Staff/RG
- Del total de proyectos, tres suman el 70%: hiperurbanización (282), extractivismo minero (150) y energético (106)
Entre 2017 y 2021 se registraron en México 761 proyectos extractivos que causaron, ya sea afectaciones sociales, afectaciones ecológicas, acciones colectivas de rechazo (incluidas las motivadas por la falta de consulta a las comunidades involucradas), o hechos de violencia.
Así lo reporta el Observatorio de Conflictos Socioambientales (OCSA) de nuestra IBERO CDMX en su Primer Informe: Estado de la conflictividad socioambiental en México 2017-2021, para el cual documentó y sistematizó notas de prensa de medios de información nacionales del 1 de enero de 2017 al 31 de enero de 2021.
De los 761 proyectos causantes de afectaciones, 282 corresponden a hiperurbanización, 150 a extractivismo minero y 106 al energético. En conjunto, estos tres tipos de extractivismo suman 70% de los proyectos documentados.
El modelo de desarrollo hegemónico vigente se sustenta en la extracción de bienes a gran escala para su inserción en el mercado internacional. Así, el extractivismo se coloca como pieza fundamental del crecimiento y el desarrollo económicos.
El modelo de desarrollo hegemónico vigente se sustenta en la extracción de bienes a gran escala para su inserción en el mercado internacional. Así, el extractivismo constituye una pieza clave para el crecimiento económico.
El Estado mexicano sostiene que ahí donde se instale un proyecto extractivo, los entornos se verán beneficiados. Pero en la práctica estos proyectos profundizan las condiciones previas de pobreza, vulnerabilidad, desigualdad y violencia en las comunidades en las que se implementan, tal como concluye el informe.
El Estado mexicano, defiende el modelo extractivo como ruta para el progreso y el crecimiento económico, asegurando que la instalación de los proyectos creará empleo y traerá beneficios. En la práctica estos proyectos profundizan las condiciones previas de pobreza, vulnerabilidad, desigualdad, violencia y transgresión de los derechos humanos en las comunidades en los que se implementan, tal como concluye el informe.
Ante este panorama, el OCSA considera fundamental partir de que no hay un solo modo de entender el “desarrollo”, y que para lograr bienestar no es necesario el crecimiento económico ilimitado.
Defensa del territorio y de la vida
En respuesta a las afectaciones, las y los habitantes de los territorios en disputa se han organizado en resistencias, pero en situaciones de desequilibrio de poder con los representantes del capital.
El OCSA es un proyecto de investigación para la incidencia de corte hemerográfico que desarrolla la Dirección de Incidencia de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
“La defensa del territorio es la defensa de la vida, no solo de quienes habitan en lugares amenazados por proyectos extractivos, sino de toda la vida en el planeta”, advierte el OCSA en su informe.
El 75% de los proyectos extractivos documentados en el informe tiene registrada una acción colectiva de respuesta (572), lo que refiere a actos llevados a cabo por las colectividades opositoras.
Estos reclamos no siempre constituyen un no rotundo al proyecto, sino la búsqueda de modificaciones que tomen en cuenta a poblaciones directa e indirectamente afectadas. Asimismo, ponen de relieve la falta de consulta previa e informada.
En muchos casos, las demandas de las poblaciones opositoras, principalmente las indígenas, parten del derecho a su libre determinación, que va más allá de la coyuntura del conflicto registrado.
Los tipos de extractivismo que registran los mayores porcentajes de proyectos con acción colectiva son los de hiperurbanización (84%), megainfraestructura y vías de comunicación (82%) y extractivismo hídrico (81%). La Ciudad de México, el Estado de México y Oaxaca son las entidades en donde se ubican más proyectos con este tipo de respuestas.
Las fuentes consultadas para la elaboración del informe fueron el periódico La Jornada (considerando su publicación mensual, Ojarasca), el diario Reforma y el semanario Proceso.
La Universidad Iberoamericana Ciudad de México integra en su estructura una Dirección de Incidencia conformada por los programas de Género e Inclusión, Asuntos Migratorios, Derechos Humanos, Interculturalidad y Asuntos Indígenas, Universitario para la Sustentabilidad, y de Seguridad Ciudadana. Desde estos espacios busca detonar reflexiones y acciones que respondan a la construcción de una sociedad ambientalmente sustentable, socialmente justa y respetuosa de los derechos humanos.
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