Preguntas y respuestas sobre la COP26

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¿Qué es la COP26?

La 26.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), más conocida como la COP26, se celebrará del 1 al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia, Reino Unido. La COP26 reunirá a gobiernos, empresas, autoridades locales y sociedad civil para debatir acerca de la acción mundial por el clima. Entre los principales objetivos de la conferencia destaca un aumento de la ambición a escala mundial en los esfuerzos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para mantenerse dentro de los objetivos de temperatura que figuran en el acuerdo de París y un aumento de los esfuerzos mundiales en materia de adaptación al cambio climático y de su financiación. También se celebrarán negociaciones sobre el código normativo del Acuerdo de París para seguir el curso de los avances hacia la contribución determinada a nivel nacional (CDN) de cada Parte y para garantizar la transparencia y la integridad medioambiental de los mercados internacionales del carbono.

Las Partes trabajarán también sobre el futuro de la financiación de la lucha contra el cambio climático más allá de 2025, el apoyo a las comunidades que sufren «pérdidas y daños» debido al cambio climático, la silvicultura y la agricultura, la tecnología, los pueblos indígenas y el género.

El Acuerdo de París, adoptado en diciembre de 2015, tiene como objetivo evitar un cambio climático peligroso manteniendo el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C y prosiguiendo los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5 °C, y lograr que los flujos financieros sean compatibles con los objetivos climáticos. El Acuerdo de París entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. y fue firmado por 197 Partes en la CMNUCC, de las cuales ya lo han ratificado 191 Estados y la UE.

¿Cuáles son las expectativas de la UE respecto de la COP26?

La UE espera que los líderes mundiales y ministros reunidos en Glasgow demuestren su compromiso constante con la aceleración de la lucha contra el cambio climático, remediando la falta de ambición para que el mundo vuelva a ajustarse a los objetivos de temperatura del Acuerdo de París. Se trata de un empeño común que solo se puede resolver colectivamente. Debido al retraso provocado por la pandemia de COVID-19, la COP26 se celebra un año después de la fecha prevista para que las Partes actualizasen sus objetivos de reducción de emisiones a la luz de los últimos datos científicos, con arreglo al Acuerdo de París. La mayoría de ellas, aunque no todas, ya lo han hecho.

Desde la COP de París, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha descrito los efectos profundos, irreversibles y existenciales asociados a la crisis climática, destacando que solo reducciones adicionales drásticas en las emisiones de gases de efecto invernadero podrán limitar el calentamiento global a 1,5 ºC y evitar las peores consecuencias del cambio climático provocado por el ser humano. Aunque la UE y otras muchas Partes en el Acuerdo de París han aumentado la ambición de sus objetivos a tiempo para la COP26, la conclusión del último informe de Síntesis de la CMNUCC es que la comunidad mundial está todavía lejos de las trayectorias necesarias para limitar el calentamiento global a 2 °C y permanecer dentro del límite de 1,5 °C. Por consiguiente, es esencial mantener la presión política y el impulso en la COP26 y convencer en particular a los mayores emisores del mundo para que adopten medidas urgentes que reduzcan con mayor rapidez las emisiones de gases de efecto invernadero.

París también estableció para los países desarrollados el objetivo de movilizar colectivamente 100 000 millones USD anuales, entre 2020 y 2025, para ayudar a los países en desarrollo a reducir las emisiones y prepararse para los efectos del cambio climático. Aunque el objetivo todavía no se ha alcanzado, en su último plan de ejecución de la financiación de la lucha contra el cambio climático, la presidencia británica de la COP indica que los países desarrollados realizarán un progreso significativo hacia el objetivo de los 100 000 millones USD en 2022 y manifiesta su confianza en que se cumpla en 2023. Los datos también permiten confiar en que los países desarrollados puedan movilizar más de 100 000 millones USD anuales a partir de esa fecha hasta 2025. Aunque la UE y sus Estados miembros son el mayor contribuyente de fondos públicos para la lucha internacional contra el cambio climático, hay una apremiante necesidad de que otros países desarrollados contribuyan en mayor medida. En la COP26, la comunidad de donantes ha de garantizar colectivamente a los países en desarrollo que cumplirá esta promesa.

La UE espera que las negociaciones técnicas en Glasgow completen el código normativo necesario para garantizar la aplicación efectiva del Acuerdo de París. En París, las Partes acordaron utilizar normas comunes para notificar sus emisiones de gases de efecto invernadero y para seguir el curso del avance hacia el cumplimiento de sus objetivos nacionales de forma transparente, verificable y comparable. En Glasgow tienen que completar este trabajo poniéndose de acuerdo sobre los formatos de notificación necesarios para poner en práctica dichas normas. Las Partes también han de acordar normas específicas para las Partes que intervienen en los mercados internacionales del carbono que garanticen que dicho comercio no dé lugar a un doble cómputo de las reducciones de emisiones. En Glasgow también deben establecerse las normas adicionales necesarias para poner en marcha un nuevo mecanismo internacional para la certificación de las compensaciones por las emisiones de carbono de una forma que fomente la ambición y la integridad medioambiental. Las decisiones deben asegurar la integridad medioambiental y crear incentivos sólidos para la reducción de las emisiones ahora y en el futuro. Esto significa evitar utilizar las reducciones de emisiones anteriores para socavar la ambición actual y futura.

¿Qué está haciendo la UE para reducir sus propias emisiones de gases de efecto invernadero?

La UE está a la cabeza de la transición ecológica y muestra el camino en cuanto a la aplicación del Acuerdo de París. Hemos instaurado un marco legislativo ambicioso y vinculante que abarca todos los sectores de la economía para cumplir nuestro compromiso. De 1990 a 2020, en la UE las emisiones totales de gases de efecto invernadero disminuyeron un 31 %, mientras que su economía creció más de un 60 %.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha convertido la acción por el clima en la máxima prioridad para la UE, ha implantado el Pacto Verde Europeo y ha insistido en la necesidad de seguir aumentando la ambición y acelerando la acción a fin de que Europa se convierta en el primer continente climáticamente neutro del mundo de aquí a 2050.

En diciembre de 2020, la UE intensificó aún más su ambición en materia de acción por el clima y aumentó su contribución determinada a nivel nacional (CDN) al Acuerdo de París para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al menos un 55 % de aquí a 2030 en comparación con 1990 y alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050. Estos objetivos constituyen legislación vinculante de la UE en virtud de la Ley Europea del Clima, que fue adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo y que entró en vigor en julio de 2021.

En julio de 2021, la Comisión Europea presentó un exhaustivo paquete de propuestas legislativas, que marca la ruta para que la UE alcance sus ambiciosas nuevas reducciones de gases de efecto invernadero de forma justa, rentable y competitiva. El paquete combina mecanismos basados en el mercado con objetivos más ambiciosos y jurídicamente vinculantes para las energías renovables, la eficiencia energética, la conservación y el aumento de los sumideros naturales de carbono, un despliegue más rápido de los modos de transporte de bajas emisiones, y de la infraestructura y los combustibles para sostenerlos, así como una armonización de las políticas fiscales con los objetivos del Pacto Verde Europeo y las medidas para prevenir la fuga de carbono.

¿Cuál es el papel de los mercados internacionales del carbono en la aplicación del Acuerdo de París?

El artículo 6 del Acuerdo de París reconoce el potencial de los mercados internacionales del carbono para lograr reducciones de las emisiones de forma rentable y estimular la inversión del sector privado.

El artículo 6.2 establece un marco de contabilidad para la cooperación internacional, como con la vinculación de los regímenes de comercio de derechos de dos o más países (por ejemplo, la vinculación del sistema de limitación y comercio de la Unión Europea con el sistema de limitación y comercio suizo). También permite la transferencia bilateral de créditos de carbono entre países.

El artículo 6.4 establece un mecanismo central de las NU para certificar los créditos negociables procedentes de las reducciones de emisiones generadas mediante proyectos específicos. Por ejemplo, un inversor del país A puede financiar un parque eólico en el país B para sustituir la electricidad generada por una central de carbón. Las emisiones se reducen, el país B se beneficia de la energía limpia y, siempre que las reducciones de emisiones superen el objetivo de París del país B, el inversor puede vender el crédito sobrante al país A para que este lo utilice para acercarse a su objetivo de París.

La UE reconoce que el comercio de derechos de emisión es una herramienta eficaz para reducir emisiones cuando se aplican normas estrictas de seguimiento, notificación y verificación para garantizar la integridad medioambiental de dicho mercado. El régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE), creado en 2005, es el primer gran mercado mundial del carbono. Es una piedra angular de la política de la UE para combatir el cambio climático, así como su instrumento principal para reducir de forma rentable las emisiones de gases de efecto invernadero. En julio de 2021, la Comisión Europea presentó una propuesta para ampliar el ámbito de aplicación y reforzar la aplicación del RCDE UE de forma que correspondiese a la ambición del nuevo objetivo de la UE de reducción de las emisiones de esos gases al menos un 55 % para 2030.

La UE trabaja para garantizar que las compensaciones internacionales se certifiquen con arreglo a normas elevadas de integridad medioambiental, y que los intercambios comerciales queden plenamente reflejados, de forma que el mecanismo del Acuerdo de París contribuya eficazmente a la reducción rentable de las emisiones. La CDN de la UE se basa en las reducciones de emisiones nacionales y la UE no dependerá de las compensaciones certificadas internacionalmente generadas en virtud del mecanismo del Acuerdo de París para lograr su CDN.

¿Cómo aborda el Acuerdo de París la adaptación y las pérdidas y daños asociados a los efectos del cambio climático?
El Acuerdo de París establece un objetivo mundial en materia de adaptación al cambio climático, que consiste en aumentar la capacidad de adaptación, reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático. El balance mundial, que tendrá lugar cada cinco años a partir de 2023, revisará los avances generales realizados para alcanzar este objetivo. El Acuerdo de París reconoce también la importancia de evitar, minimizar y abordar las pérdidas y daños asociados al cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, corrimientos de tierras, temporales e incendios forestales, y los fenómenos de evolución lenta, como la pérdida de acuíferos de agua dulce y de glaciares.

La adaptación es un elemento clave de la política y la planificación de la UE. En febrero de 2021, la Comisión Europea adoptó su nueva estrategia de adaptación para hacer que la adaptación sea más inteligente, más rápida y más sistémica, y para intensificar la acción internacional en materia de adaptación al cambio climático. Las estrategias de adaptación nacionales, regionales y locales están ganando terreno desde la adopción de la primera estrategia de adaptación de la UE en 2013. En la actualidad, 3 400 ciudades y administraciones locales de la UE han asumido el compromiso de desarrollar su capacidad de adaptación, en el marco del Pacto de los Alcaldes para el Clima y la Energía de la UE. La UE se ha comprometido a apoyar a los países socios para que adopten medidas de lucha contra el cambio climático, incluidos los esfuerzos de adaptación. El porcentaje de participación de la UE en la financiación de la lucha contra el cambio climático destinada a la adaptación está aumentando, especialmente en los países más vulnerables. En 2019, más de la mitad de la financiación de la lucha contra el cambio climático aportada por el presupuesto de la UE (sin contar los fondos de los Estados miembros) se destinaba a proyectos de adaptación.

En Glasgow, la UE apoyará los esfuerzos por reforzar la capacidad del Acuerdo de París para catalizar y expandir el apoyo internacional a las comunidades vulnerables a través de sistemas de alerta temprana para los fenómenos meteorológicos extremos; preparación para casos de desastres y la gestión de riesgos; regímenes de seguro; y ayuda humanitaria y recuperación.

¿Cómo garantiza el Acuerdo de París que los países cumplirán sus promesas?

El marco de transparencia reforzado creado en virtud del Acuerdo de París reforzará la confianza mutua y fomentará la aplicación efectiva de los compromisos de París. Realizará el seguimiento del progreso realizado individualmente por las Partes en la aplicación de sus CDN, y también facilitará datos en apoyo de los balances mundiales y evaluará el progreso hacia objetivos a largo plazo.
Unas directrices sólidas en materia de transparencia y rendición de cuentas también pueden ayudar a los países a formular políticas acertadas dentro de sus fronteras, facilitando un incentivo para crear y mantener instituciones nacionales, sistemas de recogida de datos y sistemas de seguimiento que los responsables políticos necesitan para adoptar las decisiones adecuadas.

El sistema de transparencia, rendición de cuentas y cumplimiento en virtud del Acuerdo de París no es punitivo, sino que pretende detectar cuándo las Partes han perdido el rumbo y ayudarlas a volver a la vía correcta si no están cumpliendo lo prometido. El sistema está sustentado por requisitos y procedimientos globales aplicables a todas las Partes para seguir y facilitar sus logros. Entre ellos destacan las revisiones de expertos técnicos, un proceso multilateral de revisión inter pares, y un comité permanente en materia de aplicación y cumplimiento.

¿Qué entiende el Acuerdo de París por contribución de la UE a la financiación de la lucha contra el cambio climático para los países en desarrollo?

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, celebrada en Copenhague en 2009, los países desarrollados se comprometieron colectivamente a movilizar entre todos 100 000 millones USD anuales de fondos públicos y privados para la lucha contra el cambio climático de aquí a 2020. En París, en 2015, este objetivo se amplió hasta 2025. La financiación debe provenir de una gran variedad de fuentes, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, y fuentes de financiación alternativas, en el contexto de una acción de mitigación significativa y una aplicación transparente por parte de los países en desarrollo.

En conjunto, la UE, sus Estados miembros y el Banco Europeo de Inversiones son el mayor contribuyente de fondos públicos a los países en desarrollo para la lucha contra el cambio climático, con una contribución de más de 21 000 millones (24 450 millones USD) solo en 2020. La UE y los Estados miembros son también los principales proveedores mundiales de ayuda oficial al desarrollo (un total de 67 000 millones en 2020), y la acción de lucha contra el cambio climático está cada vez más integrada en esa ayuda.

En términos globales, son necesarios importantes recursos financieros para aplicar el Acuerdo de París. En virtud del acuerdo, los países se han comprometido a hacer que los flujos financieros sean coherentes con una trayectoria de bajas emisiones y resiliencia frente al cambio climático para contribuir a alcanzar los objetivos climáticos a largo plazo.

En este contexto, la UE ha puesto en marcha una ambiciosa agenda de financiación sostenible. La UE también apoya a los países en desarrollo mejorando sus condiciones para la financiación de una economía con bajas emisiones de carbono. En octubre de 2019, la UE puso en marcha la plataforma internacional de finanzas sostenibles(IPSF) con objeto de aumentar la movilización de capital privado hacia inversiones sostenibles desde el punto de vista ambiental. La plataforma cuenta actualmente con 17 miembros, que representan el 55 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 50 % de la población mundial y el 55 % de PIB del planeta.

¿Cuál es la función de los actores no estatales en la lucha contra el cambio climático?

El Acuerdo de París reconoce el papel crucial de los actores no estatales, las empresas, los gobiernos locales, las ciudades y otras organizaciones, en la transición hacia un mundo con bajas emisiones de carbono y resiliente al cambio climático.

La Agenda Mundial de Acción para el Clima (GCAA por sus siglas en inglés), también conocida como la Asociación de Marrakech para la Acción Climática Global, se puso en marcha en 2016 para catalizar la lucha contra el cambio climático por parte de todos los actores, para aumentar más la ambición antes de 2020 y para apoyar los objetivos del Acuerdo de París.

La UE y sus Estados miembros han sido proactivos a la hora de fomentar y patrocinar iniciativas específicas en el marco de la Agenda Mundial de Acción para el Clima, como el Pacto Mundial de los Alcaldes para el Clima y la Energía, y la iniciativa Misión Innovación.

Los eventos de alto nivel en materia de acción climática global y los días temáticos de la COP26 serán excelentes oportunidades para reflexionar sobre los avances conseguidos en virtud de las iniciativas en curso, así como para anuncios de nuevas iniciativas.

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