Hipólito Contreras
Yo vivo en la colonia Santa Cruz Buenavista, al oeste de la capital del estado, les cuento mi vivencia y la de mis abuelos que llevan más de 40 años viviendo ahí, ellos me comentan que cuando llegaron a esta colonia el agua del río Atoyac era tan limpia que las personas podían meterse a nadar, lavar ropa, usaban el agua para diversas actividades, expresó Guadalupe Hernández, habitante de ese lugar.
Me dicen mis abuelos, agregó, que poco a poco fueron notando la presencia fábricas llegaron a instalarse en la zona, con lo que se inició la contaminación del río a gran escala, a esto se sumó la poca conciencia social de la gente que empezó a tirar basura y todo lo que ya no le servía, la contaminación del río se aceleró.
Lo que vemos, dijo, es que muchas de las personas que viven en la colonias a unos metros del río sufren enfermedades diarreicas, gastrointestinales, por los gases nocivos que despide el río, al medio día es insoportable el olor penetrante, casi la gente pasa corriendo `para evitar esto.
Aseguró que muchas personas presentan enfermedades en la piel, lo que repercute en la salud, por lo que requieren atención médica generando un gasto más para el gobierno, pues más enfermos tiene que atender, esto afecta el bolsillo de la población es un gasto extra que la familia tiene que hacer para atender la salud.
Hizo un llamado a todas las personas que viven cerca del río aporten un grano de arena, creando conciencia social y educando a las personas para evitar enfermedades y no haya repercusiones mayores.