Staff/Rossi
La Dra. Alejandra Cantoral, coordinadora de la Clínica de Nutrición, señala que la seguridad alimentaria tiene que ver con el acceso a suficiente cantidad de alimentos inocuos y nutritivos
El precio de los alimentos juega un papel fundamental en la decisión de compra de las familias; por lo cual, tiene un impacto en la inseguridad alimentaria, señaló la Dra. Alejandra Cantoral, coordinadora de la Clínica de Nutrición de la Universidad Iberoamericana CDMX.
A principios de año, se dio a conocer que el Índice de Precios de los Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) registró un crecimiento de un 28.1%, en comparación con el 2020, el más alto en los últimos diez años.
Cantoral recordó que la seguridad alimentaria tiene que ver con las posibilidades de una familia para, en todo momento, tener el acceso físico y económico a una suficiente cantidad de alimentos, que sean inocuos y nutritivos.
Explicó que, de acuerdo con la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria, la inseguridad se clasifica en: 1) leve, cuando existe ansiedad y preocupación por los suministros alimentarios. En esta etapa, se empiezan a hacer ajustes en el presupuesto del hogar, lo cual puede afectar la calidad de la dieta; 2) moderada, cuando los adultos limitan la calidad y la cantidad de los alimentos que consumen; y 3) severa, cuando se afecta la calidad y la cantidad de los alimentos consumidos por los niños.
De acuerdo con la investigadora, en México, en las etapas leve y moderada, lo que hacen las familias es empezar a comprar alimentos más baratos, así como productos ultraprocesados que se caracterizan por ser altos en energía, en azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio, y cuyo aporte de nutrimentos como las vitaminas es bajo.
Mientras que en la inseguridad alimentaria severa no sólo cambia la dinámica de lo que compra, sino que las familias consumen menos o no realizan alguna comida al día, pero también se puede llegar al extremo de no comer.
En ese sentido, la docente dijo que las familias con niñas, niños y adultos mayores son más vulnerables a sufrir inseguridad alimentaria, lo cual es preocupante.
De acuerdo con la Encuesta Sobre los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares con Niñas, Niños y Adolescentes en la Ciudad de México-ENCOVID19 (julio-diciembre 2020), 62% de los hogares reportó tener un ingreso menor que antes de la pandemia, un valor igual al encontrado en julio de 2020. La reducción en los ingresos fue mayor en los hogares con menores, donde 71% dijo que su ingreso era inferior que antes del inicio de la pandemia.
En ese sentido, Cantoral apuntó que estos resultados son preocupantes pues indican que los hogares están disminuyendo la cantidad de alimentos que consumen por falta de recursos. Agregó que ante una situación de inseguridad alimentaria severa, se asocian temas de desnutrición, baja peso y talla, sobre todo en niñas y niños.
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