Un año en Puebla de Miguel Barbosa y la 4T: El hombre y sus circunstancias lo colocan en el mejor lugar…pero el peor momento

Debate

Por Roberto Desachy Severino

Nada fácil ha sido para Miguel Barbosa Huerta la gubernatura de Puebla: Primero tuvo que enfrentar sendos procesos internos cruentos, polarizantes, que dividieron profundamente a los grupos que conforman Morena y sus aliados.

Miguel Barbosa H.

Después, se sometió a dos elecciones competidas, obscuras, intensas, la primera –en 2018- en la que el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas le aventó todo el “aparato”, para tratar de que ganara su esposa Martha Erika Alonso. En la segunda, la del 2019, Miguel Barbosa Huerta fue desde el principio el candidato más fuerte; sin embargo, tuvo que legitimar su victoria con una campaña intensa, completa y extenuante.

Y el pasado 1ro de agosto del 2019 asumió la administración de Puebla en un contexto de polarización social, política y económica, en una entidad sometida por la delincuencia organizada y con una notoria parálisis productiva generada por la inestabilidad de un estado que ha tenido ¡6 gobernadores en 5 años!: Rafael Moreno Valle, Tony Gali Fayad, Martha Erika Alonso, Jesús Rodríguez Almeida, Guillermo Pacheco Pulido y el propio Miguel Barbosa.

Para cualquier político profesional, la gubernatura de su estado puede ser el mejor lugar…pero no cabe duda de que al de Puebla le toca enfrentar el peor o uno de los peores momentos en la historia reciente del estado.

PARÁLISIS ECONÓMICA, DELINCUENCIA ORGANIZADA Y COMBATE A LA CORRUPCIÓN

No solamente por los problemas heredados de las administraciones anteriores, como inseguridad y parálisis económica, sino –también – por tener como compañero de viaje a un gobierno federal mezquino, alejado de las entidades federativas y ausente de los problemas de los mexicanos, incluso en los momentos más peligrosos, como la pandemia: La inutilidad de la visita presidencial

Desde antes del pasado 1ro de agosto del 2019, cuando tomó la gubernatura de Puebla, Miguel Barbosa sabía que enfrentaría un contexto complicado por la delincuencia organizada que asolaba el estado, el estancamiento económico derivado de malas decisiones políticas y la corrupción morenovallista personificada en Eukid Castañón, Néstor Gordillo, Oscar Chapa, Raúl Egremy, Eduardo Tovilla y muchos más: Néstor Gordillo Castillo, el mapache electoral morenovallista que falta por capturar

Al iniciar su gestión, con un diagnóstico acertado de la difícil situación de la entidad, el gobernador privilegió los rubros de desarrollo económico y combate a la delincuencia. Alentó la llegada de inversiones, apoyó a los empresarios e, incluso, se acercó a las cámaras empresariales: Puebla no se descompuso en dos años de controversia política, todo se pudrió antes: Miguel Barbosa

También inició un férreo combate a la delincuencia organizada e inseguridad, que –ante la criminal complicidad de administraciones anteriores – se habían convertido en los verdaderos dueños del estado. Hasta la fecha, más de 88 bandas criminales y mil 600 criminales han sido capturados por las fuerzas estatales, incluyendo algunos de los más fuertes, como “El Grillo”, “El Loco Téllez”, la banda de “La güera”: Más de mil 600 detenidos en menos de 5 meses: SSP

Y QUE NOS CAE LA PANDEMIA

Además de priorizar el combate a la delincuencia, Barbosa Huerta hizo a un lado las diferencias políticas con dirigentes de las cámaras empresariales (que tienden a apoyar al PAN en primer lugar y al PRI como segunda opción) y atrajo inversiones no solamente de los miembros del CCE, sino también de capitales extranjeros: Puebla récord en inversión extranjera

Parecía que, por fin, la entidad iba en el camino correcto. Pero nadie podía preparar al gobernador de Puebla –o a cualquier otro – para una pandemia que no únicamente ha dejado miles de enfermos y muertos, sino que también –al acercarse la elección concurrente del 2021- sirvió como pretexto para que el CEE y la Coparmex dinamitaran la buena relación con el gobierno estatal y retomaran la beligerancia contra AMLO al exigir que se les permita retomar las actividades productivas, pese a que el estado se mantiene en lo alto de la curva pandémica.

Y la crisis sanitaria no solamente genera secuelas mortales en el rubro de la salud, también en el político y económico, porque detuvo la recuperación económica que apenas comenzaba a permear en la entidad: CCE y demás cúpula empresarial critican a los gobiernos federal y estatal

Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco

El Coronavirus frenó las inversiones que los miembros del CCE supuestamente planeaban realizar este 2020 y enfrió las relaciones entre la cúpula empresarial poblana y el gobierno barbosista, que –ahora-en algunos rubros deberá retomar el mensaje de campaña y promover una verdadera reconciliación con la IP (aunque sea proclive al PAN) y, también, con sectores sociales y académicos con los que, quizás, la administración estatal no simpatiza, pero que sí necesita: Miembros del CCE invertirían 7450 mdp este año, señala titular de Economía

Una vez superada la curva de aprendizaje y después de enfrentar exitosamente el reto generado por la pandemia Covid19, reconciliación y recomposición parecen ser las palabras claves para el gobernador Miguel Barbosa y sus colaboradores en el inicio de su segundo año al frente de la entidad y, también, de cara a los comicios concurrentes del 2021, cuando estarán en juego las presidencias de los 217 municipios y el control del Congreso local.

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