México tiene el número más alto en embarazos en adolescentes con 390 mil anuales

Hipólito Contreras

Los embarazos no planificados siguen siendo un importante problema de salud pública. A nivel mundial cada año aproximadamente 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años dan a luz y 2 millones de niñas menores de 15 años quedan embarazadas.

México ocupa el primer lugar en embarazos en población adolescente de entre todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con 390 mil nacimientos anuales en menores de 19 años 3,4., lo que significa más de mil nacimientos diarios; este incremento por la pandemia de COVID-19 agrava aún más la situación en nuestro país, destacó la Dra. Josefina Lira Plascencia, Ex presidenta del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (COMEGO).

La pandemia COVID-19 es considerada la crisis de salud pública de propagación más rápida en un siglo a nivel mundial, desencadenado una presión nunca vista en los sistemas sanitarios, muchos de los cuales se vieron forzados a desviar los recursos antes dedicados a los servicios de salud reproductiva.

El organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva (UNFPA) publicó nuevos datos que indican que, debido a las interrupciones causadas por COVID-19 en el último año, casi 12 millones de mujeres de 115 países perdieron el acceso a los servicios de planificación familiar, lo que originó 1.4 millones de embarazos no planeados.

En México, la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) considera el acceso a los métodos anticonceptivos reversibles de acción prolongada (ARAP) como una importante alternativa para ayudar a las mujeres jóvenes a planificar su vida reproductiva, destacando que estos métodos se encuentran entre las opciones de primera línea para las mujeres que estén por iniciar o hayan iniciado actividad sexual, pudiendo emplearse en mujeres jóvenes y que aún no han tenido hijos.

El inicio de la vida sexual a edades más tempranas, la falta del uso regular de métodos anticonceptivos y las limitaciones en su acceso, incrementadas en tiempos de pandemia, colocan a estos métodos anticonceptivos de acción prolongada como la estrategia para controlar y revertir el embarazo no planificado en adolescentes, ya que además de ofrecer los índices más altos de protección, su eficacia no se ve afectada por errores en su uso, olvidos o abandono, en relación con otros métodos de uso regular para el control de la fertilidad.

La pandemia COVID-19 ha impactado negativamente en millones de embarazos no deseados.

“El embarazo adolescente a menudo no es el resultado de una elección deliberada, sino más bien la ausencia de opciones, es una consecuencia del escaso o nulo acceso a la escuela, la información y la atención médica”, afirmó la Dra. Mercedes Álvarez, Gerente Médico de Bayer.

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