Pohema: Una triste realidad o una satisfacción

Por Bayardo Quinto Núñez

  • Bitácora de Futuro

Por muy dura que
sea, la vida, la historia,
el mundo es real
no se equivoca, orienta.
Sea como sea,
que esté el tiempo
a diario vemos
una película de
enfermedades, muertes,
el nacimiento de un
nuevo ser y un
sinfín de cosas
interesantes protagonistas;
que mejor legado
que vivir, envejecer
y morir.
Por mucho que
hagamos esfuerzos
no existe manera
de evadir la vejez
y la muerte, inclusive,
se puede perder
la vida por cualquier
enfermedad, o accidente.
Somos viajeros
en el tiempo de
día y de noche,
o como la lluvia
que va y viene.
Ante todas estas
realidades muchos
se dedican a leer
la Santa Biblia, pero
no es lo mismo leerla
que sentir la
presencia omnipotente.
“esos” viven engañados,
pretendiendo refugiarse,
usandola como un escudo,
para protegerse
creyendo que con
ello se salvarán,
jamás, al Omnisciente
no se le puede engañar,
el engañado es uno;
la esperanza de la
vida es lo único
que mantiene
en pie, mientras
llega la hora
de partir y dormir
el sueño de los justos,
a los injustos a saber
que les tocará.
La vida es tan breve.
No hay ciencia
que pueda mantener
vivo (a) para eterna
memoria al ser humano,
imposible, quizás alargarla.
No estamos diseñados
para vivir eternamente,
pero existen
razones para tener
esperanza en algo.
Vivir físicamente
para siempre sería
maravilloso, lo único
que podría ser
es que, las buenas
obras que se hacen
abonen para seguir
estando vivo
y que no se te olvide,
después de la muerte
física, miles tras miles
de casos existen
que hicieron
excelentes obras
y son enterrados
en la memoria
de las mentes
y nunca fueron
recordados, quizá a la
muerte de un Obispo.
Es una realidad
de realidades tal vez
para muchos
sea posible, pero
para otros no, que,
desde la predica
de los preceptos
bíblicos Él se tragará
para siempre la muerte.
Sólo hay que esperar.
Ahora somos
Una sombra en
el camino, en,
cualquier instante
o estamos vivos,
enfermos o muertos,
de eso nadie se escapa,
mientras tanto
continuemos haciendo
el bien en obras justas,
así el vientre
del alma tendrá
un bello parto,
el sentimiento bueno,
el malo se aparta.
Acerca del autor Bayardo Quinto Núñez, escritor.

 

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