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Es probable que el corrimiento de tierras del viernes en el norte de Papúa Nueva Guinea haya sido mucho más mortífero de lo que se pensó en un principio, declaró el domingo Serhan Aktoprak, jefe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el país.
En una entrevista concedida a los medios de comunicación, Aktoprak dijo que la comunidad de la aldea de Yambali, situada al pie de una montaña en la remota provincia de Enga, está sepultada entre seis y ocho metros de tierra.
Se cree que 150 casas están enterradas, dijo el alto funcionario de la ONU, unas 90 más de las que se había informado anteriormente. Se cree que unas 670 personas están bajo tierra y «las esperanzas de encontrarlas con vida disminuyen».
La OIM tiene seis trabajadores humanitarios en el lugar, junto con personal de otras agencias de la ONU, ONG y organismos gubernamentales. Las condiciones siguen siendo peligrosas para los trabajadores; el agua sigue bajando por la montaña y el terreno sigue deslizándose. El desprendimiento de rocas también afecta a las labores de socorro.
El corrimiento de tierras ha desplazado a unas 1000 personas, y se teme que el número de muertos aumente. Aktoprak dijo que los ayudantes están utilizando todos los utensilios disponibles, como palas y palos, en un intento de localizar cadáveres.
Maquinaria pesada
Los escombros que cubren grandes tramos de la única carretera que lleva a la provincia de Enga han limitado el acceso al lugar del rescate, pero se espera que el domingo llegue maquinaria pesada para ayudar en las labores de recuperación.
En un comunicado emitido el sábado, la Oficina de las Naciones Unidas en Papúa Nueva Guinea señaló que la infraestructura de comunicaciones y las carreteras de acceso al lugar afectado han resultado dañadas.
Se ha creado un Equipo de Coordinación de la Respuesta de Emergencia para dirigir las labores de socorro, integrado por la Oficina Provincial de Coordinación de Desastres de Enga, el Departamento de Salud, el Departamento de Obras Provinciales, la policía, las
Fuerzas de Defensa y las Naciones Unidas.
Una evaluación inicial de impacto rápida llevada a cabo por el equipo identificó la necesidad inmediata de alimentos, refugio y suministros médicos.
«Las Naciones Unidas están siguiendo la situación muy de cerca, en colaboración con las autoridades gubernamentales nacionales y provinciales, incluidos otros socios para determinar el alcance de los daños, las víctimas y la posible asistencia que pueda ser necesaria para los afectados», concluye el comunicado.
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