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El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) publicó este viernes su evaluación de los efectos en la salud del aspartamo, un edulcorante que no contiene azúcar, clasificándola como posiblemente carcinógeno (Grupo 2B), tras establecer que hay “evidencia limitada” sobre su carcinogenicidad en los seres humanos.
Por su parte, tras llevar a cabo una evaluación simultánea, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reafirmó este viernes que la ingesta diaria admisible de este producto es de 40 miligramos por kilogramo de peso corporal.
El aspartamo es un edulcorante artificial de origen químico ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas desde la década de 1980. Esto incluye bebidas dietéticas, goma de mascar, gelatina, helados, productos lácteos como el yogur, cereales de desayuno, dentífrico y medicamentos como pastillas para la tos y vitaminas masticables.
“El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Cada año, una de cada seis personas muere de cáncer. La ciencia se amplía continuamente para evaluar los posibles factores iniciadores o facilitadores del cáncer, con la esperanza de reducir esas cifras y el costo humano”, señaló el director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
Francesco Branca añadió que “las evaluaciones del aspartamo han revelado que, si bien la inocuidad no preocupa de forma destacada en las dosis de consumo habitual de este producto, se han descrito posibles efectos que deben investigarse en más estudios y de mejor calidad”.
Se necesitan más estudios
La OMS señaló que los dos organismos efectuaron exámenes independientes pero complementarios para evaluar la posible peligrosidad asociados al consumo de aspartamo.
El CIIC clasificó el aspartamo como posiblemente “carcinógeno para los seres humanos” (Grupo 2B) a partir de evidencia limitada para el cáncer en los seres humanos (en concreto, para el carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado). También se observó evidencia “limitada” para el cáncer en animales de experimentación y “evidencia limitada” relacionada con los posibles mecanismos que provocan cáncer.
Según la agencia, la determinación de la peligrosidad es el primer paso para comprender la carcinogenicidad de un agente, al establecerse sus propiedades específicas y su potencial para causar daño. Las clasificaciones reflejan la firmeza de la evidencia científica sobre la posibilidad de que un agente determinado cause cáncer en los seres humanos, pero no reflejan el riesgo de padecer cáncer a un nivel de exposición determinado.
En la evaluación de la peligrosidad se tienen en cuenta todos los tipos de exposición (por ejemplo, en la alimentación o en el trabajo). La clasificación del Grupo 2B corresponde al tercer nivel más alto de los cuatro niveles, y generalmente se usa cuando existe evidencia limitada, y no convincente, de cáncer en los seres humanos o evidencia convincente de cáncer en animales de experimentación, pero no ambas.
“Las conclusiones de evidencia limitada subrayan la necesidad de seguir investigando para poder comprender mejor si el consumo de aspartamo constituye un peligro carcinógeno”, declaró Mary Schubauer-Berigan, del programa Monografías del CIIC.
La ingesta diaria admisible no cambia
Por su parte, el JECFA concluyó que los datos evaluados indican que no hay ninguna razón suficiente para cambiar la ingesta diaria admisible previamente establecida de 0 a 40 mg/kg de peso corporal para el aspartamo. Por tanto, el Comité reafirmó que el consumo de una cantidad diaria que esté dentro de este límite es inocuo.
En las evaluaciones de riesgos se determina la probabilidad de que ocurra un tipo específico de daño, es decir, cáncer, en determinadas condiciones y niveles de exposición.
Según la ingesta admisible actual, un adulto que pesa 70 kg necesitaría consumir más de nueve a catorce latas al día de refresco dietético que contenga 200 o 300 mg de aspartamo para exceder la ingesta diaria admisible, si no se consumen otros alimentos.
“El JECFA también examinó la evidencia sobre el riesgo de cáncer en estudios realizados en animales y seres humanos, y concluyó que la evidencia de vínculo entre el consumo de aspartamo y el cáncer en los seres humanos no es convincente”, señaló el jefe de la Unidad de Normas y Asesoramiento Científico sobre Alimentación y Nutrición de la OMS.
“Necesitamos mejores estudios con un seguimiento más prolongado y repetición de cuestionarios sobre alimentación en cohortes existentes. Necesitamos ensayos controlados aleatorizados, en particular estudios de vías causales pertinentes para la regulación de la insulina, el síndrome metabólico y la diabetes, particularmente en relación con la carcinogenicidad”, concluyó Moez Sanaa.
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