Staff/BMR
Ya había pasado todo, todo el vertiginoso proceso electoral del uno de julio, los inconformes con el resultado recurrieron a todas las instancias constitucionales para hacer valer su inconformidad, hablaban de fraude, todas ellas ratificaron el triunfo de Martha Erika Alonso. La última instancia, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio el último fallo o resolución.
De todas formas los inconformes afirmaron que no se aplicó la ley y que los magistrados federales actuaron fuera de ella y que fue una decisión política y no jurídica.
Luego vino la toma de posesión el 14 de diciembre en el Tribunal Superior de Justicia, luego el mensaje de la gobernadora en el Auditorio de la Reforma.
Diez días después viene la tragedia que enlutó a Puebla y a todo México. Aquí empezó la ola de comentarios por un hecho tan repentino, tan triste y doloroso, nadie sabe lo que pasó, ni cómo pasó, fue como sismo inesperado, rápido y mortal.
Nadie sabe aún, nadie da crédito a lo sucedido, es como si de momento el volcán explotara y lanzara bolas de fuego, cuando horas antes estaba tranquilo mostrando toda su belleza cubierto de nieve.
Eso fue lo que pasó con el accidente aéreo donde perdiera la vida la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, su esposo el senador Rafael Moreno Valle, los dos pilotos y el secretario privado del senador.
Se podría decir a simple vista que se trata de una accidente más de los muchos que ha habido en la historia de la aviación, que fue una falla mecánica, que fue error del piloto, que el mal tiempo, etc.
Pero no, no se trata de decir que simplemente fue un accidente y que se lamenta mucho, no, aquí en este caso, hay muchas preguntas sin contestar, muchas inquietudes, mucho dolor, mucha tristeza que no acabará nunca.
Sólo una pregunta que no tiene respuesta porque nadie la va a contestar ¿ por qué el accidente ocurre 10 días después de la toma de posesión de la gobernadora? Parecía que el destino tenía prisa de que así fuera, parecía que había prisa porque antes de que finalizara el año Puebla ya no tuviera gobernadora y que se tenía que ir de inmediato por el gobierno interino y a convocar una nueva elección, curiosamente esto es lo que pedían y exigían los inconformes del resultado de la elección del uno de julio, el destino o no se qué les dio respuesta.
Hay dos cosas que siguen el mismo camino: la exigencia de que se anulara la elección y el desastre, como si una cosa llamara a la otra, como si a una acción viniera una reacción, como si a una causa viniera una consecuencia.
Las cosas suceden muy rápido, sólo 10 días después de que todo marchaba con normalidad y se esperaba la forma como una primera mujer gobernaría el estado de Puebla, parecía que los poblanos esperaban saber si su voto había sido el correcto al elegir por mayoría a una mujer.
Pero el destino frenó en seco esta esperanza, no permitió que una talentosa mujer mostrara que era capaz de gobernar un estado tan complejo como Puebla, un estado con un pasado heroico, el estado de los hermanos Serdán que le prendieron la mecha a la revolución de 1910, el
estado que vivió una etapa conflictiva entre comunistas y conservadores en la década de los sesentas y principios de los setentas, el estado de los cacicazgos y la luchas campesinas y obreras.
Este es el estado que iba a gobernar Martha Erika Alonso Hidalgo, la mujer que sin ser una gran política denotaba simpatía, capacidad y sensibilidad, ella dijo por ejemplo en su mensaje en el auditorio de la Reforma, “ en Puebla hay buenos hospitales pero no tienen medicamentos ni médicos, hay buenos puentes, pero muchas carreteras del estado están en mal estado”.
Otra pregunta, el helicóptero “Augusta”, que utilizó el anterior gobierno estatal sin problema alguno ¿hasta que punto o nivel estaba en condiciones de volar el día del accidente? Por leyes del sector comunicaciones y transportes este tipo de unidades son revisadas todos los días, ningún vuelo se hace por corto que sea sin que exista una revisión por técnicos especializados. El aparato era por supuesto de alta tecnología, era confiable, aunque claro, todo lo que hacen los humanos puede presentar fallas.
Si existe la capacidad técnica y científica, si se apegan totalmente al estudio técnico de las causas del accidente, se sabrá la verdad, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que especialistas europeos, de Estados Unidos y Canadá, ya trabajan en torno al accidente, y por supuesto, participan todas las instancias mexicanas, todo el poder de investigación nacional está en marcha, hay confianza de que se llegue a la verdad, y sólo así con la verdad en la manos los poblanos que lamentan la muerte de Martha Erika Alonso estarán un poco más tranquilos pero eternamente tristes porque las vidas perdidas ya no volverán.
Ahora que todo se enfoca hacia el nombramiento de un gobernador interino y a la nueva elección de gobernador o gobernadora, la polémica de que quién gobernará este estado se pierde ante la lógica: Martha Erika Alonso volverá a ganar porque así lo decidieron por mayoría los poblanos que votaron el uno de julio.
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