Día de las Madres: Freno a uno de los primeros movimientos feministas de AL

Maricela Allende

El origen del día de las madres se remonta desde la antigua Grecia desde entonces se honraba a Rea, madre de dioses como Poseidón, Hades y Zeus, ese es el inicio de celebrar la importancia de las madres.

En México el Día de la Madre como lo conocemos tiene su origen en 1922 por el diario Excélsior, la Secretaría de Educación Pública y la iglesia católica, que más que celebración fue una medida para frenar uno de los primeros movimientos feministas de América Latina, el Primer Congreso Feminista de Yucatán, organizado en 1916 en el que se convocó a las mujeres de Yucatán y foráneas, que tuvieran conocimientos de educación primaria, al Primer Congreso Feminista de Yucatán, el cual se llevó a cabo el 13 de enero de 1916, en el teatro Peón Contreras de la ciudad de Mérida.

Del 13 al 16 de enero de 1916, al congreso de Yucatán asistieron 617 mujeres quienes discutieron temas como los derechos de la mujer, su papel en la sociedad y su participación en la vida política y pública, en pleno periodo de la Revolución mexicana.

Entre sus demandas estaba el sufragio femenino, así como educación sexual para ambos sexos.

Desde entonces comenzaron a circular folletos informativos sobre métodos para evitar la concepción.

El movimiento fue organizado por las feministas yucatecas Consuelo Zavala Castillo, Elvia Carrillo Puerto, Dominga Canto Pastrana, Raquel Dzib Cicero, Rosa Torre González, Beatriz Peniche y Candela Ruíz.

De acuerdo con la Revista de la universidad en su edición de Mayo 2019 las feministas se resistían igual que en la actualidad al control del gobierno sobre la maternidad, sobre el propio cuerpo.

El congreso feminista de 1916 se rebeló ante la imagen de mujer/madre abnegada, establecida durante el Porfiriato (1876-1911), cuando “los miembros de los movimientos de reforma social comenzaron a señalar cómo las madres eran ‘clave’ para la creación de un México moderno”.

A la mujer/madre se le delegó toda la responsabilidad de “criar buenos ciudadanos”.

Bajo el lema de “orden y progreso” se esperaba que el país se convirtiera en una nación próspera y civilizada. Para esto, era imprescindible crear una clase media ilustrada.

En este periodo todas las clases sociales se tenían que moldear según la imagen promovida por el gobierno especialmente dirigida a las mujeres, que tenían la tarea de convertirse en el “ángel guardián del hogar”.

Este énfasis sobre el papel de las mujeres en la reforma moral instauró un culto a la domesticidad femenina en el que ellas tenían la tarea más importante, la de crear un “hogar blanco”.

Es decir: las buenas madres eran responsables de instaurar dentro de casa los valores capitalistas, aquellos que un ciudadano moderno debía tener: higiene, puntualidad y organización.

Una buena familia no distinguía entre hogar y trabajo y, de esta forma, las mujeres procreaban hijos/ciudadanos que tuvieran una ética de trabajo capitalista.

Era responsabilidad de la mujer, para quien la mejor opción era ser madre y cumplir con la obligación patriótica de instaurar un nuevo México, moderno e independiente.

A partir del primer congreso feminista se formaron en el país grupos de trabajo donde discutían asuntos como la educación sexual.

Se crearon folletos que para muchas mujeres tenían un valor ético; sin embargo, para el ala conservadora del país esta información era considerada socialista y antiburguesa.

La regulación de la natalidad se convirtió, nada sorprendente, en una discusión capitalista. Para muchas mujeres era importante “aspirar a ser algo más que madres: jefes del hogar”, como lo dijo Josefita García en 1922.

Las demandas feministas fueron apoyadas en Yucatán por el gobernador Salvador Alvarado, que avaló el congreso feminista y lo apoyó económicamente.

Su sucesor Felipe Carillo Puerto también favorecía las demandas sociales en pos del divorcio y la educación sexual para las mujeres, además de impulsar las ligas feministas e ir contra los espacios sólo para hombres, como cantinas, prostíbulos y palenques.

A pesar de los avances en los derechos de las mujeres a lo largo de los años con el apoyo de pocos, en la actualidad vamos en regresión, pues el presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha dicho que en el país la familia mexicana tiene la costumbre de ser muy fraterna y que a veces no gusta much,  porque, también con razón, se quiere cambiar el rol de las mujeres y eso es una de las causas justas del feminismo, “pero la tradición en México es que las hijas son las que más cuidan a los padres, nosotros los hombres somos más desprendidos, pero las hijas siempre están pendientes de los padres, de los papás, de las mamás”.

Estas declaraciones solo hacen que el machismo sea mas fuerte y que las mujeres continúen con el rol de madre abnegada y jefa de familia.

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