según los informes, más de 4600 niños han muerto y casi 9000 han resultado heridos.
Se cree que muchos niños están enterrados bajo los escombros de edificios derrumbados, “el trágico resultado del uso de armas explosivas en zonas pobladas”, afirmó.
Alto al fuego inmediato
La directora de UNICEF describió los desgarradores relatos del personal de su agencia sobre el terreno y subrayó el alto riesgo que corren los agentes humanitarios que operan dentro de Gaza. Desde el 7 de octubre, 102 miembros del personal de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) han muerto en el enclave.
Russell reiteró su llamamiento a un “alto al fuego humanitario inmediato”, a la liberación de todos los niños secuestrados y detenidos y al “acceso seguro, sostenido y sin obstáculos” de los trabajadores humanitarios a las personas necesitadas.
Una situación espantosa
El coordinador de la Ayuda Humanitaria de la ONU se unió a los anteriores y coincidió con Tedros al asegurar en la plataforma X (antiguamente Twitter) que “los hospitales no son campos de batalla”, insistiendo en que “la protección de los recién nacidos, los pacientes, el personal médico y todos los civiles debe prevalecer sobre cualquier otra preocupación”.
En declaraciones previas a Noticias ONU, subrayó que “Hamás no debe utilizar un lugar como un hospital como escudo de su presencia” y que “el hospital no debe convertirse en una zona de guerra peligrosa”.
“Estos dos problemas nos parecen igual de importantes”, insistió.
Griffiths, máximo responsable de ayuda humanitaria de la ONU declaró que, desde una perspectiva humanitaria y al margen de cualquier consideración militar, “nuestro problema es proteger a la población de Gaza”.
Subrayó que los gazatíes se encuentran en una “situación horrible en la que no tienen escapatoria y se les pide que se desplacen en condiciones de peligro”.
Se calcula que en Gaza hay más de 1,5 millones de desplazados internos, de los cuales unos 787.000 se alojan en unos 154 refugios de la UNRWA, donde el hacinamiento masivo está provocando la propagación de enfermedades.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), dirigida por Griffiths, informó el miércoles de que los desplazados que permanecen en carpas improvisadas fuera de los refugios en el sur de Gaza por falta de espacio están sufriendo ahora la llegada de fuertes lluvias e inundaciones.
Listos para partir
Griffiths, quien hoy presentó un plan de 10 puntos para frenar “la matanza en Gaza”, explicó que el alto al fuego también era necesario para permitir que el sector privado operara y que las tiendas agotadas pudieran reabastecerse. “Eso es tan importante como nuestras operaciones, si no más”, dijo.
“Estamos ahí, sentados frente a esas personas en las fronteras de Gaza, en Ráfah, listos para ir” y para “tratar de llegar a la gente donde está”, insistió en su petición de acceso.
“Es una forma estándar de operar en una crisis como ésta”, afirmó.
Camiones de ayuda paralizados
En cuanto a la falta de combustible, hoy un camión con 23.000 litros entró en la Franja, pero “Israel ha restringido su uso solo a transportar ayuda desde Ráfah”.
La OMS y la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) han señalado que se necesitan “al menos 120.000 litros de combustible al día” para que funcionen los generadores de los hospitales, las ambulancias, las plantas desalinizadoras y las telecomunicaciones.
El responsable de la UNRWAdijo que toda su operación está ahora al borde del colapso y al final de este miércoles, alrededor del 70% de la población de Gaza no tendrá acceso a agua potable.
“Es atroz que se siga utilizando el combustible como arma de guerra”, dijo Philippe Lazzarini en su cuenta de X (anteriormente Twitter).