Consorcio encabezado por el EQUIDE IBERO presenta estudio sobre el maíz

Staff/Rossi

Se trata de un reporte preliminar de resultados del Proyecto TEEB AgriFood México Maíz-Milpa, ‘Proyección del sector maíz y milpa en México en el contexto del cambio climático’

A pesar del cambio climático, se espera que para el ciclo 2020-2050 haya un aumento significativo en la superficie, rendimiento y volumen de producción de maíz

Con el objetivo de contribuir en el desarrollo de la política productiva, social y ambiental en torno al sistema maíz y milpa en México, y analizar escenarios de política pública, se presentó el reporte preliminar de resultados del Proyecto TEEB AgriFood México Maíz-Milpa, Proyección del sector maíz y milpa en México en el contexto del cambio climático.

El proyecto es coordinado por un consorcio de investigación liderado por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la Universidad Iberoamericana, y cinco instituciones nacionales e internacionales: Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad de Lincoln (UOL) en el Reino Unido, y dos centros del Consultative Group for International Agricultural Research (CGIAR): el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco y el International Food Policy Research Institute (IFPRI) en Washington, D.C.

Además, cuenta con asesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). El financiamiento del proyecto está a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Agencia de Cooperación y Desarrollo de Alemania (GIZ).

Los resultados preliminares del proyecto fueron presentados por el Dr. Alan Hernández, coordinador del consorcio e integrante del EQUIDE; el Dr. George Dyer, investigador honorario; y la Dra. Carolina Camacho, de la UOL.

Entre los resultados más importantes del estudio destacan los siguientes:

A pesar de los considerables efectos negativos del cambio climático en el cultivo del maíz, la expectativa es que, entre 2020 y 2050, la superficie, rendimiento y volumen de su producción registren aumentos significativos en el país.

La producción del grano podría aumentar entre 50 y 62% en este lapso, pasando de 27.4 a 44.3 millones de toneladas, mientras que su valor se elevaría entre 145 y 180% en términos reales. Simultáneamente, el déficit comercial del grano podría reducirse entre 31 y 59%.

Si bien estas proyecciones parecen favorables, es necesario señalar que dependen de un aumento esperado en el precio real del cultivo durante el periodo analizado. Lo que se debe, a su vez, a la expectativa de condiciones climáticas desfavorables en el cinturón maicero norteamericano.

El incremento esperado en el precio del maíz, de entre 63 y 72%, implicaría carestía y escasez de este alimento fundamental en la dieta de la población mexicana.

El crecimiento del sector a largo plazo demandaría hasta 2 kilómetros cúbicos anuales adicionales de agua para el riego y la expansión de la frontera agrícola en entre 2.6 y 3.0 millones de hectáreas.

Se estima que, entre 1997 y 2019, la población de maíces criollos mexicanos disminuyó de 574 a 410 millones de plantas madres, una pérdida acumulada de 29%, mientras que el número de subpoblaciones manejadas pudo haberse reducido en 50% durante el mismo lapso.

Las proyecciones del consorcio sugieren que, entre 2020 y 2050, la población reproductiva del maíz criollo se reducirá, adicionalmente, entre 36 y 49%, sustituida gradualmente por materiales mejorados.

Se estimó el valor que los productores de autoconsumo asignan a su producción de maíz—precio sombra, encontrando que éste es diez veces superior al precio del grano en el mercado.

A partir de la valoración sociocultural, se encontró que el alto precio al autoconsumo se debe a que el maíz no sólo sirve para producir comida, sino también para construir tejido social y para reproducir cultura.

El estudio sobre capital social de una muestra de casi 3 mil productores de maíz del centro y sur de México permitió cuantificar y comparar las redes de soporte de actores externos con las que cuentan unidades de producción de autoconsumo y comerciales para implementar innovaciones agrícolas.

Los resultados del estudio de valoración social evidencian redes de soporte para implementar innovaciones agrícolas más densas, heterogéneas y descentralizadas en las unidades de producción comercial en comparación con las de autoconsumo.

El estudio de caso generó evidencia sobre el impacto en el patrimonio biocultural que tienen los procesos de especialización agroalimentaria, de cambio tecnológico, de construcción de identidad en torno a la agricultura del maíz y de transmisión intergeneracional de dicho patrimonio.

En su intervención, Dolores Barrientos, representante para México del PNUMA, celebró el estudio porque realza la importancia cultural y económica que tiene el maíz en México. Dijo que en los próximos meses se emitirán los resultados finales del proyecto, mismos que buscan incidir en todos los niveles de gobierno, con la participación de todos los actores de este ecosistema para un desarrollo comunitario y sostenible.

Por su parte, la Dra Elena Lazos, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, destacó la importancia de tener grupos interdisciplinarios e integrar conocimientos empíricos para entender los procesos complejos del cultivo del maíz en México.

El Dr. Robert Bye, investigador del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, agradeció al equipo por el trabajo intensivo y profundo en la evaluación de la situación del maíz y la milpa en México. El especialista observa un mensaje alentador en los datos preliminares por la heterogeneidad que mantiene la cultura del maíz. Por otro lado, considera que lo más alarmante de este informe preliminar es la pérdida esperada del 81% de diversidad del maíz para mediados del siglo XXI.

Mientras que el Dr. Eduardo Batllori, doctor en Geografía por la Universidad de La Habana, consideró al proyecto un importante avance en el diagnóstico del sector maíz. Consideró que el estudio no pone en tela de juicio la necesidad del crecimiento económico, que en términos físicos suele ser imposible e insostenible por los impactos ambientales, sociales y económicos que ha representado hasta ahora.

En representación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) estuvo presente el Dr. Mauricio Bellon, quien señaló lo valioso de las decisiones de las personas agricultoras no relacionadas con el mercado, aún en economías desarrolladas y que en México se han aprendido muchas lecciones que podrían ser adoptadas por mercados más allá de las fronteras nacionales.

La directora del EQUIDE, Dra. Graciela Teruel, celebró que el proyecto tiene potenciales muy grandes para expandir la forma de trabajar en contextos regionales, incluso más allá de México. Hizo notar que el desarrollo del estudio es una conjunción de la academia, organismos internacionales e instituciones de gobierno, lo cual promueve que los resultados sean traducidos en políticas públicas efectivas.

Sugirió también que, por el valor agregado de la información generada, se debería hacer llegar a dependencias estatales que recaban datos, como el INEGI, para que éstas sepan qué información hace falta tener y con qué nivel de oportunidad.

También participaron representantes de instituciones de renombre nacional e internacional como Óscar Manuel Ramírez Flores, de GIZ; Lizbeth Rodríguez Pestaña, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; Alejandra Garduño, directora del programa para América Latina y el Caribe de la Fundación Kellogg; y Carola Diez, vicepresidenta de la Fundación Haciendas del Mundo Maya.

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