AMLO insistió en no cambiar la estrategia de seguridad pese a crimen contra sacerdotes Jesuitas: “Este es el camino”

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El presidente López Obrador aseguró que esta clase de hechos son consecuencia del “fruto prohibido de una política de corrupción, de impunidad, que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que no cambiara su estrategia de seguridad pese a los asesinatos de Javier Campos y Jesús Mora, sacerdotes jesuitas, en Chihuahua, pues dijo estar convencido de que “no se puede enfrentar la violencia con la violencia”.

De acuerdo con López Obrador, esta clase de hechos son consecuencia del “fruto prohibido de una política de corrupción, de impunidad, que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”.

Asimismo, el Jefe del Ejecutivo señaló que la violencia en México “se propició, se alentó” durante la administración de Calderón Hinojosa, debido a que el secretario de Seguridad Pública de aquel sexenio, Genaro García Luna, “era protector de un grupo de la delincuencia”.

“Lo que sucedió fue gravísimo, lo que pasa que como era un gobierno de la oligarquía, un gobierno de la mafia del poder, que tenía el control y que sigue teniendo, de los medios de comunicación de intelectuales, pues todo lo resolvían de manera mediática”, declaró López Obrador desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional este jueves 23 de junio.

No obstante, el tabasqueño reconoció la alza en homicidios dolosos en lo que va de su administración, sin embargo, comentó que a su llegada al Ejecutivo, dicho delito también se encontraba con los índices altos.

“Calderón no recibió así el país, él lo llevó arriba y todavía en el gobierno pasado le subieron más”, puntualizó.

La noche del pasado 20 de junio, un grupo armado ejecutó a los sacerdotes tras ofrecer auxilio a un guía de turistas quien buscaba refugio en la iglesia de Urique en un intento por escapar del convoy. Fue hasta dos días después que Maru Campos, gobernadora de la entidad, dio a conocer que elementos de la Fiscalía General del Estado lograron a dar con el paradero de los cuerpos.

Según testigos que presenciaron los hechos, el guía de turistas ingresó alrededor de las 12 horas del pasado lunes 20 a un templo jesuita ubicado en el poblado de la Sierra Tarahumara chihuahuense, pues era perseguido porJosé Noriel Portillo Gil, alias El Chueco.

En el interior del templo, los sacerdotes trataron de proteger al guía, contra quien el agresor ya había disparado en diversas ocasiones, ya que los religiosos intentaron tranquilizarlo y convencerlo de abandonar sus intenciones.

A pesar de las peticiones de los sacerdotes, El Chueco ejecutó al guía de turistas, y posteriormente abrió fuego en contra de los dos jesuitas, quienes también perdieron la vida.

Un tercer sacerdote que se encontraba en el lugar, presenció cómo los ayudantes del criminal subieron los tres cuerpos a una camioneta tipo pick up, por lo cual le pidió dejar los cadáveres para darles la sepultura.

El Chueco se negó y posteriormente emprendió su huida con rumbo desconocido, por su parte, el clérigo dio aviso a sus allegados y compañeros de la iglesia, entre los que se encontraba el padre Javier Ávila.

Después de que la noticia fue revelada, Javier Ávila dio a conocer más detalles del crimen, entre los que afirmó que El Chueco estaba completamente bajo la influencia de la drogas y el alcohol, ya que, se le notaba en el semblante.

Tras la localización de los cuerpos, la FGE ofreció hasta cinco millones de pesos para ubicar al Chueco lugarteniente del Cártel de Sinaloa que es responsabilizado por los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y del guía de turistas.

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