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El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo este miércoles (25) que lo que está ocurriendo en Oriente Medio es un genocidio.
“No es una guerra, es un genocidio que ya cobró la vida de casi 2 mil niños que no tienen nada que ver con esta guerra, que son víctimas de esta guerra. Con toda sinceridad, no sé cómo un ser humano es capaz de hacer la guerra sabiendo que tiene como resultado la muerte de niños inocentes”, declaró.
El mandatario asistió a la instalación del Consejo de la Federación en el palacio presidencial de Planalto y habló brevemente porque tenía una cita con el emir de Qatar, Tamin bin al Thani, para hablar del conflicto en Oriente Medio.
“Tengo una llamada con el emir de Qatar para tratar de encontrar a alguien que pueda liberar a los brasileños que están atrapados en la Franja de Gaza, a pocos kilómetros de la frontera con Egipto, y que quieren volver a Brasil”, informó.
Unos 30 brasileños se encuentran en la Franja de Gaza a la espera de ser rescatados, pero ha surgido un impasse entre las autoridades en torno a la apertura de la frontera con Egipto.
Lula mantuvo conversaciones con dirigentes de varios países, entre ellos Israel, la Autoridad Palestina, Egipto, Irán, Turquía, Francia, Rusia y Emiratos Árabes Unidos, en un intento de mediar para encontrar una solución al conflicto.
“Lo que sucede actualmente en Oriente Medio es grave, y no se trata de discutir quién tiene razón o quién se equivoca, quién disparó el primer tiro y quién el segundo”, añadió. Brasil defiende la liberación de los rehenes y la creación de un corredor humanitario que permita enviar ayuda a los civiles palestinos de la Franja de Gaza.
El 7 de octubre, Hamás, que controla la Franja de Gaza, lanzó un ataque sorpresa con misiles contra Israel, así como una incursión de combatientes armados por tierra, matando a civiles y militares y tomando cientos de rehenes israelíes y extranjeros. En respuesta, Israel bombardeó varias estructuras de Hamás en Gaza e impuso un asedio total al territorio, interrumpiendo el suministro de agua, combustible y electricidad.
Los ataques dejaron miles de muertos, heridos y personas sin hogar en ambos territorios. Se calcula que aproximadamente 1,4 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en Gaza.