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Los últimos resultados del Índice de pasaportes Henley muestran niveles récord de libertad de viaje para Japón y Singapur, naciones ubicadas en la cima del ranking, pero también indican la mayor brecha de movilidad global registrada desde la creación del índice hace 17 años. Sin considerar las restricciones temporales relacionadas con la Covid, los titulares de pasaportes de las dos naciones asiáticas ahora pueden ingresar a 192 destinos a nivel mundial sin visa, 166 más que Afganistán, que se encuentra en el extremo inferior del índice.
Esta creciente división en materia de movilidad internacional entre los países más ricos y los más pobres se puso de manifiesto con un marcado enfoque a finales del año pasado por la serie de restricciones punitivas relacionadas con la variante ómicron contra naciones principalmente africanas, lo cual fue descrito por el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres como un “apartheid en los viajes”. Esto ocurre a pesar de que los niveles generales de libertad de viaje se han ampliado significativamente en las últimas dos décadas. Según datos históricos del Índice de pasaportes Henley, que clasifica todos los pasaportes del mundo según la cantidad de destinos a los que pueden acceder sus titulares sin visa previa y se basa en datos exclusivos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), una persona podría, en promedio, visitar 57 países sin visa en 2006. Hoy en día ese número ha aumentado a 107, pero este aumento general oculta una creciente disparidad entre los países del norte global y los del sur global, en que nacionales de países como Suecia y los Estados Unidos pueden visitar más de 180 destinos sin visa mientras que los titulares de pasaportes de Angola, Camerún y Laos solo pueden ingresar a unos 50.
La Covid-19 exacerba la desigualdad en la movilidad global
Alemania y Corea del Sur comparten el segundo lugar en la última clasificación, cuyos titulares de pasaportes pueden acceder a 190 destinos sin visa, mientras que Finlandia, Italia, Luxemburgo y España comparten el tercer lugar con un puntaje de 189. Los pasaportes de los Estados Unidos y el Reino Unido han recuperado parte de su fortaleza anterior después de haber descendido hasta el octavo lugar en 2020, el punto más bajo ocupado por esos dos países en los 17 años de historia del índice. En la actualidad ambos países ocupan el sexto lugar, con un puntaje de 186 destinos sin visa o con visa a la llegada.
El Dr. Christian H. Kaelin, presidente de Henley & Partners y creador del concepto del índice de pasaportes, señala que la apertura de los canales de migración es esencial para la recuperación después de la pandemia. “Los pasaportes y visados se encuentran entre los instrumentos más importantes que inciden en la desigualdad social en todo el mundo, ya que determinan las oportunidades para la movilidad global. Las fronteras dentro de las que nacemos y los documentos que tenemos derecho a portar no son menos arbitrarios que nuestro color de piel. Los estados más ricos necesitan fomentar una migración interna positiva para ayudar a redistribuir y reequilibrar los recursos humanos y materiales en todo el mundo”.
Al referirse al Informe de movilidad global 1T 2022 de Henley, que se publicó hoy junto con la última clasificación del Índice de pasaportes Henley, el Prof. Mehari Taddele Maru del Centro de Políticas Migratorias señala que “los costosos requerimientos asociados con los viajes internacionales institucionalizan la desigualdad y la discriminación. La Covid-19 y su interacción con la inestabilidad y la desigualdad han puesto de relieve y exacerbado la impresionante disparidad en materia de movilidad internacional entre las naciones desarrolladas ricas y sus contrapartes más pobres”.
Mayor incertidumbre prevista para 2022
Poniendo de relieve el informe sobre el efecto de la pandemia en las tendencias geopolíticas más amplias en materia de migración y movilidad, Misha Glenny, periodista galardonado y profesor asociado del Instituto Harriman de la Universidad de Columbia, expresó: “La propia presencia de ómicron apunta a un importante fracaso geopolítico. Si los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea hubieran enviado más dinero y vacunas al sur de África, las posibilidades de que surgiera una nueva cepa tan sólida habrían sido mucho menores. Hasta que compartamos la distribución de las vacunas de manera más equitativa, las nuevas mutaciones tendrán la capacidad de enviarnos a todos nuevamente al punto de partida”.
El Dr. Andreas Brauchlin, especialista en cardiología y medicina interna de renombre internacional y miembro del consejo asesor de SIP Medical Family Office en Suiza, está de acuerdo y señala acerca del informe que “el estado de salud y vacunación de una persona ejerce tanta influencia en la movilidad como el acceso sin visa que permite su pasaporte. Ser residente de la nación ‘equivocada’ puede generar un gran impacto en su acceso a los servicios comerciales, sanitarios y médicos, e imposibilitar que algunas personas viajen”.