OnlyFans: ¿qué hay detrás de su éxito?

Universitat Oberta de Catalunya

En 2019 la aplicación contaba con 10 millones de usuarios, en 2021 supera los 150 millones en todo el mundo.

Durante la pandemia logró un millón de nuevos registros cada día, muchos jóvenes vieron en la aplicación una forma de conseguir beneficios

Durante la pandemia, aumentó el uso de ciertas aplicaciones y plataformas, y algunas aplicaciones, como OnlyFans, vieron doblar sus usuarios y beneficios.

Esta plataforma permite publicar cualquier tipo de contenido, incluida la pornografía, y bloquearlo detrás de un muro de pago.

Cada creador escoge el precio para acceder a su contenido «privado», aunque de ese total, la aplicación se adjudica el 20 %.

«OnlyFans es una plataforma de venta de contenido relacionado con la prostitución; la prostitución va cambiando y busca nuevas alternativas, sobre todo en las generaciones más jóvenes», afirma Ana Bernal-Triviño, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Para el catedrático de Derecho Penal de la UOC, Josep Maria Tamarit, «el concepto más adecuado para referirse a fenómenos como este es el de sexo transaccional, que implica un trato entre dos personas adultas en el que una ofrece algún tipo de prestación sexual y otra una compensación, que puede hacerse efectiva con dinero o mediante otro tipo de ventajas».

La pandemia multiplica los seguidores, los creadores y los beneficios Durante la pandemia y los meses siguientes, esta plataforma de venta de contenido de todo tipo —también pornográfico y erótico— consiguió una media de un millón de usuarios nuevos cada día, hecho que incrementó sus ingresos en un 553 %, según The Financial Times. «El crecimiento de esta forma de sexo transaccional en el ciberespacio ha sido una alternativa a la falta de oportunidades de practicar sexo en el mundo real, aunque no debemos verlo solo como algo provocado por la pandemia, puesto que hay una tendencia de fondo a que muchas interacciones sociales se desplacen a internet, y el sexo no es una excepción», afirma Tamarit. Según datos de OnlyFans, en 2019 contaba con 10 millones de usuarios y este año 2021 ya supera los 150 millones en todo el mundo.

Sin embargo, no solo aumentaron los usuarios y los beneficios, sino que también creció el número de personas interesadas en obtener dinero mediante la plataforma, en convertirse en creadores de contenido. «Las circunstancias actuales de los jóvenes favorecen que muchos puedan decidir ganar algún dinero de este modo, debido a la precariedad laboral, la evolución en la forma de vivir la sexualidad y la familiaridad con las TIC de los nativos digitales», explica Tamarit.

Según OnlyFans, hoy ya hay más de un millón y medio de creadores en la plataforma a los que se les paga anualmente cinco mil millones de dólares. «La juventud está en una situación cada vez más precaria, en particular las mujeres, cuyo acceso al mundo laboral suele estar en una situación peor. Si, además, sumamos a todo esto que la pandemia ha debilitado considerablemente el sistema de ayudas públicas, el resultado es un traslado mayor de personas a OnlyFans», advierte Bernal-Triviño. «Hay muchas chicas que también han accedido a la plataforma impulsadas por una serie de mensajes falsos que magnifican el tipo de vida que pueden llevar con esos ingresos», añade la experta.

¿Quien paga manda?

El acceso a dicho contenido, sujeto a pago, permite la interacción privada y directa con el creador. Algunas voces alertan de que podría ocasionar un mayor riesgo de conductas inapropiadas (prácticas sexuales más violentas, negociación de precio, duración, etc.). «Si las personas que exhiben imágenes de contenido sexual son adultas, tan solo podría haber delito si se produjera alguna situación calificable como agresión o abuso sexual, o una determinación coactiva o abusiva a la prostitución, lo cual es difícil que pueda probarse si la interacción es puramente en línea, aunque algunas sentencias han empezado a aceptar que pueda cometerse una agresión sexual puramente en línea», explica Tamarit.

«El hecho de que la violencia se traslade del plano físico al ámbito en línea no significa que no pueda provocar los mismos efectos sociales sobre las personas que la padecen», advierte Bernal-Triviño, que añade «al fin y al cabo es lo mismo que el mundo real, en el fondo se están cosificando las personas y se está promocionando la compraventa de su cuerpo».

Uno de los grandes problemas para OnlyFans y sus creadores es que en ningún caso se asegura que ese contenido sujeto a pago no vaya a filtrarse, por ejemplo, mediante un vídeo o un pantallazo. Existen numerosos grupos de Telegram donde los usuarios intercambian este tipo de imágenes, en principio privadas. «En el caso de que alguien difunda, revele o ceda imágenes o grabaciones audiovisuales sin autorización de la persona afectada, aunque se hayan obtenido con su permiso (siempre que no sea en un lugar público), cuando esta divulgación menoscabe la intimidad personal de la persona afectada, o si se difunde sin su consentimiento, este hecho será constitutivo de delito contra la intimidad», concluye Tamarit.

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