MILENIO

Fue el 26 de mayo de 2007, que los Camoteros de la mano del “Chelís” regresaron al máximo circuito del fútbol mexicano.

No sólo La Franja celebró tres décadas de su último título de Liga en Primera División, ya que también el club blanquiazul estuvo de manteles largos por el festejo de su regreso al máximo circuito, cuando el 26 de mayo de 2007, de la mano del polémico José Luis Sánchez Solá como estratega, los Camoteros retomaron su puesto en la élite del balompié nacional, lo que a decir del ex jugador blanquiazul, integrante de dicho plantel, Joaquín Velázquez, fue gracias a la competencia y buen ambiente que se gestó al interior del grupo.

“Uno de los secretos que posiblemente muchos ni siquiera se pusieron a analizarlo, es que era constante la competencia, diario en los entrenamientos siempre había competencia, estábamos acostumbrados a eso, y cuando llegaba la prueba del fin de semana, competíamos, simplemente, si era físico competíamos, si era jueguito, también lo hacíamos, todo el tiempo manteníamos una competencia sana, un buen ambiente, eso nos llevó a acostumbrarnos a estar compitiendo y a luchar cada balón, fue una de la mística de este equipo”.

En entrevista con Milenio Puebla, Velázquez Elvira destacó la importancia que este hecho tuvo en todos los rubros de la entidad, de ahí que para él y los que fueron sus compañeros fue sin duda un evento de gran trascendencia en sus carreras como profesionales, pero también como personas.

“Fue un momento muy importante para todos, me refiero tanto a jugadores que estuvimos en ese momento en la plantilla, como para la ciudad, o al menos así se manifestó en ese momento, para un estado, era la gran oportunidad de volver a Primera División, al final la historia terminó como lo habíamos deseado desde el primer día”.

Reconoció que la figura del afamado “Chelís” como punta de lanza del proyecto, fue sin lugar a dudas de suma importancia en todo lo que se logró, ya que con su peculiar estilo, distinto a lo antes visto, supo ganarse el respeto, pero sobre todo la confianza de sus dirigidos, que se jugaron el todo por el todo dentro y fuera del terreno de juego.

Él le vino a dar una frescura, un diálogo distinto a lo que un futbolista está acostumbrado, hablo por mi propia experiencia, un trato distinto, con muchas locuras, ayudándolo mucho, en cosas que se equivocaba, ubicándolo, diciéndole por dónde, pero al final él se gana al grupo, el grupo creyó en él, porque él se comprometió y demostró en muchas otras cosas que rodean al fútbol, que también son importantes para un futbolista, él termina ganándose al grupo”.

A más de una década de distancia, hoy desde su posición como auxiliar técnico de Juan Reynoso al frente del Puebla, “El Morocho” Velázquez dijo sentirse pleno, satisfecho de haber formado parte de la historia reciente del club, consciente de lo que en su momento hizo para pasar a la historia, de ahí que está tranquilo consigo mismo, consciente de que habrá quien lo recuerde y aplauda, pero también quien lo critique e ignore.