La vacuna mexicana contra el Covid-19 ya fue probada en ratones: UNAM

FORBES MÉXICO

Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, cuenta a Forbes México que en el pasado han desarrollado otras vacunas y ahora contra el Covid-19

Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM), asegura que en unos seis meses será probada en humanos la vacuna contra el Covid-19, la cual es desarrollada para que no enfermen del virus aparecido en Wuhan, China.

“Hemos trabajado en el desarrollo de vacunas desde hace más de 20 años y hemos colaborado con empresas, que han llevado dos vacunas al mercado”, cuenta la ingeniera Bioquímica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, quien junto con 20 investigadores de la UNAM trabajan a marchas forzadas dar una esperanza a la ciudadanía.

“Tenemos expertise en el desarrollo de vacunas, pero 2020 fue difícil por una serie de aventuras típicas de una pandemia”, recuerda la maestra en Biotecnología por la UNAM.

El trabajo de los investigadores ha sido escalonado los siete días de la semana, así como turnos que inician a las 5 de la mañana y finalizan a las 12 de la noche todos los días. Hasta ahora nadie se ha contagiado de Covid-19.

El desarrollo de las vacunas en México y el mundo es un camino muy largo y arduo y su éxito no está garantizado, comenta la doctora en Ciencias por la UNAM.

La Secretaría de Relaciones Exteriores dio un apoyo 3 millones de pesos para la Plataforma para el desarrollo de vacunas recombinantes basadas en VLP: Aplicación en la prevención de Covid-19: “Eso en el extranjero no es nada de dinero”, dice a Forbes México.

Palomares Aguilera agrega que detuvieron el desarrollo de las vacunas por falta de dinero en 2020 y continúo con la entrega del apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien respalda otros 4 proyectos científicos.

La Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei) ayudó en la construcción del Laboratorio de bioseguridad BSL-3, que no es exclusivo para la vacuna contra el Covid-19.

El Laboratorio será usado por la Facultad de Veterinaria, el Instituto de Investigaciones Biomédicas, la Facultad de Química y el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En 2009, “estuvimos trabajando con la vacuna de influenza, en donde nosotros apoyamos a otro grupo”, dice la investigadora de la UNAM, quien se define como virotecnóloga por su trabajo en el desarrollo de vacunas, su trabajo con vectores y el uso de nanomateriales.

Hoy “estamos avanzando de manera más cautelosa con la idea de tener un diseño de vacuna contra el Covid-19 tome en cuenta la aparición de las variantes y otras consideraciones”.

— ¿Qué vacunas se han desarrollado en el Instituto de Biotecnología de la UNAM?

— Una candidata a vacuna de los virus zika y dengue. Esta se desarrolló, porque había reportes de un potencial efecto adverso, que se llama amplificación de la infección dependiente sucede en en contagios de zika y dengue, así como había algunos reportes de que también existía en la SARS-CoV-2. Entonces esa fue la base del diseño de nuestra vacuna contra el Covid-19 de la UNAM.

— ¿De las otras vacunas desarrolladas qué avance llevan?

— En el doctorado trabajé en el desarrollo de la vacuna contra el rotavirus para ganado. Entonces llegamos hasta las pruebas clínicas en el ganado que era nuestro blanco al final. Trabajamos una vacuna en contra de la influenza aviar en colaboración con una empresa transnacional y llegó a las aves. Otra vacuna llamada Flublok contra la influenza desarrollada en colaboración con una empresa estadounidense, la cual llegó a un registro para su uso en humanos.

Después en colaboración con esta empresa en Estados Unidos y laboratorios Liomont México y el grupo del Instituto de Biotecnología obtuvimos el registro para dos versiones de vacuna: La trivalente y tetravalente para permitir la comercialización en la República Mexicana.

— ¿ Cómo inició el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19?

— En un inicio pensábamos que no iba a pasar nada con el Covid-19, pero poco a poco estuvimos leyendo vimos el fenómeno de la amplificación del virus. Ese fenómeno era parte de nuestro estudio anterior, entonces eso fue lo que nos hizo pensar que el modelo que nosotros estábamos proponiendo de vacuna sería para el Covid-19.

— ¿Qué tipo de aventura han enfrentado en el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19?

— Conforme ha aumentado la pandemia de Covid-19 hemos ido pasando de semáforos y ha sido difícil ir al laboratorio. Otra aventura fue la situación del financiamiento, que finalmente nos apoyó la Secretaría de Relaciones Exteriores y también la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei) del Gobierno de la Ciudadanía de México. Los apoyos los agradecemos mucho, pero uno llegó en diciembre y el otro en enero-febrero.

En 2020, nos gastamos todos los ahorros en avanzar con el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19, por lo que tuvimos que detener durante algunos meses el trabajo o disminuir de manera drástica la velocidad en la que íbamos.

— ¿ El desarrollo de una vacuna es caro?

— Sí, son cientos de millones de dólares, ahorita con las capacidades que tiene el Instituto estamos avanzando en una prueba de concepto y tener evidencias sólidas para tener un financiamiento. De hecho está muy bien que el gobierno de Andrés Manuel no invierta en vacunas sin un perfil sólido y que no hayan demostrado su eficacia en un modelo animal. ya una vez que uno logra demostrar la eficacia en modelo animal y después pasar a lo que ya serían las pruebas clínicas en humanos, pues entonces ya tiene uno ahora sí que evidencia sólida para poder conseguir dinero no sólo en México sino incluso en el extranjero.

— ¿Hay alguna evidencia de su vacuna contra el Covid-19 en en animales?

— Sí, tenemos evidencia en ratones en nuestro laboratorio, pero estamos trabajando en el montaje de métodos validados para hacer la evaluación preclínica en el Laboratorio de bioseguridad BSL-3, un proyecto que aportó la Sectei de la Ciudad de México.

— ¿Qué sigue para la vacuna contra el Covid-19 después de que fue aplicada en ratones?

— Tenemos la base demostrada en los ratoncitos y nuestro segundo modelo es el hámster. Vamos a vacunar a los hámster y después infectarlo con el SARS-CoV-2, si el hámster sigue bien ya tenemos la prueba de concepto adecuada para pasar a estudios en humanos, de la mano tenemos que desarrollar el proceso de producción y purificación de la vacuna.

— ¿Cuánto tiempo les falta para que llegue la vacuna contra el Covid-19 en un humano?

— Si todo sale bien en seis meses.

— ¿Seis meses?

— Si, todo sale bien, pero de nuevo no hay ninguna garantía de todo lo que estamos haciendo.

— ¿Por qué es necesaria una vacuna contra el Covid-19 hecha en México?

— Nosotros llevamos muchos años empujando la producción de vacunas en México para proteger la salud de los mexicanos y no tener la dependencia del extranjero. Los países con la capacidad de fabricar vacunas, pues tienen vacunas, así como países como Canadá, con un alto nivel adquisitivo, ha comprado tres veces más vacunas de las que requiere su población. Entonces son los países fabricantes de vacunas, que son soberanos y abastecen a su población. Brasil nunca ha perdido la tradición de la producción de vacunas y ya están fabricando la Sinovac, que no tiene la eficacia más alta de las vacunas. Pero al menos está en la capacidad de inmunizar a su población.

— ¿Desde hace años se dejó de invertir en los institutos para que desarrollen vacunas?

— A los Institutos de Investigación les toca desarrollar prototipos. En México el Instituto Nacional de Higiene y Virología eran los encargados de fabricar las vacunas. En los 90’s éramos autosuficientes en las vacunas del cuadro básico y reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero con el tiempo fuimos perdiendo la capacidad y ahora es necesario actualizar los sistemas de producción. Considero que deben existir unos institutos, como Birmex, para que fabriquen vacunas. Las vacunas no son fármacos de alto valor agregado, pero se aplican a millones de personas sanas, es decir tienen que ser muy seguras y el precio tiene que ser muy bajo.

Las vacunas no son de interés de las grandes transnacionales, porque no son negocio. Por eso es importante la participación del Estado en la fabricación de vacunas, por ejemplo Brasil fabrican fármacos, vacunas otros biotecnológicos y a través del Instituto Bucampam y Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) para la salud de la población.

—¿La idea es no esperar a que la vacunas vengan del extranjero?

— También tenemos que pensar en donde van a trabajar nuestros alumnos. Nosotros estamos formando personas con carreras universitarias, ingenieros y demás que acaban de taxistas. Y si no tenemos una industria sólida en el país, pues no vamos enfrentar a otras pandemias.

— ¿El gobierno de AMLO y otras administraciones no apoyan los proyectos de la salud realizados por jóvenes?

— Sí. No se trata de darnos dinero, porque somos muy bonitos. El conocimiento generado en las universidades, como sucede en otros países, debe repercutir en el sector productivo y generar más riqueza.

Por cada peso gastado en la compra de un medicamento en el extranjero: unos 90 centavos se van al extranjero. Si ese producto lo fabricamos en México: 90 centavos se quedan en México.

—¿El gobierno de AMLO le debe dar más dinero para que salgan en tiempo y forma la vacuna contra el Covid-19?

—No. Esto va más allá del dinero, sino de un ecosistema que permita el desarrollo de las vacunas, como una Cofepris fuerte, experta y acompañe los desarrollos y no le tengas que ir a tocar al final, así como la confianza de nuestras autoridades y los demás.

La realidad es que nosotros somos malinchistas, pues siempre preferimos lo extranjero que lo nacional, incluso muchas veces los mexicanos dicen que nunca vamos a sacar una vacuna.

Mientras la gente en Estados Unidos y otros países empiezan la carrera y desarrollo de una vacuna en el kilómetro 10, nosotros empezamos en el kilómetro menos cinco. Ellos van en una autopista desarrollando sus vacunas, pues nosotros abrimos brecha en una selva.

Yo me congratulo que la SRE y nos están apoyando a nosotros y a otros proyectos similares, así como están confiando en nosotros y nuestro trabajo.

— ¿La idea es no esperar las vacunas de las grandes transnacionales?

— Biotech, quien se alió con Pfizer, y Moderna no eran transnacionales, sino empresas innovadoras que estaban en un grado de madurez, por lo que una gran transnacional las ayudó a desarrollar la vacuna contra el Covid-19.

 

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