A investigación federal Tlaxcala, una plaza que pudo haberse vendido

Arturo Tecuatl

La Fiscalía General de la República (FGR) estaría rastreando a cada involucrado en la desaparición del ex comisionado de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala, Alfredo Álvarez Valenzuela.

“Extrañas llamadas” usando códigos de comunicación exclusivos de la Policía Estatal serían detectadas desde ocho días antes de docha fuga; en consecuencia peritos y personal perteneciente a la Policía Cibernética rastrean cada número que se haya comunicado al móvil de Álvarez Valenzuela.

Parece que no pasaron desapercibidas las imprecisiones del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien fue contactado con supuestos agentes de la Agencia de Investigaciones Criminales (AIC) que buscaban al alto mando policial, quienes a decir del funcionario estatal no se identificaron, ni mostraron la orden de presentación.

A pesar de esas irregularidades, González Hernández narró haber hecho varias llamadas telefónicas buscando al funcionario requerido por aquél grupo de presuntos agentes de la AIC.

En la huída del capitán de fragata se usaron vehículos oficiales conducidos por personal que ahora explicará cada detalle a la FGR en el marco de una investigación que va más allá de los procesos por tortura, desaparición forzada y acoso.

Evidente estado de descomposición

Algo muy gordo podría aparecer al interior de un sistema policial que podría estar infestado de elementos vinculados con el crimen organizado.

Existe un paralelismo notorio entre lo que en 2013 vivió este mismo jefe policiaco en otra plaza que había sido vendida: Acapulco, donde en un contexto similar todos los policías terminaron desarmados por el Ejército Mexicano, pues según versión de Álvarez Valenzuela a diversos medios de información “no protegían al crimen organizado… eran ellos el crimen organizado”.

Agentes reprobados serán detenidos

Las indagatorias se ensanchan incluso a las policías municipales que toleran a agentes sin haber aprobado exámenes de Control y Confianza. Ese personal ni siquiera puede portar uniforme.

De manera natural van apareciendo inconsistencias como agentes golpeadores cuyo status es el de delincuentes con uniforme, como la ausencia de representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHT) y lo peor, ninguna comisaría municipal cuenta con médico legista que certifique el estado de salud de detenidos.

Bajo estas irregularidades se registró la muerte de un detenido en el municipio de Tlaxcala quien fue llevado en avanzado estado etílico a los separos.

También el caso de un artesano de Zacatelco quien resultó con el coxis fracturado, entre múltiples lesiones provocadas por policías municipales de Zacatelco, en un contexto tan irregular que incluso lo trasladaron en patrullas sin matrícula.

Trascendió que este tipo de unidades es considerado como pirata. Si llegaran a salir de su jurisdicción deben ser detenidas por otras policías municipales o estatales acreditadas, no se diga por el Ejército o la Guardia Nacional, pues se trata de delincuentes a bordo de unidades sin registro ante el Sistema Nacional de Seguridad.

Descubren maniobra en Arco Norte

Al menos dieciséis maleantes con armas largas atracaron en fecha reciente a particulares cerca de una caseta de peaje del Arco Norte, por la zona de Texmelucan.

Extrañamente las unidades de la Guardia Nacional asignadas a custodiar dicha región fueron enviadas al otro extremo de Tlaxcala, al municipio de Cuapiaxtla.

Que curioso, los estatales hicieron un vacío. Fue en esos momentos que se suscitó el atraco a numerosos particulares, a quienes en la obscuridad de la media noche detuvieron a la mitad de la nada. Fueron despojados de mercancías, carteras, teléfonos móviles.

Esta grave irregularidad ocasionó la reacción de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) cuyos mandos adscritos a la región centro del país ordenaron la sustitución de la Guardia Nacional por elementos del Ejército Mexicano.

Datos oficiales refieren que este tipo de “equivocaciones” secregisyra en carreteras de Guanajuato, Jalisci y en Arco Norte, entre Tlaxcala; Puebla e Hidalgo.

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