Membranas de biopolímero para remover contaminantes en aguas residuales

Staff / IMR

Durante el tercer día del XXXI Congreso Nacional de la Sociedad Polimérica de México se habló de medidas para disminuir elementos tóxicos en los ríos, como mercurio y cromo.

En el tercer día de actividades del XXXI Congreso Nacional de la Sociedad Polimérica de México, integrantes del área de polímeros de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) expusieron resultados de investigación del proyecto “Tratamiento de aguas residuales: membranas de biopolímero”. Entre estos, señalaron que en Querétaro se continúa el trabajo clandestino en la extracción de mercurio, lo que ha provocado problemas a nivel físico: se ha encontrado la presencia de hasta 23 partes por millón en sangre. Además, existen altas cantidades en ríos y bosques.

Anabel Téllez González, integrante de este grupo, señaló que también en Guanajuato existe otro problema con respecto al cromo, pues debido a los desechos de las curtidoras de pieles se ha encontrado su presencia en los afluentes, en cantidades de hasta 10 gramos por litro, cuando la norma permitida es de 0.05 miligramos por litro.

Ante investigadores, estudiantes y docentes dieron a conocer los avances de esta investigación, la cual consiste en el desarrollo de membranas de biopolímeros capaces de absorber estos elementos presentes en ríos.

“Las membranas son elaboradas a partir de quitosano sulfurado, el cual es obtenido de las cáscaras de los camarones y otros crustáceos y es soluble en agua, lo que le permite tener un mejor entrecruzamiento con la epiclorhidrina y obtener una mayor rigidez y mejores propiedades mecánicas de las membranas”, explicó.

Los resultados de las pruebas realizadas en laboratorio demostraron una buena eficiencia y rapidez en la reacción de las membranas, ya que en 15 minutos removieron gran cantidad de ambos elementos en muestras de agua sintética.

A pesar de esto, Téllez González expuso que aún hay que mejorar los entrecruzamientos para que las membranas aguanten de forma adecuada los pH ácidos de esas aguas residuales, cuyas medidas son entre 1 y 2. “La membrana sufre con estas cantidades, pero a pesar de esto ha demostrado que con un pH de 2 puede remover grandes cantidades tanto de cromo como de mercurio”.

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