LA AFICIÓN

Fueron 13 años largos de espera, pero en Filadelfia todo valió la pena. Los Philadelphia Phillies se impusieron por 6-2 a los Chicago Cubs en el primer juego de la serie en el Citizens Bank Park y se quedaron con el banderín de la División Este en la Liga Nacional, el primero para el equipo desde 2011.

J.T Realmuto conectó un cuadrangular en la primera entrada y Kyle Schwarber lo acompañó con un cuadrangular en el segundo episodio, mientras que el relevo fue efectivo para mantener en ceros a los Cachorros, que solo le propinaron dos carreras limpias a Aaron Nola.

De hecho, el as de los Phillies se apuntó la decisión gracias a que trabajó seis entradas completas y aceptó siete imparables, pero repartió siete ponches y solo negoció un par de pasaportes, en tanto el diestro Caleb Kilian fue el que cargó con el descalabro por Chicago, al trabajar en cinco innings y dos tercios de labor, en los que fue castigado con ocho hits, los jonrones de Realmuto y Schwarber y cinco carreras limpias, con solo tres abanicados y cuatro bases por bola.

Los Phillies se unen a los Cleveland Guardians (Central de la Liga Americana) y a los Milwaukee Brewers (Central de la Liga Nacional) como los únicos campeones divisionales, además de llegar a un balance de 93 victorias y 64 victorias, con lo que aprietan la pelea con Los Angeles Dodgers (93-63) para terminar con el mejor registro en el viejo circuito, ya que los Brewers (89-67) están cuatro juegos rezagados en la lucha.

La ventaja que tiene Filadelfia y el mánager Rob Thomson con respecto a los Dodgers es que ellos ya aseguraron la división, ya que los angelinos tendrán que enfrentarse a San Diego Padres (90-66) por definir el Oeste de la Liga Nacional. La serie entre los dos equipos californianos se celebra entre este martes 24 al jueves 26 de septiembre, por lo que los Dodgers de Dave Roberts todavía no tienen el título divisional en sus manos.