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Así lo demuestra un estudio llevado adelante por un equipo de investigadores estadounidenses, después de entrenar a canes durante tres semanas
En tiempos de aislamiento por la pandemia de coronavirus desatada hace más de un año, el perro demostró, una vez más, tener una cualidad extraordinaria a través de su olfato. Así lo determinó un estudio que asegura que los canes detectores especialmente entrenados pueden olfatear muestras positivas de COVID-19 con la enorme precisión del 96%.
El informe, titulado “Discriminación de muestras de pacientes infectadas con SARS-CoV-2 por perros detectores: un estudio de prueba de concepto” y publicado en el sitio especializado Plos One a mediados de abril, se basó en la investigación del comportamiento de nueve perros, incluidos ocho labradores y un pastor belga malinois.
El equipo de investigadores indicó que esos canes no estaban capacitados previamente para el trabajo de detección médica. Además, explicaron que tal habilidad no es algo fácil de esperar de los perros, incluso tras considerar su mayor sensibilidad a los olores.
“Los perros deben estar entrenados específicamente para detectar el olor de la infección, pero también deben poder detectar los olores de fondo de diferentes personas: hombres y mujeres, adultos y niños, personas de diferentes etnias y geografías”, dijo Cynthia Otto, autora principal sobre el trabajo y director del Centro de perros de trabajo de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.
A partir de un trabajo de estrecha colaboración con la experta en coronavirus Susan Weiss, de Penn Medicine, Otto inactivó el virus en las muestras utilizadas para entrenar al perro y garantizar, así, su seguridad.
Los investigadores entrenaron a los perros para que respondieran a las muestras de orina de pacientes que hubieran dado positivo por SARS-CoV-2 con el fin de distinguir entre muestras positivas y negativas.
Para mantener la validez del estudio, se aseguraron de que las muestras negativas recibieran el mismo tratamiento de inactivación, ya sea inactivación por calor o inactivación con detergente, que las muestras positivas. Junto con Richard Berk, criminólogo y estadístico de Penn Medicine, el equipo descubrió que, después de tres semanas de entrenamiento, los nueve perros pudieron identificar muestras positivas de SARS-CoV-2, con una precisión del 96% en promedio.
Sin embargo, su capacidad para discernir falsos negativos fue menor. Los investigadores lo atribuyeron a los estrictos criterios del estudio que etiquetaron cada incidente en el que los perros pasaron por un área con una muestra positiva sin responder como un “error”.
Otra complicación que enfrentaron los investigadores fue la tendencia de los perros a distinguir entre los pacientes reales en lugar de su estado de infección por COVID-19. Esto los llevó a ser desechados por una muestra de un paciente que había dado negativo en la prueba del virus, pero que recientemente se había recuperado de coronavirus.
“Los perros siguieron respondiendo a esa muestra y seguimos diciéndoles que no”, dice Otto. “Pero, obviamente, todavía había algo en la muestra del paciente que los perros estaban captando”. Esta investigación ha aportado muchas lecciones nuevas, desde confirmar que existe un olor a SARS-CoV-2 que los perros pueden detectar, hasta comprender que los canes no deben ser entrenados repetidamente con las muestras de un solo individuo.
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